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La memoria sigue viva: la UNCUYO plantó eucaliptos para recordar a dos estudiantes

Se incorporaron al Paseo de la Memoria dos ejemplares de estos árboles con los nombres de Lucía Ángela Nadín y Aldo Hugo Quevedo, dos estudiantes desaparecidos en 1977. La iniciativa forma parte de la agenda de derechos humanos que despliega la Universidad en un nuevo aniversario del golpe y de la recuperación de la democracia.

imagen La memoria sigue viva: la UNCUYO plantó eucaliptos para recordar a dos estudiantes

En el Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, la UNCUYO realizó un homenaje a Lucía Ángela Nadín y Aldo Hugo Quevedo, dos estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras que fueron desaparecidos en la última dictadura cívico-militar. Eran pareja y tuvieron un hijo que recuperó su identidad hace pocos meses (el nieto 131). 

En el Paseo de la Memoria —donde hace 8 años atrás se plantaron los primeros árboles para no olvidar a miembros de la comunidad universitaria desaparecidos durante la dictadura—  se colocaron dos ejemplares de eucaliptos para recordar a Lucía y Aldo. Se eligió esta variedad porque son árboles de raíces fuertes, que crecen erguidos y florecen gran parte del año. También se descubrieron dos placas recordatorias. Del emotivo acto, participaron autoridades universitarias, referentes de organismos de DDHH, miembros de la comunidad académica y de los diferentes claustros. 

De esta forma, en un nuevo aniversario del golpe cívico-militar, y a 40 años de la recuperación de la democracia, la Universidad reafirma su compromiso con la defensa irrestricta de los Derechos Humanos y la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia. Lo hace desplegando una agenda conmemorativa que preparó el Área de Derechos Humanos con diferentes actividades que se extenderán a lo largo del año.

La voz de las autoridades

“Gracias por acompañarnos en un día tan relevante y con testimonios que son un llamado a la reflexión, a poner en valor algo que se vivió y que hay que trabajar para que no vuelva a suceder. Porque a la Universidad le corresponde estar ahí donde haya amenazas de violación a los derechos humanos; le corresponde cumplir su rol académico y cumplir su rol de defensa de los derechos humanos”, enfatizó la rectora Esther Sánchez. 

“En este día, de alguna manera, estamos trayendo entre nosotros a Lucía y a Aldo, que nos dan un mensaje muy fuerte: tenemos que seguir trabajando en la defensa de todos los derechos humanos. Y, cuando digo de todos los derechos humanos, me refiero a aspectos que, a veces, porque los consideramos naturalizados, no los vemos”, reflexionó la Rectora, y luego concluyó: “Lucía y Aldo van a estar presentes acá, no me cabe ni la más mínima duda de eso; así que mi mensaje de hoy es: continuemos en este camino”.

“Para mí es un enorme honor como Vicerrector estar a cargo del Área de Derechos Humanos, lo cual demuestra el compromiso con los derechos humanos como Universidad Pública”, dijo, a su turno, Gabriel Fidel. Seguido, puso en contexto el homenaje a Lucía y Aldo. “Cuando apareció la noticia del nieto 131 y vimos que se trataba de estudiantes nuestros, que habían andado por estos pasillos, por nuestras aulas, fue muy conmovedor, para nosotros tuvo un impacto muy fuerte y ahí fue cuando pensamos que este acto teníamos que dedicárselo definitivamente a ellos. Este acto es de ustedes, los tenemos presentes, donde estén, están acá”, dijo emocionado.

El Vicerrector sostuvo también que el acto es una demostración de que hay que seguir indagando y trabajando sobre esos años de terrorismo de Estado. Y aseguró que Memoria, Verdad y Justicia son un objetivo como sociedad, una lucha como sociedad: “Hoy le podemos dedicar este día a Lucía y a Aldo gracias a que seguimos trabajando”, argumentó. 

Por otro lado, Fidel comentó que desde el Área se está buscando que las distintas Unidades Académicas vean su vinculación con los DDHH: “Trabajo infantil, problemáticas de migrantes, DDHH en empresas y organizaciones, género, derechos de adultos mayores, ambiente, sostenibilidad, seguridad alimentaria, tantos temas tienen que ver con los derechos humanos que uno entiende que esta es una agenda de toda la Universidad”. 

Al respecto, explicó que se ha armado un Consejo de Derechos Humanos con representantes de todas las Unidades Académicas. Y adelantó que la próxima semana se hará una jornada de capacitación interna para que la UNCUYO tenga un marco conceptual con el va a avanzar en esta agenda de DDHH. La misma contempla la realización de actividades durante todo el año “para trabajar muy fuerte en estos 40 años de democracia y a 47 años del golpe cívico militar”.  

“Tenerlos a ellos acá —por Lucía y Aldo— nos hace vivir este acto con una intensidad y un amor distintos. No olvidemos que no hay democracia sin plena vigencia de los derechos humanos y no hay derechos humanos sin democracia”, concluyó el Vicerrector.

En memoria de Lucía Ángela Nadín 

Antes de comenzar a recordar a su amiga y compañera de carrera, Adriana Ortíz agradeció la invitación del Vicerrector para participar del acto. En su discurso comentó que el 22 de diciembre del año pasado las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron en conferencia de prensa la aparición de un hijo de Lucía. "No lo podía creer y para mí fue una conmoción de la cual todavía no me restablezco. Nunca me imaginé que íbamos a poder encontrar un hijo de ella", expresó. Luego de tomar contacto con Abuelas y de ofrecer su testimonio, Adriana dijo que los recuerdos resurgieron como un abanico y le provocaron una conmoción inmensa porque volvió la memoria que celosamente había guardado. 

En ese camino contó a los presentes la relación de hermandad y amistad que mantenía con Lucía y su familia; y a quien describió como una persona altruista, sensible con una dedicación y empatía hacia el otro. "Luci encarnó en cuerpo propio estos valores e ideales por los cuales ella luchó. Y dio la vida en esto", enfatizó. Por último remarcó: "No nos olvidemos. No olvidemos sus nombres; tienen que estar grabados. No olvidemos los nombres porque mañana nosotros no vamos a estar pero habrá otras generaciones que tienen que conservar esa memoria".

“Si a alguien quise en mi vida era a mi hermana. Éramos muy compañeras y muy parecidas. Con ella me visitaba en Buenos Aires, trataba en todo lo posible de ir, por mi trabajo no podía. La última vez que la ví fue cuando me dijo que estaba embarazada y que quería volverse a Mendoza”, relató con voz temblorosa Marta Nadín. 

Luego, con gran emoción, la hermana de Lucía expresó: “Hoy me ha dejado a ese nieto que todavía no conozco. Tiene el mismo estudio que mi hermana. Estudió y se recibió en Filosofía y Letras de Mar del Plata. Es profesor de tres idiomas, entre ellos Francés, igual que mi hermana. No veo la hora de conocerlo. Me gustaría que viera esto y que supiera quién es mi hermana. Les agradezco de corazón, esto vale mucho en la vida y me lo voy a llevar hasta la muerte, la verdad”.

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