El maltrato y acoso escolar es una forma de violencia silenciosa que se ha llegado a naturalizar y se constituye en una práctica cotidiana que gradualmente se va incorporando en la construcción de relaciones. Es una problemática que ha sido reconocida como una enfermedad social por la Organización Mundial de la Salud y que ha alcanzado gran magnitud.
La Escuela Kairuz de Palmira, viene trabajando esta problemática desde el 2008 a través del grupo de estudiantes delegados (representantes electos democráticamente por compañeros) y de los profesores de la Institución. “Con los docentes empezamos a pensar en temáticas que los chicos quisieran abordar. De ellos salió el tema del maltrato e investigamos sobre el bullying. Lo trabajamos con el cuerpo de delegados y ellos idearon estrategias para trabajar con el resto de los cursos. Allí surgió la representación teatral”, explicó Andrea Gutiérrez, psicóloga de la Escuela Kairuz.
Los talleres consisten en la escenificación de diversas situaciones cotidianas de maltrato con una posterior charla educativa sobre bullying. “La experiencia desarrollada a través de la alfabetización emocional a cargo del cuerpo de delegados ha hecho visible el fenómeno y han disminuido los niveles de violencia intraescolar” aseveró Daniel Mondati, estudiante de Sociología y docente de la Escuela.
El objetivo de estos talleres es que los asistentes identifiquen los diferentes actores que intervienen en las situaciones de maltrato en el aula, como también las diferentes formas en las que se presenta la violencia y sus consecuencias. Los talleres comenzaron hacia el interior de la Escuela con los cursos de los primeros años. A medida que se sumaban nuevos delegados fueron haciendo sus aportes. “Desde las obras teatrales era más fácil poder identificarse porque hablan el mismo lenguaje, tienen los mismos códigos y es impresionante cómo captan la atención de los chicos, agregó Andrea.
La metodología ha sido muy innovadora y ha dado resultados ya que el mensaje de par a par ha tenido una llegada más directa entre los estudiantes y permitió una experiencia de intercambio entre los delegados y los destinatarios de las charlas. A raíz delas buenas repercusiones, los delegados sugirieron ampliar el proyecto a las escuelas de la zona de Palmira, San Martín y Mendoza. “Decidimos salir de la escuela cuando empezamos a ver que disminuían las situaciones de violencia pero se incrementaba con el ingreso de nuevos estudiantes. Por ello trabajamos con los chicos de las escuelas primarias antes que lleguen a la secundaria”, añadió Daniel.
Este es el caso de la Escuela Josefa Capdevilla de San Martin. Su director, Antonino Politino aseveró que “es una propuesta muy interesante sobre todo con los chicos de los primeros años. En los chicos que asisten al turno mañana es permanente la violencia y se ha acentuado la amenaza a través de las redes sociales. Hay chicos que tienen medio de venir a la escuela. Por eso esperamos que las charlas ayuden un poco a resolver la problemática”.
Respecto de la relación Universidad-Sociedad Daniel afirma que “se debería trabajar la inserción. Por factores de distancia y económicas, muchos chicos se quedan fuera de la Universidad. Las carreras monolíticas de la Universidad las ven más como obstáculo para habilitarse a la vida adulta (trabajo, independencia) que como un proceso de formación que aporta a la identidad. En igual sentido la Universidad ha evolucionado y está encaminada a volcarse a la sociedad”.
El Proyecto de Extensión Universitaria “Hablemos de violencia escolar” forma parte de los 39 Proyectos Mauricio López que se ejecutarán durante el 2013. Con este tipo de acciones, la Secretaría de Extensión Universitaria busca conjugar la calidad educativa y el compromiso social para revertir la tendencia autorreferencial de la academia.
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