Concepto Estético
Por Roberto Barrozo Ahumada
“Cosí fan tutte” es una pintura de época que nos muestra un mundo donde el dinero da poder, sostén y status social a una burguesía en ascenso; donde la razón trata de justificar lo que el corazón no puede aceptar ni perdonar; donde pugnan por sobrevivir e imponerse dos posturas o miradas diferentes acerca del hombre y la mujer. Del hombre que todo lo puede y la mujer relegada a un segundo plano en la escala de valores sociales. ¿Acaso no lo diría el mismísimo Wolfgang Amadeus Mozart, cuando reconocía que en realidad la talentosa era su hermana, pero tuvo la mala suerte de nacer mujer?
En esta obra magistral desde el punto de vista musical, que trata de elevar a un plano más virtuoso un libreto que no resultó ser el mejor logro literario de Da Ponte, se plantean la lucha de clases sociales bien diferenciadas y cada personaje representa un perfil distinto de los muchos que componen la sociedad del siglo XVIII. Así tenemos una clase culta, casi noble, encarnada por Don Alfonso, el catedrático, el filósofo que, dueño del conocimiento universal, maneja los hilos de los que penden el resto de los protagonistas. Juega con sus pasiones y sus debilidades para probar que la razón está de su parte. La mujer, en sus dos facetas más ostensibles, la encontramos en aquella fierecilla indomable de Shakespeare que aquí ve la luz en Fiordiligi, mientras su hermana Dorabella nos muestra la otra cara, la sensible, la vulnerable.
Por otro lado, el hombre que evidencia su rostro de guerrero, orgulloso de su especie en la personalidad de Guglielmo, enamorado de Fiordiligi, mientras su faceta sensible y apasionada toma forma en Ferrando, quien ama a Dorabella. Ambos militares y como tales poseedores de una posición relevante desde el punto de vista social.
Finalmente y como era de esperarse en una ópera que se inscribe dentro de los parámetros de la ópera bufa, nacida en la escuela de Nápoles, encontramos a la clase baja, el último estrato social, el del pueblo, en la figura que representa a la gente que trabaja al servicio de los poderosos y que en nuestra historia es Despina, una doncella que sirve a Fiordiligi y Dorabella, experimentada en las vicisitudes de la vida, poseedora la filosofía que se aprende en la calle, pero que, débil ante unas monedas de oro, cede a las intenciones de Don Alfonso y se vuelve cómplice de su plan para dejar en evidencia la infidelidad de sus patronas.
Ella encarna, sin embargo, la contrapartida del pensamiento sustentado por Don Alfonso y no es casual que en esta historia de engaños y enredos hilarantes, el rol recaiga en una mujer. Mientras el filósofo afirma que “todas las mujeres hacen lo mismo y son criaturas incapaces de guardar fidelidad a un solo hombre”, Despina replicará que “todos los hombres son iguales y reemplazables y lo único que buscan en las mujeres es el placer”.
Nuestra mirada, en esta producción, trata de reflejar esta batalla social y profundamente humana, en un tono de comedia, como lo amerita el “dramma giocoso”, tal como define Mozart a su composición, y sin caer en la frivolidad sobre cuestiones tan controversiales y serias, poder reír o endulzar con humor y madurez temas y situaciones que en otras circunstancias serían en extremo dolorosas.
Todo esto enfocado en la interpretación del estilo musical tan propio de Mozart, en el uso adecuado de los recursos teatrales que exige la ópera y en la intención de transformar un lenguaje, a veces lejano para el público de masas, en algo tan cotidiano que permita al espectador menos experimentado verse reflejado en los personajes de la escena, con sus virtudes y sus miserias, sumidos en conflictos de la vida cotidiana y envueltos en situaciones hilarantes y confusas pero con un final feliz.
En esta primera fase de nuestro proyecto artístico para Ópera Studio y bajo la dirección de Verónica Cangemi, presentamos una primera versión de concierto, con semi-escena, como una anticipación de lo que será la puesta en escena completa posteriormente.
“Così fan tutte” (Así hacen todas) es una ópera compuesta musicalmente por Wolfgang Amadeus Mozart y libreto de Lorenzo Da Ponte, en dos actos e idioma italiano. Es la tercera colaboración de ambos artistas, después de Le Nozze di Figaro (Las bodas de Fígaro) y Don Giovanni (Don Juan). Si bien no existe una obra literaria previa en la que se inspire, el tema presentado tiene antecedentes como la leyenda de Céfalo y Procris que relata Ovidio en su Metamorfosis, el Cimbelino de Shakespeare y algún que otro episodio del Decamerón de Boccaccio.