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Con la capacitación de un especialista en políticas públicas avanza la autoevaluación de la UNCUYO

Luciano Andrenacci, docente de la Universidad de San Martin e investigador de FLACSO, trabajó con los referentes de las secretarías y áreas que participan en el proceso que lleva adelante la casa de estudios.

En el contexto de su quinto proceso de Autoevaluación Institucional, la Universidad Nacional de Cuyo realizó la primera capacitación para integrantes de las distintas secretarias.

Florencia Tarabelli, vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) y coordinadora del proceso, explicó importancia de la capacitación constante del equipo que trabaja en esta tarea. En especial destacó el perfeccionamiento en técnicas cualitativas para interpretar los datos que se obtienen. 

En esta ocasión se convocó a Luciano Andrenacci, especialista en políticas públicas, docente e investigador de la Universidad de San Martín (USAM) y FLACSO.

“Para nosotros es un honor contar con Luciano para trabajar sobre las técnicas que estamos aplicando en la quinta autoevaluación, donde no solo estamos procesando una enorme cantidad de información cuantitativa, sino además aplicando técnicas cualitativas para darle mayor profundidad al análisis de los datos”, resaltó Tarabelli.

Estrategias para un proceso útil

Andrenacci agradeció poder participar de un proceso que considera muy importante y destacó la decisión de la UNCUYO de encarar por quinta vez este proceso.

“Muchas universidades hacen evaluación solo porque tienen el requerimiento de hacerlo, pero algunas pocas hacen un ejercicio porque saben que es útil para la propia institución y ese es el caso de la Universidad Nacional de Cuyo”. 

Con una disertación que llevó el nombre de La perspectiva artefactual y la evaluación de políticas públicas, el especialista retomó nociones de la gestión en política públicas para explicar cómo debe entenderse el papel de la Universidad como institución pública. “Se trata de hablar sobre técnicas de evaluación, modos de hacerla y acompañar a la gente que va a estar a cargo para ver qué estrategias van a usar y cómo hacer que el proceso sea realmente útil”, detalló.

De los números al análisis  

En los procesos de autoevaluación una gran parte se basa en captar números que indican cómo le va a una universidad, cuántos estudiantes, cuántos procesos de vinculación con la comunidad, cuántas investigaciones, cuántas publicaciones de sus profesores, “pero las evaluaciones más interesantes desde el punto de vista institucional son aquellas que permiten ver cuáles son los mecanismos, como está funcionando la propia universidad”, advirtió el docente de la USAM.

"Esas son evaluaciones de lujo, muy difíciles de hacer, que tienen que hacerse con mucho apoyo político de la propia institución y de todos los trabajadores, y eso es lo que quiere hacer esta universidad”. 

En el encuentro, Andrenacci compartió la importancia de un buen diseño que sea ambicioso, pero que no pase por encima de las posibilidades: “Hay que ser muy conscientes de que se necesita el apoyo de todas las partes de la comunidad universitaria, hay que sentarse a discutir problemas y esto siempre es complicado, pero también se puede transmitir la idea de que es posible hacerlo”.

"Un buen diseño y apoyo político-institucional pueden dar lugar a un interesante proceso de evaluación que después además puede ser usado como precedente por otras universidades públicas”.

 

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