Andréi Sájarov fue un físico de origen ruso cuya carrera científica estuvo ligada al desarrollo de la bomba atómica bajo la dirección de otro físico ruso de renombre: Ígor Kurchátov.
Sájarov entró en la facultad de Física de la Universidad Estatal de Moscú en 1938. Debido a la evacuación de 1941 por causa de la Segunda Guerra Mundial, se gradúa en Asjabad, hoy día Turkmenistán. Se dedica entonces a la investigación en laboratorio en Uliánovsk. Regresa a Moscú en 1945 para estudiar en el Departamento de Física Teórica del Instituto de Física Lébedev(FIAN) de la Academia de Ciencias de Rusia, donde se doctora en 1947.
Sájarov jugó un papel destacado en el desarrollo de la bomba de hidrógeno o bomba H. El primer dispositivo de fusión soviético entra en pruebas el 12 de agosto de 1953, empleando el denominado diseño Sloika. En 1953 es elegido miembro de pleno de la Academia de Ciencias de Rusia y se le otorga la primera de sus tres medallas de Héroe del Trabajo Socialista. El físico continúa su trabajo en Sarov, siendo su actividad esencial desarrollar la primera bomba de hidrógeno soviética de escala megatón, empleando un diseño que en Rusia se conoce como «Tercera Idea de Sájarov», y en Estados Unidos se conoce como diseño Teller-Ulam. Fue ensayada bajo el nombre RDS-37 en 1955. Una variante de mayor tamaño del diseño Sájarov fue la Bomba del Zar de octubre de 1961, de cincuenta megatones de potencia y el artefacto nuclear más potente jamás detonado.
En 1950 también propone una idea para un reactor nuclear de fusión controlado, el Tokamak, que es todavía el diseño básico para la mayor parte de los desarrollos actuales. En 1951 inventa el primer generador magnetoimplosivo, comprimiendo campos magnéticos mediante explosivos. Llama a este dispositivo el generador MK (magnetocumuladores).
Tras 1965 Sájarov regresa a la investigación básica y comienza a trabajar en los campos de la física de partículas y la cosmología. Se centra especialmente en la explicación de la asimetría de Bariones del universo, siendo el primer científico que introduce dos universos (o capas) unidos entre sí por el Big Bang. En su modelo, los dos universos no interactúan, excepto a través de la acumulación local de materia, cuya densidad y presión fueran suficientemente altas como para conectar las dos capas mediante un puente sin espacio-tiempo entre ellas, sino por continuidad geodésica más allá del radio límite para el intercambio de masa. Sájarov llama a tales singularidades un colapso y un anticolapso, que son una alternativa a la pareja agujero negro y agujero blanco de la teoría de agujeros de gusano. Sájarov también propone la idea de la gravedad inducida como una teoría alternativa a la gravedad cuántica.
En un primer momento Sájarov estaba convencido de la importancia de su trabajo aplicado al desarrollo de las armas nucleares. Pero poco a poco, y desde finales de los 50, fue tomando mayor conciencia de las implicaciones reales de sus descubrimientos y vislumbró riesgos tales como una guerra termonuclear o la contaminación por radiactividad. De esta forma, cambió radicalmente su postura. Durante la década de los 60 jugó un activo papel contra la proliferación de armas nucleares y de las pruebas nucleares en la atmósfera, dando como fruto el tratado de prohibición de pruebas atmosféricas, espaciales y submarinas, firmado en Moscú en 1963. A partir de entonces, por propia convicción y por creciente imposición de su gobierno, se fue alejando progresivamente de la física nuclear aplicada, para dedicarse más a la cosmología básica.
Como reconocimiento internacional a su esfuerzo le llegó, en 1973, su nominación al Premio Nobel de la Paz, pero no sería hasta 1975 que le sería otorgado. En todo caso, no se le permitió salir de la URSS, de forma que fue su mujer la encargada de la lectura en la ceremonia de aceptación del premio. Dicha lectura no es una simple apología contra las armas nucleares, es una denuncia de las causas de las grandes amenazas contra la humanidad (aniquilación nuclear, hambre, contaminación, expolio de recursos, superpoblación y deshumanización), y una defensa de los avances científicos, de las libertades y de la disidencia. Las ideas de Sájarov sobre el desarrollo social lo llevaron a proponer el principio de derechos humanos como base de toda política.