Sábado 30 de septiembre. Está aclarando el día y nos vamos reuniendo en la Plaza Independencia. Algunas ráfagas de viento zonda empiezan a soplar con fuerza. Parece que la primavera está algo perezosa y no vendrá hoy a recibirnos con su cálido abrazo y su cielo azul. Pero no importa, igual saldremos a recorrer y aprender de la tierra mendocina y su gente. En esta oportunidad visitaremos el Valle de Uco, tierra de productores y hermosos paisajes.
Llegamos temprano a la plaza departamental de Tunuyán. Allí nos presentamos jugando, y entre movimientos y sonidos (Zip! Zap! Plop! Boinga!), vamos soltando el cuerpo y las risas, diciendo nuestros nombres y aprendiendo los de nuestros compañerxs.
Luego nos dirigimos a nuestro primer encuentro con la comunidad. Visitamos la Asociación Feria Franca Tunuyán, un importante emprendimiento de asociativismo y comercio justo que nuclea a algunos pequeños productores locales de hortalizas y productos caseros. Julia García, presidenta de la Asoc. nos recibe junto con los demás productores en su lugar de trabajo. Allí nos contaron sobre los beneficios que les brinda pertenecer a la asociación (acceso al crédito, asesoramiento técnico y venta directa al público en el predio de la feria, entre otros) y de las dificultades que enfrentan cotidianamente (por ejemplo, alquilan la tierra que trabajan). Luego de recorrer los puestos y hacer algunas compras, agradecemos a lxs feriantes y partimos a nuestra segunda parada.
Nos dirigimos a una mediana empresa agrícola en las cercanías de Tunuyán. Allí, mientras nos dejamos deslumbrar por la belleza de los manzanos y los durazneros en flor, dialogamos respecto a las características socioeconómicas que diferencian a éste emprendimiento de uno pequeño y seguimos completando el cuadro sobre la realidad socioproductiva del Valle de Uco.
Empieza a caer un poco de lluvia, así que apuramos el paso y marchamos a la última parada del día, una bodega de la zona, de esas que son postal turística del Valle de Uco. Aquí observamos otra realidad, asociada a la agricultura empresarial y la integración vertical de la producción vitivinícola, el otro extremo del sistema productivo que contrasta con la primera realidad que conocimos, pero que a su vez convive con ella en una misma geografía. Sigue lloviendo, así que nos resguardamos en una galería y reflexionamos respecto a las tres realidades productivas que hemos visitado durante la mañana. Aún nos queda mucho por hablar y el hambre empieza a sonar en nuestros estómagos, por lo que decidimos continuar el debate en compañía de un delicioso almuerzo.
Nos dirigimos a la Estancia San Pablo, donde nos esperan unas ricas empanadas y unos sabrosos choripanes, que compartiremos en la cercanía de un fogón que nos ayuda, junto a un vasito de vino, a calentar nuestros espíritus. Ahora sí podemos seguir nuestra reflexión. Reunidos en grupos, trabajamos en torno a 4 ejes (tierra, relaciones personales, relaciones institucionales y comercialización) que nos permiten cerrar la actividad en una puesta en común que se llena de mapas conceptuales, poesía y música.
Miramos por los ventanales y para nuestra alegría vemos que ya no llueve. Nos ponemos los abrigos, ajustamos los cordones de las zapatillas y nos vamos a caminar! Al dar la vuelta en una montaña descubrimos una hermosa cordillera de Los Andes toda nevada, que nos atrae como hipnotizados, siguiendo el camino hacia el oeste, hasta llegar a un antiguo campamento minero. Allí paramos para recuperar el aire, tomar agua y sacar algunas fotos. Decidimos subir una montaña y al llegar arriba encontramos fantásticas vistas y paisajes. Contemplamos un rato éste regalo de la naturaleza y emprendemos el regreso. Nuestros pasos se aligeran porque sabemos que abajo nos están esperando con sopaipillas, mate y música en vivo.
Pablo Luján ya está con la guitarra entre las manos, el fuego sigue encendido y todxs nos disponemos en ronda. Cancionero en mano, algunxs más tímidos, otrxs no tanto, alzamos nuestras voces para acompañar la música que viene a acariciarnos, y así, entre tradicionales cuecas, chacareras y nuevas canciones de protesta social, cerramos un día de encuentro y aprendizaje con nueva gente, los locales que nos recibieron con generosa calidez y los extranjeros que llegamos con alegría y deseos de compartir y aprender.