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Programa de Eficiencia Energética

Este Plan tiene como objetivo el uso óptimo de la energía, maximizando la producción o el servicio con el menor consumo de energía posible.

El Programa de Eficiencia Energética que se implementa desde CIMS (Coordinación de Infraestructura, Mantenimiento y Servicios), busca establecer un programa de trabajo enfocado en la implementación de medidas de eficiencia energética. Este programa es una estrategia clave para reducir costos operativos, minimizar el impacto ambiental y mejorar la sostenibilidad en la UNCUYO. Este enfoque integral no solo responde a las necesidades de eficiencia y ahorro, sino que también alinea los objetivos de sostenibilidad con los estándares actuales, contribuyendo a una mejor gestión de los recursos y una reducción significativa en las emisiones de carbono.

El plan de acción propuesto abarca un análisis detallado de varios aspectos clave:

Orientación del edificio:

La posición del edificio y su orientación respecto al sol y el viento son factores cruciales en el diseño de estrategias de ahorro energético. Al analizar la orientación, se pueden establecer prácticas para aprovechar la luz solar natural y reducir el uso de sistemas de calefacción y refrigeración. Esto puede incluir la incorporación de elementos de sombreado en áreas expuestas al sol directo o el uso de materiales reflectantes en zonas que capturan excesivo calor en verano.

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Usos de los espacios:

Evaluar cómo se utilizan los espacios en el edificio permite identificar oportunidades para optimizar su disposición y hacer más eficiente el consumo energético. Espacios poco utilizados pueden ser rediseñados o incluso fusionados para maximizar la eficiencia del sistema de calefacción e iluminación, mientras que los espacios de alta ocupación pueden beneficiarse de tecnologías de regulación automática de temperatura y ventilación.

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Servicios tercerizados: 

En muchos edificios, servicios externos, como el bufet o la cafetería, representan una parte importante del consumo energético. Implementar medidas de eficiencia en estas áreas – como electrodomésticos eficientes, prácticas de reducción de residuos y sistemas de reciclaje – no solo disminuye los costos, sino que también fomenta una cultura de sostenibilidad en todas las áreas del edificio.

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Iluminación eficiente:

La iluminación representa una fracción significativa del consumo de energía en la mayoría de las instalaciones. Cambiar a sistemas de iluminación LED, incorporar sensores de movimiento y ajustar la intensidad de la iluminación en función de la luz natural disponible son algunas de las prácticas que pueden implementarse para reducir el consumo. La automatización de los sistemas de iluminación también permite un control más preciso y una reducción significativa de los costos.

Electrodomésticos eficientes:

Incorporar electrodomésticos de bajo consumo energético en las instalaciones ayuda a reducir el uso de electricidad. Equipos como refrigeradores, hornos y sistemas de calefacción eficientes son esenciales en una estrategia de ahorro energético, ya que consumen menos energía sin sacrificar el rendimiento. La adquisición de electrodomésticos con certificaciones de eficiencia energética garantiza que cumplen con los estándares de bajo consumo.

Sistemas de calefacción y refrigeración:

Estos sistemas son, a menudo, los mayores consumidores de energía en un edificio. Implementar equipos de calefacción y aire acondicionado de alta eficiencia y desarrollar estrategias de mantenimiento preventivo son esenciales para reducir el consumo de energía. Además, se pueden considerar alternativas como los sistemas de climatización natural o los sistemas geotérmicos, que aprovechan la temperatura subterránea para regular la climatización del edificio.

Monitoreo y control:

El monitoreo constante del consumo energético permite identificar patrones de consumo y detectar áreas de mejora. Sistemas de control inteligente, como sensores y medidores de energía en tiempo real, facilitan la recolección de datos y el análisis detallado de los consumos en diferentes áreas del edificio. Estos datos pueden ser usados para ajustar las políticas energéticas y detectar cualquier anomalía o consumo inesperado.

Fuentes de energía renovables:

Integrar energías renovables en las instalaciones es una de las formas más efectivas de reducir la dependencia de fuentes de energía no renovables. La instalación de paneles solares o turbinas eólicas, por ejemplo, permite generar energía limpia y sostenible, disminuyendo el impacto ambiental y mejorando la independencia energética del edificio. Además, en algunos casos, la energía producida por estas fuentes puede venderse a la red eléctrica, lo cual representa una fuente de ingresos adicional.