La resolución, respaldada por 170 países con solo 13 abstenciones, entre quiénes se abstuvieron, se encuentran Rusia, Nicaragua, Irán y Senegal, subraya la urgencia de combatir la violencia en línea, su impacto desproporcionado en mujeres y niñas y la necesidad de políticas integrales que incluyan acceso a justicia y servicios de apoyo para las víctimas. También refuerza compromisos fundamentales asumidos en instrumentos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Rechazar esta resolución no es un acto aislado, sino un mensaje al mundo que contradice la trayectoria histórica de nuestro país como referente en derechos humanos y equidad de género. Argentina ha utilizado durante décadas los foros internacionales para denunciar violaciones de derechos, fomentar estándares democráticos y promover políticas innovadoras. Desde la recuperación de la democracia en 1983, hemos sido reconocidos por liderar iniciativas contra los crímenes de lesa humanidad y por avanzar en políticas de género, como el voto de las mujeres, paridad de género en ámbitos de representación política y derechos reproductivos.
La gestión de un país no puede basarse en preferencias individuales; debe sustentarse en las bases sólidas que hemos construido a lo largo de nuestra historia. Ignorar este legado no solo traiciona los valores que nos definen como sociedad, sino que también nos aleja del mundo y de los consensos globales que nos brindan oportunidades de crecimiento y cooperación.
Pertenecer a organismos internacionales va más allá de la cooperación multilateral o la participación en la gobernanza global en abstracto. No se trata de consignas vacías, sino de establecer los fundamentos para nuestra apertura al mundo. Es proyectar a profesionales formados en Argentina hacia el ámbito internacional, reafirmar nuestro compromiso con las libertades fundamentales y establecer garantías mínimas que promuevan el desarrollo, la justicia y la equidad.