No sabemos si todavía se lo puede considerar un “clásico” de la UNCuyo, pero no va a faltar mucho más para etiquetarlo así. La segunda edición de este evento vino con nuevas propuesta e intervenciones, siempre teniendo a la electrónica como referente.
Desde la tarde, el público se fue acercando a los alrededores del Parque Central, tanto en la famosa “lomita” como en los palcos y en la rambla destinada para personas mayores, personas embarazadas y con discapacidad.
Pasadas las 21.30 comenzó el espectáculo con la salida de la Orquesta Sinfónica, dirigida por el maestro Rodolfo Saglimbeni, junto al DJ Mariano Trocca. Así es como comenzaron con “The Whistle Song” de Frankie Knuckles, para luego seguir con “Chase The Sun” de Planet Funk que contó con la interpretación de Francisca Figueroa, una de las voces más agradables, amoldables y distinguidas que tiene actualmente la escena musical mendocina.
El programa siguió con las rítmicas y bailables “American dream” de Jakatta, «I don't know anybody else» de Black Box y “Missing” de EBTG.
También tuvieron un papel principal las lisérgicas y geométricas visuales que acompañaron todo el set a cargo de Julia Posada y Gimena Federici. Con distintos elementos que se repetían y combinaban a la par del ritmo musical y colores llamativos, supieron entretejerse para que el público lograra un trance ideal de sentidos.
No faltó lugar para los clásicos de la electrónica como “One more time” de Daft Punk, “Sing it back” de Moloko, “Right here right now” de Fatboy Slim, “Underworld” de Born Slippy, entre otros.
Para el cierre, el tema elegido fue “Enjoy the silence” que fue interpretada con gran actitud escénica por Marce Conno, cantante de Huge the Cara. Para el bis volvió a subir al escenario Francisca Figueroa para repetir “Chase the sun” y así concluir la primera parte de lo que ya se perfilaba como una noche bailable.
No pasaron ni cinco minutos de ese final, cuando sube al escenario PUNA, dúo a cargo de el Gato Ficardi y Daniel VInderman, y que tuvieron de invitada a la cantautora María Fernanda Alemán, para conjugar un híbrido de sonidos folclóricos con la electrónica, y el house, donde el bombo leguero, guitarra y charango fueron los protagonistas del momento, con esta banda que da que hablar. Su música cumplió una función muy poderosa de anclaje en ideas y sentimientos, combinando ritmos y sonidos y atravesando las fronteras de los géneros.
Ya avanzada la noche y para terminar llegó el turno de la electrónica son medidas y estuvo a cargo de Agustina Antonini, quien en la actualidad vive uno de sus mejores momentos como Dj ya que quedó como finalista del “MILLER SOUNDCLASH ARGENTINA 2016” lo que la posicionan entre las Djs más pretendidas en la actualidad. Y lo demostró sin medida cerrando la noche electrosinfónica de la UNCuyo.
Ahora sólo queda esperar un año más para poder disfrutar de otra propuesta de estas características, con altísimo nivel, destinado a toda la familia.