Alexander Fleming había nacido el 6 de agosto de 1881 en la ciudad de Darvel, Escocia. Se desempeñó como médico micribiólogo en el hospital St. Mary ubicado en la ciudad capital de Londres hasta comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914), donde trabajó en el Departamento de Inoculaciones, un área dedicada al estudio, fabricación y mejoras de vacunas, sueros e inyecciones.
Si bien Fleming es conocido por ser el descubridor de la penicilina, en su haber posee también el descubrimiento de la lisozima, una enzima que daña células bacterianas en 1922.
Sin embargo en 1928, despúes de varios experimentos en su laboratorio, notó como uno de éstos había formado un hongo que había crecido espontánemente en una de las placas de Petri en que había una muestra de Staphylococcus aureus (bacteria que se manifiesta o produce gran cantidad de enfermedades). Al observar las placas, Fleming observó que la colonia de bacterias rodeaba una especie de moho transparente, que luego sería conocido como Penicillium notatum, que justamente tenía efectos antibacterianos. Cabe resaltar que a pesar de la cantidad de experimentos, el resultado de este se debió al desorden del laboratorio como de la misma falta de limpieza, que hizo prosperar al hongo penicillium.
Fleming comunicó su descubrimiento sobre la penicilina en el British Journal of Experimental Pathology en 1929 y se dedicó al estudio y al trabajo con el hongo durante un tiempo pero la obtención y purificación de la penicilina a partir de los cultivos de Penicillium notatum resultaron difíciles y más apropiados para los químicos. La comunidad científica creyó que la penicilina sólo sería útil para tratar infecciones banales y por ello no le prestó atención.
El antibiótico despertó el interés de los químicos estadounidenses Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey desarrollaron en Inglaterra un método de purificación de la penicilina que permitió su síntesis y distribución comercial para el resto de la población. Fleming no patentó su descubrimiento creyendo que así sería más fácil la difusión de un antibiótico necesario para el tratamiento de las numerosas infecciones que azotaban a la población. Por sus descubrimientos, Fleming compartió el Premio Nobel de Medicina en 1945 junto a Ernst Chain y Howard Florey.
Alexander Fleming murió en Londres en 1955 de un ataque cardíaco. Fue enterrado como héroe nacional en la cripta de la catedral de San Pablo de Londres. Su descubrimiento de la penicilina significó un cambio drástico para la medicina moderna iniciando la llamada "Era de los antibióticos".