En su obra “Un nuevo sistema de salud es posible. Bases para la transformación”, Rodolfo Montero efectúa un exhaustivo análisis crítico del sistema de salud argentino y pone en contrapunto los fundamentos político-filosóficos que guían la distribución del servicio de salud en función de la visión que se tenga del Estado: un modelo neoliberal, que concibe el acceso a la salud como bien de cambio librado a las condiciones de mercado, en oposición a un Estado social y democrático de bienestar, que garantice la salud como derecho fundamental.

El autor toma postura y explica el eje sobre el cual gira toda la obra: la solidaridad entre ciudadanos. A través de este concepto, introduce la propuesta de un «Seguro Federal de Salud» que, si bien resulta de alcance nacional, no por ello quita protagonismo a las provincias. Logra no sólo un adecuado equilibrio sino también una factible propuesta de universalización en el acceso a la salud, la calidad de sus prestaciones y la distribución de los costos del sistema.

En definitiva, se trata de un texto fundamental para conocer de dónde viene nuestro sistema de salud, cómo ha [in]evolucionado y qué queda por hacer en materia de salud pública a fin de lograr que todos los habitantes de la Nación puedan acceder a una cobertura médica de calidad y en igualdad de condiciones.

Henri E. Jouval Jr. en el prólogo sintetiza que “el libro alerta sobre los agotamientos y estrangulamientos de las reformas de salud, bosqueja una agenda de debates y propone alternativas de solución, con la claridad que siempre caracterizó al autor.”

Montero, fallecido al momento de esta publicación, si bien fue un destacado médico cirujano, dedicó gran parte de su carrera a la actividad pública. Se desempeñó en distintos organismos públicos con la convicción de que la política constituye la más efectiva herramienta de transformación de la realidad social.

RODOLFO MONTERO (1927-2014)

Comenzó su carrera como médico urólogo y cirujano. Integró el primer equipo de trasplante renal de la Provincia de Mendoza. Fue presidente del Círculo Médico de San Rafael (Mendoza) de 1961 a 1963, del Círculo Médico de Mendoza entre 1972 y 1983 y de la Confederación Médica de la República Argentina (comra). En 1983 fue convocado para ser ministro de Salud de Mendoza y luego por el presidente Raúl Alfonsín para ocupar la Secretaría de Salud (con rango ministerial). También dirigió el Sanatorio Antártida y fue consultor de la Organización Panamericana de la Salud.

Luego de su jubilación, dedicó 25 años a su verdadera pasión: leer, reflexionar y escribir sobre sociología, historia, política, salud y economía, y sus últimos tres años, a la redacción de este trabajo, que es fruto de su pasión por el bienestar social.