En la oportunidad, Adela Monge, Coordinadora del CAP, agradeció a los panelistas la iniciativa de la Fundación Cullunche, integrante del Consejo y transmitió el saludo del rector Arturo Somoza. Asimismo, hizo hincapié en el deber que tiene la Universidad de “articular con todos los espacios de la sociedad”. Es uno de los objetivos del Consejo que “se condice directamente con uno de los ejes centrales de la gestión de la UNCuyo como es la inclusión social. En este caso, dirigida a los pueblos originarios y la interculturalidad”.
Por su parte, Jenifer Ibarra de la Fundación Cullunche,
sostuvo "el objetivo de la Fundación va más allá de defender la flora y la
fauna. Enfocamos nuestra atención a los pueblos originarios, verdaderos
guardianes de la flora y la fauna y reservorios de cultura”.
Comenzaron la disertación Gabriela Perulán y Valeria Chiavetta, quienes expusieron
trabajo que realizan con el Proyecto “Construyendo
desde la diversidad hacia la integración argentino-boliviana”
En esta iniciativa, trabajan con las comunidades de migrantes bolivianos establecidas en Ugarteche y el barrio Belgrano. Describieron sus actividades a partir del diagnóstico de la situación y la emergencia de la diversidad cultural como foco central de atención. Puntualizaron la importancia de la práctica de la educación popular intercultural y la promoción de la acción colectiva como forma de tratamiento de la problemática. Por último, concluyeron afirmando que “no es un problema de los bolivianos sino de toda la sociedad mendocina”.
Pablo Melipil, líder espiritual de los pueblos originarios de Mendoza, realizó una breve descripción de los hizo una detallada descripción de lo padecido por su pueblo y los pueblos originarios de América, desde la Conquista hasta la actualidad.
Asimismo, resaltó el respeto a "las tradiciones centenarias de sus pueblos" y cuestionó el otorgamiento de “parcelas de tierra como propiedad privada y no como propiedad comunitaria”.
Por último, Néstor Elías comenzó su presentación afirmando “lo que comenzó como derivación de un trabajo periodístico, siguió como una inquietud personal, se transformó en la obligación moral de dar a conocer una realidad invisible y cumplir con el deber de periodista”.
Durante su exposición comentó que el libro está dividido en dos partes, la
primera reconstruye la trayectoria de la comunidad Q’om a través de su
historia. La segunda, contiene una serie de entrevistas con personas relevantes
de la comunidad, quienes describen y transmiten los problemas que atraviesan.
El periodista se se enfocó en los problemas referidos a
la tenencia de la tierra, la atención de salud, la educación, el trabajo y el
desarrollo social. Concluyó afirmando que “el mayor riesgo que sufren las comunidades Q’om es la soledad, no
tener a quién contarle lo que les pasa”.