La jornada comenzó con el taller Alguna vez Kiarostami me prestó sus ojos, a cargo del crítico de cine Roger Koza, en la Sala Azul de la Nave Universitaria. Como el título de su propuesta señala, Koza remarcó “que es necesario proveerse de un nuevo set audioperceptivo (ojos y oídos) que permita la transformación desde espectador corriente a cinéfilo”. La idea que nucleó las temáticas abordadas en el taller es la del espectador emancipado de Jacques Rancière. Estas temáticas son el plano, la noción de “fuera de campo”, relación espacio-tiempo y el punto de vista. “Hay que trabajar sobre lo que es un espectador, su historia devenida de un pasado colectivo, para entender qué lo ha configurado”, apuntó el también programador.
En simultáneo, Mariano Oliveros dictó el seminario Cómo vender cine argentino (Film Andes), propuesta que se sitúa en la esfera del marketing para cine argentino, “en una era en la cual generar deseo y captar la atención se dificulta, puesto que el contenido se ha diversificado hasta la expansión desproporcionada”, afirmó. Durante su exposición, el periodista especializado en marketing cinematográfico hizo un recorrido por los derroteros del diseño de la imagen, la selección de actores, las temáticas y los tipos de películas, puntos clave para la campaña publicitaria de las mismas. “Estos aspectos cobrarán relevancia a la hora de la llegada al público, la distribución y la búsqueda de vías de exhibición”, expuso. Sobre la mesa del aula donde se desarrolló el seminario descansaba su libro “Yo no veo cine argentino”.
Posteriormente, a las 14:30, Rodrigo Paz retomó la segunda parte de su taller El videocelular como dispositivo de comunicación y expresión artística. En esta oportunidad se pusieron en práctica los contenidos del día anterior: los asistentes filmaron sus propias producciones con celular en la Nave Universitaria, la Nave Cultural y en el Paseo Antonio Di Benedetto. Con la edición de estos materiales se vio concluida esta experiencia a través de la incorporación de esta nueva herramienta al ámbito cinematográfico.
Paralelamente, la sala 2 de la Nave Universitaria fue el escenario del cuestionamiento a los modos de producción industrial, de concursos y créditos, de las vías digitales, entre otros temas. En Desmontaje del film Buenos Aires al Pacífico. Sin censura, Mariano Donosodesplegó por completo el equipo con el que filmó su película, con el afán de “desmitificar el modo único y hegemónico de producción en el cine”- según se explayó- dado que hay realizaciones que se pueden filtrar a través de lo canónico (idea - guión - sentido), dando como resultado películas como la suya.
Alrededor de las 17, se inició el diálogo abierto entre directores locales con PCI (Proyecto Cine Independiente) de la Asociación de Directores de Cine, con el fin de intercambiar opiniones sobre las problemáticas que los atraviesan, la cinematografía federal, y la presentación del proyecto Puentes de Cineastas, que tiende a desarrollar la actividad de cineastas de todo el país. Celia Murga, Daniel Rosenfeld y Marco Berger estuvieron moderando este espacio, compartieron con estudiantes de cine de diferentes provincias y realizadores mendocinos que participaron en el conversatorio.
Concluyendo esta jornada, Lucrecia Martel se dio cita en la Sala Chalo Tulián con su disertación titulada ¿Qué es la representación y para qué sirve?. La directora salteña condujo a la audiencia por el sendero de sus dos libros, que engloban las dos premisas que marcaron la noche. La primera de ellas fue la desnaturalización del tiempo como categoría exclusiva de lo visual, ante lo que expresó: "el sonido puede alterar la potencia de la imagen que tienen inmediatez y proximidad con su referente. Uno de los placeres de la narrativa es tambalear, es la incomodidad", afirmó. La segunda de las premisas fue la idea de la representación: "en el cine ¿reproducimos el mundo? para mí es lo contrario; desarticulamos la realidad", resaltó. También se refirió al tema del cupo femenino en los espacios de trabajos y los escenarios, acotando que “el cupo indigna, pero es la única manera de ganar un espacio ante esta sociedad que se resiste”. Por último, adelantó que está creando una película sobre el crimen de Javier Chocobar, acontecido en la provincia de Tucumán.
La agenda de proyecciones se vio nutrida de una importante cantidad de propuestas. En el rubro Cortos, se proyectaron las segundas etapas de los ciclos Cortos de realidad virtual y Cortos de estudiantes, a los que se sumó el estreno de la Competencia Nacional de Cortos.
Las producciones brasileñas dieron el batacazo con Bixa Travesty, documental de Claudia Priscila y Kiko Golfman, ubicada dentro de la Competencia Iberoamericana de Largometrajes; además, Com os punhos cerrados, de Ricardo Pretti, Pedro Diogenes y Luis Pretti, abrió el ciclo Brasil Resiste.
Mendoza tuvo sus representantes de lujo con Pegado al cielo, la película de Ciro Novelli que acompaña el recorrido de dos artistas plásticos por las rutas sanmartinianas, y con Los Bichos, que inició el Foco Mendoza. La propuesta de Juan Lorca combinó, todo en uno, zombies, suspenso, acción y drama.
Sin duda el tango fue el invitado de honor de la segunda jornada del Festival GRABA 03. El Paseo Antonio Di Benedetto fue escenario de la proyección del film Piazzola: los años del tiburón, ubicada dentro de las Proyecciones Especiales. El documental es un homenaje al gran compositor argentino, cuya música trascendió fronteras nacionales. A esta pieza se unió la música en vivo del quinteto de Homenaje al Tango, conformado por Lucas Altamore (violín), Joaquín Guevara (guitarra), Germán Montenegro (contrabajo), Mariano Colombo (piano) y Fabrizio Colombo (bandoneón), que iluminaron la noche mendocina y elevaron por los aires el sonido de la voz de Julieta Lazzo, invitada especial.
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