Por primera vez, junto a un equipo internacional de científicos, logró trazar un mapa general de dónde y en qué cantidad se encuentra el picofitoplancton en el océano global. Para eso, aprovecharon datos de estudios locales y regionales que señalaban la concentración de picofitoplancton en lugares puntuales del océano y los procesaron en una base de datos teniendo en cuenta un modelo de “nicho ecológico”, es decir, un modelo matemático para inferir –teniendo en cuenta la temperatura, las condiciones de luz y el nivel de nitrógeno del mar de cada lugar– cuánta abundancia de picofitoplancton hay en cada punto del océano del mundo. “Gracias al entrecruzamiento de esos datos, pasamos de decir `el fitoplancton vive en todo el océano` a decir `el fitoplancton es más abundante en una franja que está a cuarenta grados de latitud Sur, en los trópicos, y en una franja de cuarenta grados norte`”, revela el investigador.
¿Cuál será la consecuencia de ese aumento en la distribución de picofitoplancton? ¿Será bueno o malo el aumento de picofitoplancton en el océano? Las respuestas a estos interrogantes se develarán en el próximo paper de Flombaum y equipo. “No sabemos cómo va a impactar esto a futuro –advierte el científico–. La dinámica del carbono, cuánto carbono va a volver a la atmósfera o cuánto se va a exportar al fondo del océano, va a variar según si tengo un océano dominado por fitoplancton pequeño o por fitoplancton grande. La perspectiva es que podrían empeorar las condiciones actuales. Una de las consecuencias negativas sería que el dióxido de carbono que captura este picofitoplancton vuelva más rápido a la atmósfera. Lo que queremos ahora es estudiar esas consecuencias, para reducir la incertidumbre que tenemos sobre el futuro de la vida en la Tierra”.
paper publicado en la revista Nature Geoscience : https://www.nature.com/articles/s41561-019-0524-2