Con una fila que daba vuelta en la esquina, a las nueve y cuarto de la noche se abrieron las puertas del Teatro. Con mucha expectativa, rápidamente el público se ubicó en las butacas a la espera de lo que prometía ser un gran espectáculo.

Pasadas las nueve y media, previo a Tonolec, Ana Bustos, estudiante de música popular, interpretó bagualas y piezas folclóricas. Acto seguido, llegó el turno de ellos, el dúo tan esperado que, al pisar el escenario, inundaron la sala de una mística especial.

Con un vestuario llamativo y original, comenzaron interpretando una canción de su primer disco, Lamento. Durante más de una hora, cautivaron al público con La cazadora, Techo de paja, En busca del sol, Baila baila, Noyetapec, Mi caballito (canción compuesta para los niños),  Ay corazoncito y Llora tus penas. No faltaron las versiones de El cosechero de Ramón Ayala y Zamba para olvidar de Daniel Toro.

Un detalle especial durante la función fue el rescate del instrumento de percusión ruso, perteneciente a la Orquesta, la Celesta.  “Esta tarde, después de la prueba de sonido, el equipo técnico encontró atrás este instrumento y comenzaron a tocarlo. Con Diego lo escuchamos y dijimos ¿qué es eso?”, explicó Charo. Junto a la Celesta, interpretaron Canción de Cuna y El rito.

Para el final, Tonolec guardó la versión en toba y q`om de Cinco siglos igual y se despidió con Antiguos dueños de las flechas (Indio toba) de Félix Luna y Ariel Ramírez.

La segunda función estuvo cargada de la misma energía y con un público más efusivo que cantó, bailó y ovacionó cada una de las canciones.

El dúo chaqueño, que se presentó en el marco del ciclo Autores e Intérpretes de la Secretaría de Extensión Universitaria, sin dudas colmó todas las expectativas.

Talleres de canto y creación musical.

El día viernes  15 de junio, los integrantes de Tonolec brindaron un taller abierto en la Escuela de Música y en el Cilindro Central del CICUNC.

La propuesta del taller de canto consistió en un recorrido por la cosmovisión toba a través de una de las manifestaciones más destacadas de esta etnia: sus cantos. Se enseñaron por fonética y acompañados de una transcripción, diversos cantos ancestrales. Acompañaron los cantos en ronda con instrumentos típicos de la música qom. Hablaron sobre la cosmogonía qom: el valor de la tradición oral, el traspaso de cantos de generación a generación, su comunión con la naturaleza. El poder sanador del canto.

El taller de creación musical consistió en la búsqueda y experimentación de una idea musical, a través de la cual “conocemos y aprendemos las diferentes herramientas que nos ofrece la tecnología para la creación musical”. Además, Diego explicó el manejo de las herramientas tecnológicas que permite crear música.