Unas 1200 personas disfrutaron de la propuesta de la Orquesta Sinfónica de la UNCUYO titulada "Gin Sinfónico" en el Espacio Arizu.

La icónica Bodega Arizu inaugurada en 1888 y que desde 2019 pasó a manos del municipio de Godoy Cruz recibió a la Orquesta Sinfónica de la UNCUYO en uno de los recintos recuperados y refuncionalizados para la actividad cultural, el Espacio Arizu, en el marco del Ciclo de Extensión que tiene como objetivo acercar el repertorio sinfónico a la sociedad mendocina.

Esta visita de la Sinfónica representó el retorno a lo que fue una larga relación con la Bodega Arizu en la que el organismo ofreció conciertos desde comienzos de la década del `70 hasta el 29 de noviembre de 1987 bajo la dirección de Julio Malaval.

Su director, el maestro Tobías Volkmann, destacó la posibilidad de ofrecer estos conciertos ante distintos públicos. "Me alegró muchísimo ver la cantidad de personas que asistieron a este concierto en el Espacio Arizu. Fueron 1200 personas las que se acercaron para escuchar música clásica, para escuchar la sinfónica. Eso es un hecho considerable que debemos festejar, porque confirma la estrategia, no sólo la estrategia del Espacio Arizu de recuperación de este hermoso lugar, sino también la estrategia de la Sinfónica de ofrecer una temporada multidisciplinar, una temporada con conciertos y experiencias en distintos formatos para distintos públicos", expresó.

En esta oportunidad, con una formación reducida la OSUNCuyo presentó un concierto de cámara cuyo repertorio comprendió el Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy, las Danzas Folklóricas Rumanas de Bela Bartok, las Cinco danzas griegas para cuerdas de Nikos Skalkottas y las Antiguas arias y danzas, Suite n°3 de Ottorino Respighi.