La Cosmovisión Agroecológica “como transformadora del sistema vigente” de la que hablan los extensionistas, tiene que ver con los postulados de Sevilla Guzmán, quien sostiene que el enfoque agroecológico aparece como respuesta a la lógica del neoliberalismo y la globalización económica, “así como a los cánones de la ciencia convencional, cuya crisis epistemológica está dando lugar a una nueva epistemología, participativa y de carácter político”.
A partir de esta concepción es que el equipo trabaja en conjunto con la Organización de Trabajadores Rurales Asociados de Lavalle (OTRAL), el grupo de Huerteros Vergelito, la asignatura de Agroecología y Ambientes Rurales, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (a través del programa ProHuerta) y el grupo de agroecología La Engarilla, el cual “promueve la cosmovisión agroecológica” con la participación en el mismo de “personas de distintos ámbitos de la sociedad civil”.
Mediante este proyecto, los extensionistas buscan fortalecer y revalorizar la importancia de la extensión universitaria con el fin de consolidar redes comprometidas entre la comunidad universitaria y las organizaciones sociales, “para la construcción colectiva de una Cosmovisión Agroecológica”.
Paola Studer, coordinadora del proyecto, dijo que en la realización de los talleres, “nos hemos manejado con un concepto que le imprimiros: aula viva. Espacio vivo, dinámico, de relaciones participativas”. Lucía del Barrio, estudiante de Ingeniería en Recursos Naturales Renovables, agregó que “ha sido una dinámica participativa donde conciliamos los conocimientos de los productores con los nuestros, llevando la discusión a la problemáticas de los productores”.
Junto a distintos actores, como La Engarilla, que viene trabajando tanto en el proceso de transición agroecológica con la OTRAL, como en el proceso educativo de extensión en la Huerta Agroecológica de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA), se pretende “llevar una praxis que nos permita continuar y consolidar el acompañamiento a los productores de la OTRAL en el proceso de transición agroecológica y en el trabajo de la parcela agroecológica de la FCA”, conformando lugares reales de reflexión, formación y aplicación de la extensión universitaria.
Para lograr los objetivos, el equipo busca la confluencia de saberes dentro de la misma comunidad universitaria para constituirse como un grupo transdisciplinario, que haga partícipe a estudiantes de las carreras de Recursos Naturales, Ciencia Política, Agronomía, Trabajo Social y Sociología.
Gracias a esto es que esperan, mediante el constante diálogo de saberes, lograr “la reciprocidad entre el conocimiento comunitario y el académico” con el fin de “generar un proceso de aprendizaje mutuo, en el que se establezca un dialogo fluido entre la comunidad universitaria y la comunidad campesina, superando la escisión que existe entre el conocimiento popular y el científico”.
Paola dijo que este “es un eje fundante porque es uno de los pilares agroecología: la construcción de conocimiento entre distintos actores”. A su vez, Lucía remarcó que este aprendizaje se ha dado “más de la comunidad hacia nosotros”. “Lo más rico se ha dado a través del vínculo de confianza que se ha generado”, agregó la estudiante.
La OTRAL está integrada por alrededor de 100 familias de Lavalle y conformada por obreros rurales y productores agrícolas, además de “un equipo técnico integrado por maestros y otros profesionales”. El grupo de Huerteros Vergelito es un grupo de vecinos, técnicos y docentes de San Carlos, que “entienden que la agricultura debe ser sana y diversa”.
Este se conforma con el objeto de “construir una huerta común que responda a las necesidades de su comunidad”. El Programa ProHuerta es un programa del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que promueve la seguridad alimentaria que “está dirigido a la población en situación de pobreza estructural y vulnerable” y cuyo fin es “que las familias y comunidades logren generar sus alimentos frescos en huertas y granjas”.
Por su parte, la asignatura de Agroecología y Ambientes Rurales es la que actualmente tiene a su cargo la Huerta Agroecológica de la FCA, en la cual “hay un grupo de por lo menos 6 estudiantes que trabajan de manera cotidiana”. “Tiene una autonomía propia, de su funcionamiento van aprendiendo los chicos” a gestionar este tipo de espacios, aseguraron Paola y Lucía.
Respecto de la relación que tiene la Universidad con la comunidad, Paola dijo que durante “estos últimos 15 años he notado un cambio cualitativo en la relación, haber promovido proyectos de extensión ha abierto las puertas para que la comunidad educativa salga a la calle para actuar desde otro lado”. Sin embargo, agregó que “para lograr que la extensión se pueda fundir con el resto de las funciones, tiene que haber un replanteo del modelo educativo”. “En la universidad nos enseñan que somos dios”, remató.
Lucía afirmó que, a pesar de que “los Mauricio López son un muy buen nexo entre estudiantes y la comunidad”, encuentra problemática la duración de la ejecución de los mismos. Para ella la relación debería ser más “sostenida en el tiempo” y que a su vez sea “la comunidad la que proponga, no la academia”; añadió además que hay que lograr que “la sociedad nos reconozca como otro participante dispuesto a colaborar”.
Para más información sobre el Proyecto, comunicarse al 4135000 int. 3011/3076.