Se trata de un Proyecto "Prof. Mauricio López" que consiste en la promoción de los derechos humanos desde el punto de vista cultural. ¿De qué manera? “Generando un espacio común de trabajo con las organizaciones barriales e instituciones públicas y realizando actividades para instalar el tema del derecho a la participación, a la igualdad, a la no discriminación y a la identidad” comentó Esteban Salamunovic, integrante del equipo.
La zona con la que trabaja el equipo coordinado por Pablo Salinas está constituida por los barrios 26 de Enero, Belgrano, 16 de Abril, Amanecer, Colombia I y II y El Pedregal.
Allí, hay muchas organizaciones e instituciones que trabajan con la comunidad, pero lo hacen de manera autónoma y se relacionan poco entre ellas. La lógica principal de los extensionistas se centra en la importancia que tiene consolidar grupos sociales fuertes y desarrollados para el reconocimiento y resignificación de su propia identidad cultural.
Para lograr esta consolidación fue necesario el total involucramiento con la comunidad por lo que realizaron un mapa social de la zona en conjunto con los vecinos. “A partir de ese momento nos hemos conformado como un grupo de trabaja para el barrio con las organizaciones” explicó la extensionista Diana Ochoa.
A lo largo de la ejecución, los miembros del equipo han llevado a cabo diversas actividades para la promoción de derechos entre las que se destaca el ciclo de cine, la radio abierta, el mural colectivo y la peña comunitaria.
Lo más llamativo de este “Mauricio López” es la interdisciplinariedad del equipo. Participan estudiantes, docentes y graduados de Medicina, Ciencias Políticas, Sociología, Artes, Economía, Geografía y Derecho. “Partimos de formaciones que teniamos sobre la temática y cada uno desde su disciplina propuso estrategias para aplicar. Discutimos mucho y establecemos espacios de formación sin dejar de venir el barrio. Nos formamos y aportamos cada uno desde su disciplina” agregó Diana.
Respecto de la relación de la Universidad con la sociedad, Lucas Marucci comentó “aunque somos de carreras distintas lo que ha sido común a todos es que hay falta de articulación entre los contenidos universitarios y lo que se vive cada día”. Asimismo, cuando le preguntan que le aporta el trabajo comunitario a su profesión afirmó que “es muy simbólico lo que se genera y un son conceptos para la vida. Esta experiencia nos cambió la forma de ver la profesión y como vivir la carrera”.
Por último el equipo concluyó haciendo hincapié en que la extensión que se ve en la Facultad “como algo extraño debería ser algo orgánico”. “Uno estudia e incorpora conocimientos para volcar a la comunidad y aprender de ella”. “Seria bueno agregar materias orientadas a trabajar con la comunidad para dar a conocer este tipo de tareas y porque es una forma de saber a lo que uno se va enfrentar cuando termine”. “Para nosotros el proyecto no termina, con o sin financiamiento vamos a seguir viniendo y trabajando por la comunidad. Es una forma de retribuir a la sociedad la posibilidad de estudiar en una universidad pública”.
Ésta es una de 35 iniciativas que se han ejecutado durante este año perteneciente a los Proyectos Sociales de Extensión Universitaria “Prof. Mauricio López” con cerca de 7000 destinatarios directos a través de 350 extensionistas y 74 organizaciones sociales e instituciones públicas.