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Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

La Asamblea General declaró el 17 de junio el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía en diciembre 1994. Reconociendo que la desertificación y la sequía son problemas de dimensión mundial, es preciso que la comunidad internacional tome medidas concretas.

imagen Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

La Asamblea General declaró el 17 de junio el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía, a través de su resolución A/RES/49/115 aprobada en diciembre 1994.coincide con la aprobación por la Asamblea General de la Convención para Combatir la Desertificación, el único acuerdo internacional legalmente vinculante que relaciona el medio ambiente y el desarrollo con la gestión sostenible de la tierra. Trata específicamente las zonas secas (áridas, semiáridas y subhúmedas secas) donde habitan las personas y los ecosistemas más vulnerables del planeta. 

El propósito de este día es concienciar acerca de la degradación de la tierra y promover la aplicación de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación  [Disponible en inglés] . Con el fin de maximizar el impacto de la celebración, la secretaría de la Convención invita a todos los países y las organizaciones internacionales, no gubernamentales y de la sociedad civil, entre otros actores, a sensibilizar sobre las cuestiones relacionadas con la tierra y educar a la población acerca de métodos efectivos para neutralizar la degradación de la tierra mediante la publicación y la difusión de documentales, la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones sobre la cooperación internacional para combatir la desertificación y los efectos de la sequía.

¿Cuáles son las causas de la desertificación?

La desertificación se produce por:

La desaparición de la cubierta vegetal que mantiene la capa fértil del suelo, debido a la tala de árboles y arbustos por su valor maderero, uso como combustible o para obtener tierras para cultivos. El sobrepastoreo, o excesiva carga ganadera, impide la regeneración de las plantas al ritmo que son consumidas por los animales, que con sus pisadas destruyen la capa superior del suelo. La agricultura intensiva, que agota los nutrientes del suelo.

En estas circunstancias, el viento y el agua se encargan del resto. Agravan la situación arrastrando la capa superficial de suelo fértil y dejando atrás tierras improductivas. La persistencia de esta combinación de factores acaba por convertir las tierras degradadas en desiertos.

Efectos de la desertificación

La desertificación es un problema mundial que conlleva repercusiones graves para la biodiversidad, la ecoseguridad, la erradicación de la pobreza, la estabilidad socioeconómica y el desarrollo sostenible.

Los ecosistemas de las zonas secas son ya frágiles de por sí. Su degradación puede tener efectos devastadores para la población, la cabaña ganadera y el medio ambiente. Millones de personas se verán desplazadas en los próximos años como consecuencia de la desertificación.

Este fenómeno no es nuevo. De hecho ha sido un elemento fundamental en la historia de la humanidad, contribuyendo a la caída de grandes imperios y desplazando a las poblaciones locales. Sin embargo, se calcula que en la actualidad el ritmo de degradación de las tierras cultivables aumenta a una velocidad entre 30 y 35 veces superior a la histórica.

 

Fuente y más información en la Página Oficial de las Organización de Naciones Unidas.

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