Desempleo
La tasa de desempleo es el porcentaje de personas que buscan trabajo activamente y no lo consiguen. En 2024, este indicador fue de 5,9% para las mujeres de 14 años o más y de 4,8% para los varones del mismo grupo etario. De esta manera la brecha de género fue de 1,1 p.p. Esto da cuenta de que las mujeres tienen mayores dificultades para encontrar empleo.
Informalidad laboral
La tasa de informalidad laboral se mide como el porcentaje de las personas asalariadas sin descuento jubilatorio. En Gran Mendoza en 2024, el 44,1% de las mujeres asalariadas no estaba registrada en la seguridad social mientras que en el caso de los varones este indicador alcanza el 37,8%. Esto se traduce en una brecha de género de 6,3 p.p. Es decir, aunque las mujeres logren insertarse en el mercado de trabajo, enfrentan mayores niveles de informalidad laboral.
Brecha salarial y jornada laboral
Los mayores niveles de informalidad laboral explican, en parte, la brecha salarial entre varones y mujeres. En este caso la brecha de salarial es calculada como la diferencia porcentual entre el ingreso proveniente de la ocupación principal de las mujeres ocupadas respecto al de los varones ocupados.
En 2024, esta brecha fue de 31%, es decir que en promedio las trabajadoras mendocinas recibieron casi un tercio menos de ingresos que los varones.
Otra de las razones que pueden explicar la brecha de género en ingresos, es que la mayor dedicación de las mujeres a las tareas domésticas y de cuidados del hogar es una dificultad para dedicar más horas al trabajo remunerado.
Si observamos el porcentaje de personas ocupadas según horas de trabajo semanales, encontramos que, en 2024, 3 de cada 10 mujeres trabajaron jornadas semanales de 40 horas o más, mientras que en los varones la proporción fue de 6 de cada 10. Por el contrario, el 40,5% de las mujeres ocupadas tuvo una jornada laboral de hasta 20 horas semanales y sólo el 16,8% de los varones.
No obstante, también puede observarse que, aunque trabajen el mismo rango de horas, las mujeres reciben un ingreso promedio menor al de los hombres. En el caso de una jornada de hasta 20 horas, la brecha de género en el ingreso alcanzó -32%.
En síntesis, aunque se han logrado avances en la incorporación de mujeres al mercado laboral, aún persisten desigualdades de género que exigen el diseño de políticas públicas con perspectiva de género y un Estado que asigne los recursos necesarios para abordarlas. Esta publicación busca contribuir a ese objetivo mediante el análisis de datos que evidencian las brechas de género en el mercado de trabajo local.
Líneas de acción para revertir las desigualdades de género
En este sentido, consideramos fundamental impulsar políticas públicas que promuevan la conciliación entre el trabajo y las tareas de cuidado, fomenten la participación de las mujeres en sectores de alta productividad y especializados, fortalezcan la provisión de servicios de cuidado infantil asequibles y de calidad, garanticen licencias remuneradas para el cuidado de familiares y faciliten el acceso a apoyo en la búsqueda de empleo, especialmente para mujeres y diversidades.