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Se cumplen cuatro años de la paridad piso en la UNCUYO

Desde 2019, tras la reforma del Estatuto Universitario, la Universidad garantiza la paridad de género en los ámbitos de representación política. La propuesta, aprobada por la Asamblea Universitaria, “marcó un hito en la historia de la institución, un ejemplo de avanzada y una fuerte señal a la sociedad de la relevancia de garantizar los derechos de las mujeres a participar en cargos políticos”, destacó la rectora Esther Sanchez.

imagen Se cumplen cuatro años de la paridad piso en la UNCUYO

Cada año, desde 2019, la Universidad Nacional de Cuyo conmemora un nuevo aniversario de un hito en la universidad pública argentina: el garantizar la paridad piso en los espacios de representación política.

Para el 23 de agosto de ese año, la Asamblea Universitaria —órgano máximo de gobierno— convocaba a 185 miembros de los diferentes claustros que, por el 88.40% de los votos, aprobaban la modificación del Estatuto Universitario que estableció la paridad de género en los cargos electivos colegiados.

Mientras que, con el 78,03% de los votos, quedaba aprobada la paridad en los binomios de gobiernos, permitiendo que las fórmulas que se postulen a ocupar los cargos de rector y rectora, vicerrector y vicerrectora; decanos y vicedecanas respeten el principio de paridad de género y estén integradas al menos por una mujer.

“El acontecimiento marcó un hito en la historia de la UNCUYO. Un ejemplo de avanzada y una fuerte señal a la sociedad de la relevancia de garantizar los derechos de las mujeres a participar en cargos políticos. El hecho de visibilizar las inequidades y proponer soluciones es el camino para lograr un cambio cultural hacia una sociedad más justa y equitativa”, dijo la rectora Esther Sanchez.

De esta manera, la casa de estudios de Mendoza es pionera en el sistema universitario nacional al incorporar la paridad de género piso para los cargos electivos de representación política de las unidades académicas y del Rectorado, y para los cargos de la Junta Electoral General y Junta Electoral Particular, de todas las secciones electorales respecto al modo de integración y composición.

Para Camila Pessino, responsable de la Dirección de Mujeres, Género y Diversidad, la paridad piso se vivió como una reforma realmente revolucionaria para quienes conforman la comunidad universitaria, ya que fue la primera universidad nacional y casa de estudios en la región que modificó su Estatuto, concretando una reforma que implica una “discriminación positiva, pero no que plantea un cupo, sino una paridad piso donde al menos el 50% de los cargos tienen que ser ocupados por mujeres y/o disidencias. Esto es nuevo en muchos sentidos, porque plantear las disidencias asimismo se transforma en una novedad y hablar de la diversidad e incluirla en responsabilidades de gestión, también es importante”.

“Que nuestra primera rectora electa de manera directa con la reforma estatutaria sea mujer tiene que ver con que se confíe también en la capacidad de decisión de las mujeres. Parece que este fuera un discurso muy retrotraído de otra época, pero son las discusiones que las mujeres nos seguimos dando. Por eso son importantes estas medidas para construir igualdad a la hora de asumir responsabilidades en la función pública o gestión. La UNCUYO hoy se evidencia como un faro para otras instituciones que pueden animarse y tener un antecedente bien concreto de cómo funciona este sistema”, expresó Pessino.

La paridad piso en el gabinete de la UNCUYO

El 71% de los puestos en las secretarías de la Universidad están ocupados por mujeres.

La equidad de género y la participación de las mujeres en puestos de toma de decisión en instituciones educativas son cuestiones fundamentales en la construcción de sociedades más justas e inclusivas. En este contexto, resulta crucial analizar y destacar la relevancia de la UNCUYO en la participación activa de las mujeres en estos espacios, considerando el dato significativo de que el 71% de los puestos en las secretarías de la Universidad están liderados por mujeres.

El hecho de que 5 de cada 7 puestos de estos espacios estén ocupados por mujeres refleja una progresiva transformación institucional hacia una mayor equidad de género. Esta representación, en roles de liderazgo, indica un compromiso con la igualdad y envía un mensaje claro de que la institución valora y promueve la participación activa de las mujeres en todos los niveles.

La introducción de la paridad en el sistema universitario argentino es esencial, dado que solo un 16% de autoridades máximas de las universidades son mujeres, en comparación con el 84% que son varones, representando 9 mujeres frente a 48 varones entre los 57 miembros del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Estas cifras subrayan de manera contundente las profundas desigualdades políticas existentes. En términos concretos, solo el 40% de los cargos que abarcan en todas las universidades públicas nacionales; desde rector/a, vice-rector/a, secretario/a de universidad, decano/a, vicedecano/a o secretario/a de facultad, son ocupados por mujeres. Es decir, la UNCUYO está ampliamente por encima del promedio a nivel nacional.

Esta casa de estudios asumió un rol vanguardista en el ámbito académico argentino al convertirse en la primera institución universitaria en implementar la paridad en los órganos colegiados y en los cargos de decanatos y rectorado. Además, se destaca como la única universidad donde la paridad se estableció como un estándar mínimo, subrayando la importancia de asegurar una equidad sustancial en todos los claustros.

A pesar de la visibilidad y la importancia que cobró el tema de la igualdad en la esfera pública, son muy escasas las universidades que adoptaron el principio de paridad como lo supo construir la UNCUYO. El actual gabinete de la Universidad, integrado por Fabiana Molina, a la cabeza de la secretaría Académica; Juan Pablo Cebrelli, en la secretaría de Bienestar Universitario; María Celeste Parrino, a cargo de la secretaría de Extensión; Estefanía Villaruel, quien lidera la secretaría General; Cecilia Asensio, por la secretaría de Gestión Económica y de Servicios; María Teresa Damiani, de la secretaría de Investigación, Internacionales y Posgrado; y Roberto De Rossetti, secretario de Transformación Digital, ejemplifican la relevancia directa de la presencia de mujeres en las decisiones de la UNCUYO.

Esta participación activa no solo aporta al abordaje de las brechas de género y la promoción de la igualdad, sino que también sienta bases sólidas para el afianzamiento de políticas y acciones inclusivas en la institución.

La actual gestión otorgó un significativo valor a las políticas de género en la casa de estudios a través de la creación de la Dirección de Mujeres, Género y Diversidad, espacio que pertenece a la secretaría de Bienestar. Su propósito central es fomentar una gestión responsable desde una perspectiva de género, promoviendo la colaboración entre las facultades a través de la Red Interna de Género y coordinando con las dependencias del Rectorado involucradas en estos asuntos.

Estas instancias reflejan la aspiración a una comunidad universitaria más inclusiva y equitativa, donde las voces y realidades diversas se tomen en cuenta y donde la educación pública, gratuita, laica y de calidad contribuya a forjar una igualdad de género tangible y perdurable. Con estas iniciativas, se vislumbra un futuro en el que la equidad no sea solo una meta, sino una realidad palpable en la UNCUYO.

El proceso de Reforma Estatutaria

☛ Fue promovida con la intención de generar un nuevo campo de construcción política en la Universidad, a partir del cual los diferentes espacios políticos se vieran interpelados a considerar la participación concreta de las mujeres y disidencias en los procesos y cargos electorales.

☛ Así, el 5 de junio del 2019, mediante una resolución votada por unanimidad, el Consejo Superior de la UNCUYO convocó a una Asamblea Universitaria que marcaría un antes y un después para el feminismo universitario con la conquista de la paridad piso para los espacios de representación política.

☛ Fue el exrector Daniel Pizzi, junto con el exsecretario de Relaciones Institucionales, Asuntos Legales, Administración y Planificación, Víctor Ibañez quienes convocaron a una Comisión adhoc. En ella, integrantes de todos los claustros de la Universidad, desarrollaron el proyecto durante meses para ponerlo a consideración del órgano máximo de gobierno de la UNCUYO.

☛ El proceso continuó con la presentación del proyecto a todos los Consejos Directivos de las unidades académicas. Finalmente, el 23 de agosto de 2019, la Asamblea Universitaria —reunida en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas—, con 185 asambleístas presentes, introdujo la paridad piso en el Estatuto Universitario para todos los cargos electivos, convirtiéndose en la primera universidad nacional del país en incluir este sistema.

¿En qué consiste la Reforma?

La Reforma Estatutaria incorpora el principio de paridad como requisito para la presentación de listas de cuerpos colegiados y binomios de gobierno. Lo que implica las listas a Consejos Superior y Directivos y las fórmulas de Rectorado y Decanatos. Esto último es una de las novedades que introdujo la UNCUYO al mapa regional de la paridad, ya que hasta el momento esta herramienta solo se había contemplado para cargos legislativos y/o colegiados, dejando fuera a aquellos espacios ejecutivos relacionados directamente con la toma de decisión.
La paridad piso de la Universidad rompe con el famoso “techo de cristal” que se genera en los sistemas 50/50 y “de cupo”, como el de 30%. El nuevo sistema de presentación de listas para las elecciones en la UNCUYO —desde la aprobación de esta medida en 2019— permite la integración de las mismas con “al menos un 50% de mujeres”. De eso se desprende el concepto de “piso”, el cual garantiza un cupo mínimo para mujeres y disidencias universitarias.

 

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