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Comunidades de Lavalle y Tunuyán rescatan su cultura mediante la Filosofía.

Se trata de una iniciativa, perteneciente a los Proyectos Mauricio López, que considera a la filosofía como una práctica e intenta resignificar los saberes sociales a través de ella. La propuesta, coordinada por Cristina Rochetti, está integrada por estudiantes, docentes y egresados de la Facultad de Filosofía y Letras.

04 de mayo de 2011, 16:35.

imagen Comunidades de Lavalle y Tunuyán rescatan su cultura mediante la Filosofía.
El Proyecto “Prácticas Filosóficas en contextos culturales populares no formales” saca a la filosofía del claustro Académico y llevarla en forma de práctica a la comunidad. Con ello, se intenta poner en valor los espacios comunitarios culturales que permiten la resignificación de los saberes y prácticas sociales”, comentó Cristina Rochetti, coordinadora de la iniciativa.

El equipo, integrado por estudiantes, docentes y graduados de Filosofía,  aborda una nueva concepción de filosofía considerándola como una práctica y no una teoría. Desde esta concepción, el proyecto está orientado a trabajar prácticas dialógicas de carácter filosófico que involucren a los actores comunitarios.

“Nos posicionamos en la idea de la filosofía como práctica y como saber humano. Es decir, saber histórico, social y cultural ocupado en abrir y desentrañar los sentidos de los mundos que habitamos, construimos, modificamos y compartimos”, explicó el equipo extensionista. Además agregó “tomamos estrategias de indagación comunitaria de la práctica de filosofía con niños y jóvenes”.

 

¿Cómo llevar adelante la propuesta?

La iniciativa se está ejecutando en una comunidad Huarpe de La Asunción en Lavalle, un comedor infantil y biblioteca popular de Vista Flores en Tunuyán.

Hasta el momento, se han realizado encuentros conocimiento mutuo en los que “se presentó el proyecto a la comunidad y viceversa”, comentó Rochetti.

La dinámica consiste en la problematización, la discusión y la resignificación de conocimientos abordados sobre identidad, educación, emancipación y filosofía, entre otros. Las diversas actividades tienen por objetivo rescatar la cultura y los conocimientos populares de la comunidad.

En la Biblioteca Popular se realizarán las prácticas a partir de los relatos y registros de la comunidad. En La Asunción, los extensionistas invitaron a los habitantes casa por casa, allí respondieron los jóvenes y el grupo de teatro.

Por último, en el comedor “empezamos a trabajar, con los niños y sus maestras, la pregunta como algo propiamente filosófico” Lo importante es que trabajamos con los relatos que ellos quieren, agregó Cristina.

La iniciativa pertenece a la Convocatoria 2010 de los Proyectos de Extensión Universitaria “Prof. Mauricio López”. Al respecto, la coordinadora aseguró que “para nosotros ha significado algo muy importante. Nos ha movido las estanterías porque al abrirnos a la comunidad se nos vuelve una interpelación acerca de cómo nos estamos formando. Es decir, nos preparamos como profesores con la idea de salir y enseñar la filosofía, pero en el intento nos planteamos varias inquietudes. Entre ellas, si podemos ampliar el campo, si nuestros saberes académicos se pueden intercambiar con saberes populares. La idea es que si,  pero hay que reformular muchas prácticas al interior de la Facultad”.

La entrevista se realizó en la instancia de Coloquio, que forma parte del acompañamiento que la SEU lleva a cabo con cada uno de los proyectos. En cuanto al encuentro la coordinadora se mostró muy satisfecha y sostuvo que “es muy bueno porque conocemos lo que todos los extensionistas estamos haciendo y uno ve como se están armando los trabajos y como nos podemos relacionar entre los diversos proyectos para hacer mejor las cosas”.

Es el tercer año consecutivo que se ejecutan los Proyectos Sociales de Extensión Universitaria. En esta Convocatoria son 35 proyectos en los que participan más de 350 extensionistas y se llegará a más de 7600 destinatarios directos.

Con estas acciones, la SEU busca favorecer la calidad educativa junto al desarrollo del compromiso social para colocar a la educación superior al servicio de la resolución de los problemas socialmente relevantes. Y, de esta manera, revertir la tendencia autorreferencial de la academia.

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