En ese sentido, las primeras tres capacitaciones que se han llevado a cabo se relacionan con el Hábitat Popular, lo Artístico Cultural y la Economía Social y Solidaria. En la primera, se pudieron ver conceptos como los modelos típicos de la política social habitacional, Argentina y el derecho a la vivienda, distinciones entre villa y asentamiento y la situación mendocina del hábitat popular, entre otros conceptos. 

Más adelante, el equipo contó con la capacitación de la Lic. Romina Sánchez quien brindó apoyo en el área Artístico Cultural. Allí se pudo discernir entre las diferentes concepciones del teatro comunitario, como así también cómo encarar la gestión comunitaria y la formulación de proyectos que connoten un abordaje integral y el desarrollo de emprendimientos culturales que sean pertinentes al contexto. También se hizo énfasis en las diferentes formas y características que puede adquirir el teatro comunitario, problematizando la concepción de este tipo de arte donde se puede tomar como herramienta de transformación o también puede ser visto como herramienta en si mismo. 

Por último, el pasado jueves 21 y viernes 22 de agosto, el Lic. Emanuel Jurado, desarrolló un documento sobre las distintas experiencias de Economía Social y Solidaria, como así también los origines de este concepto. También se pudo evidenciar las características de las organizaciones de la Economía Social y Solidaria y las diferentes posibilidades de sostenibilidad que incurren en los proyectos que son ejecutados por organizaciones que realizan empíricamente este tipo de economía.

Así, a partir de la experiencia de asistir como equipo del Programa de Inclusión a esta serie de capacitaciones sobre las áreas temáticas con las que se organizan y trabajan los proyectos, y a modo de compartir también la formación desde otro lugar, con los equipos de los proyectos, se invita a quienes deseen profundizar, a solicitar material, ya que en el Programa se dispone de bibliografía y referencias que se quiere compartir. 

Desde PISIO, creemos que es necesario llevar adelante un permanente proceso de formación continua, en donde se pueda cuestionar, repensar y profundizar sobre lo que hacemos y desde lo que hacemos; sin otro fin que no sea el de crecer y seguir adelante haciendo lo mejor.