La tarea del coordinador es compleja y multifacética. Es por eso, que los coordinadores se reunieron para debatir acerca del rol que desempeñan. En el encuentro se concluyó que definir este rol es una construcción, y que estos procesos siempre deben tener en cuenta la diversidad de las experiencias de trabajo. Los asistentes estuvieron de acuerdo en que estos proyectos de extensión son una nueva experiencia, y que en este momento, resultan más relevantes hacia adentro de la Universidad, lo que hace repensar su rol docente.
Al respecto, Guillermo Ander Egg, uno de los coordinadores sostuvo que “es una tarea de facilitador de los procesos internos de organización, de promoción del trabajo en equipo, de planificación y de articulación con organizaciones sociales”. Además manifestó, que es el que debe sostener la visión de la política de extensión universitaria, la que se tiene que traducir en cada uno de los proyectos que se coordinan.
Asimismo, se manifestó que quien ocupe este rol deberá
ser alguien que acompañe a su equipo en
la tarea. Y que básicamente estimule,
problematice y evalúe la realidad social en la que se desarrolla el proyecto
con una actitud comprometida y crítica.
Además, deberá ayudar a reflexionar sobre las prácticas y el funcionamiento interno. Un coordinador de un equipo extensionista deberá tener en cuenta los distintos saberes disciplinares y comunitarios; pero sobre todo, su foco estará puesto más en el proceso, con una actitud activa y de escucha, que en el resultado. Todo esto, deberá darse un marco de enseñanza – aprendizaje.
“Todas las personas que se juntan en estos proyectos tienen el mismo interés, pero hay que canalizar las energías hacia un sentido. Es más que plantear directivas. Es amalgamar, saber escuchar y que estos sujetos se potencien en una misma dirección,” sostuvo Patricia Collado, coordinadora de un proyecto que trabaja en fortalecer y visibilizar la recuperación de empresas, desde un punto de vista autogestionario.