El proyecto “Entrenando la Alimentación” ideado en conjunto por la Dirección de Deportes, Recreación y Turismo de la UNCUYO, el comedor universitario y el programa DesarroDar enmarcado en la Secretaría de Extensión Universitaria, tiene como objetivo general la promoción de una alimentación saludable en niños, niñas y jóvenes que asisten a la escuela socio-deportiva de fútbol.
Esta escuela, gestada en el año 2017 a través de un convenio entre el BID, la Fundación Real Madrid y la UNCUYO, nuclea a niños, niñas y adolescentes de 6 a 16 años de los barrios del oeste de la Ciudad de Mendoza. Con el fin de colaborar en la transición hacia una alimentación saludable es primordial hacer foco sobre la calidad nutricional de los alimentos destinados a desayunos y meriendas. En este sentido, es recomendable eliminar las bebidas estimulantes y reemplazar los alimentos altos en carbohidratos por otros de alto valor proteínico.
Para que la recepción de dichos alimentos sea positiva se ha pensado en acompañar por medio de talleres y actividades la transformación paulatina del gusto y al mismo tiempo generar conciencia sobre la alimentación. Es por ello que el sábado 24 de septiembre se realizó el primer taller de cocina destinado a niños y niñas en la ludoteca del NIDO en el barrio Flores, dicho taller estuvo a cargo de la nutricionista Jannika Bailey.
Las actividades desarrolladas tuvieron que ver en un primer momento con la activación de los sentidos; de forma que a través del olfato, el gusto y el tacto se pudiera generar una afectación con el alimento. Se continuó con el preparado de dos recetas teniendo en cuenta el desarrollo de la motricidad fina y utilizando el juego como medio; por un lado, se hicieron brochettes de frutas y por el otro, bolitas de avena, cacao y crema de leche. La mezcla había sido previamente preparada por la nutricionista y la actividad consistía en darles forma y rebozarlas con coco.
Al ser la alimentación una cuestión social y cultural es fundamental trabajar en aspectos que aseguren la puesta en marcha y continuidad de lo aprendido. Al mismo tiempo, con estas actividades, las niñeces se irán convirtiendo en actores transmisores de una alimentación saludable y consciente en su comunidad.