Con un gran despliegue escénico, anoche se realizó el espectáculo “Cantos de libertad”, el cierre artístico de la UNCuyo que celebró los 35 años de democracia. Se representó fue la obra clásica Carmina Burana, y fue interpretada por los diferentes organismos artísticos que integran la UNCuyo.
Pese a que el evento estaba programado para el miércoles 19, debido a las condiciones meteorológicas anunciadas se tuvo que reprogramar para este viernes 21, exitosamente el clima acompañó la noche con presencia de autoridades universitarias y gubernamentales, y un Parque Central colmado de un gran público diverso.
Esta exquisita cantata compuesta por Carl Orff fue acompañada por los organismos artísticos de la Secretaría de Extensión y Vinculación de la UNCuyo: la Orquesta Sinfónica, el Ballet, el Coro Universitario de Mendoza, el Coro de Niños y Jóvenes, el Coro de Cámara y el Elenco de Teatro. La dirección artística estuvo a cargo de Pedro Marabini.
Cabe destacar que el escenario sumó 500 m² montados a las orillas y sobre el Lago del Parque Central, y la presentación contó con casi 300 artistas encargados de llevar adelante un show único.
De la colección completa del Carmina, Carl Orff escogió veinticinco canciones y las ordenó para que pudieran ser representadas en un escenario. La obra consta de una introducción, tres partes y un final de veinticinco números.
El espectáculo resultó estar en un gran nivel artístico por parte de los organismos que se lucieron. El reconocido fragmento inicial Fortuna, dio comienzo con gran potencia y magnificencia a lo que sería una memoriosa noche a cargo de los coros, orquesta, ballet y teatro. Un buen detalle fue el acompañamiento en una de las pantallas de las traducciones al castellano de todas las rimas de la obra.
La Orquesta Sinfónica participó durante todo el concierto representando los momentos más calmos y álgidos en cuanto a lo musical de la obra, mientras que los tres coros en conjunto ofrecieron sus versátiles voces que se complementaron con las intervenciones de los solistas invitados: el barítono Fernando Lazari, el tenor Marcelo Zelada (CUM) y la soprano Griselda López Zalba.
El Ballet por su parte proporcionó el desafío de representar las mejores escenas con coreografías que intercalaban también lo teatral en base al argumento y lírica. Los dos pequeños escenarios de los costados, fueron habitados por el Elenco del Teatro en donde también se representó algunas de las más importantes escenas incluyendo la famosa rueda de la fortuna.
Como ya sabemos, el final de la obra, como si fuese un ciclo o una rueda constante, finalizó con la grandiosa repetición de Fortuna, aunque siempre da la sensación de ser más imponente y monumental que la del inicio.