Un día como hoy, hace catorce años, el Senado de la Nación Argentina aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario N° 26.618 con 33 votos afirmativos, 27 negativos y 3 abstenciones, luego de la media sanción en la Cámara de Diputados. Fue una de las sesiones más extensas en la historia del Congreso y marcó un hito en la lucha por la igualdad y los derechos humanos en el país. La ley fue el resultado de un arduo trabajo conjunto entre organizaciones sociales, políticas y la comunidad LGTB+, todas unidas bajo la consigna: “el mismo amor, los mismos derechos”.
El recorrido hacia la sanción de esta norma tiene antecedentes tanto legislativos como jurisprudenciales. En 2002, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobó la Ley de Uniones Civiles, la cual fue criticada por ser un parche insuficiente para abordar integralmente la problemática. En el ámbito judicial, diversas acciones de amparo se presentaron para declarar inconstitucionales las normas que impedían el matrimonio entre personas del mismo sexo. En 2007, María de la Cruz Rachid, representante de la Comunidad Homosexual Argentina, presentó el primer amparo, y en 2009 se dictó el fallo “Freyre Alejandro C/ GCBA sobre amparo”, que declaró la inconstitucionalidad de los artículos 172 y 188 del Código Civil, permitiendo así la celebración del primer matrimonio igualitario en Argentina.
La aprobación de la ley en la Cámara de Diputados también fue significativa, con 126 votos a favor, incluidos los de Carlos Heller y Ricardo Alfonsín, mientras que 110 diputados, como Graciela Camaño y Francisco De Narváez, votaron en contra, 4 se abstuvieron y 16 estuvieron ausentes. Vilma Ibarra, quien presentó el proyecto de ley, destacó en su discurso: “Estamos tratando una cuestión de igualdad. No se trata de un tema religioso, ni de una cuestión sólo de una comunidad; estamos tratando un tema que hace a toda la sociedad argentina porque estamos discutiendo si les damos un lugar a la igualdad, a la dignidad, al respeto, y si ponemos la Constitución y los tratados de derechos humanos en plena vigencia para que no se pueda discriminar por orientación sexual”. Este aniversario nos invita a reflexionar sobre los avances logrados y a continuar trabajando por una sociedad más justa y equitativa para todos.