Evitar el agotamiento de la capa de ozono
La capa de ozono es una franja frágil de gas que protege la Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares, contribuyendo así a preservar la vida en el planeta. Sin embargo, la utilización durante años de ciertos productos químicos la dañaron, poniendo en peligro nuestra propia existencia y la del resto de seres vivos del planeta.
Un esfuerzo internacional conjunto ha permitido la eliminación y reducción del uso de sustancias que agotaban la capa de ozono, ayudando no solo a protegerla para la generación actual y las venideras, sino también a mejorar los resultados de las iniciativas dirigidas a afrontar al cambio climático. Esos esfuerzos han protegido asímismo la salud humana y los ecosistemas reduciendo la radiación ultravioleta del sol que llega a la Tierra.
Este año celebramos "32 años de recuperación"
El tema de este año celebra más de tres décadas de cooperación internacional en la lucha por proteger la capa de ozono y el clima bajo el Protocolo de Montreal e, igualmente, nos recuerda que debemos mantener el impulso para garantizar personas sanas y un planeta saludable.
Gracias al Protocolo de Montreal hemos conseguido eliminar el 99 por ciento de los productos químicos que contaminan el ozono a través de los refrigeradores, aires acondicionados y muchos otros productos.
La última evaluación científica sobre la reducción de la capa de ozono realizada en 2018 muestra que se han recuperado partes de la capa de ozono en un 1-3% por década desde 2000. Así, se espera que el ozono se recupere por completo en el hemisferio norte y las zonas de latitud media en la década de 2030, mientras que para el hemisferio sur la recuperación llegará en 2050 y en las regiones polares para 2060. Los esfuerzos de protección de la capa de ozono también han contribuido a la lucha contra el cambio climático al evitar en torno a 135 mil millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono entre 1990 a 2010.
En este Día Mundial del Ozono, podemos celebrar nuestro éxito. Pero todos debemos trabajar para conservar estos resultados, en particular manteniéndonos alerta y abordando cualquier fuente ilegal de sustancias que puedan dañar la capa de ozono. También debemos apoyar incondicionalmente la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, que entró en vigencia el 1 de enero de 2019. Al eliminar gradualmente los hidrofluorocarbonos (HFC), potentes gases que calientan el clima, esta enmienda puede evitar aumentos de la temperatura global de hasta 0.4 °C a finales de siglo, mientras se continúa protegiendo la capa de ozono. Si a ello suman acciones para la mejora de la eficiencia energética en la industria de la refrigeración, con el mismo objetivo de reducción de los HFC, podremos lograr mayores beneficios climáticos.