Por Ma. Eugenia Cano
Departamento de Movimientos Sociales
04/05/06 Desde hace muchos años el Estado mantiene una deuda con el ámbito artístico nacional y provincial. A esta realidad no escapan los músicos mendocinos y para hacerle frente es que resolvieron encontrar un espacio en común. “A raíz de esto y de que teníamos históricamente una relación de dispersión de los músicos en cuanto a organización empezamos a juntarnos en los bares y ahí surgió la iniciativa de hacer una autoconvocatoria”, dijo a APTA Carlos Casciani, uno de los impulsores de este encuentro.
El Movimiento Independiente de Músicos de Mendoza (MIMM) es una asociación civil sin fines de lucro que se formó en mayo de 1995 y obtuvo personería jurídica en octubre de 2003. En cuanto a su organización, Casciani afirma que “decidimos la formación de un movimiento que fuera más horizontal y que no tuviera esas estructuras burocráticas que suelen tener los gremios”.
El MIMM está compuesto por un núcleo de 15 personas que trabajan tiempo completo en tratar de dar soluciones a la realidad laboral de los músicos, pero además cuenta con la colaboración de allegados que participan de forma activa en las reuniones y demás actividades artísticas que organiza este movimiento.
-¿Cuál es la situación actual que viven los músicos mendocinos?
Casciani –“La situación no es muy diferente a la que se vive en el país, pero sí con particularidades. Dentro del sector de trabajo, el sector de los músicos es uno de los más atrasados en cuanto a la posibilidad de trabajar. Nosotros creemos que alrededor del 90% de los músicos de Mendoza estamos desocupados o subocupados, hay un porcentaje muy pequeño de músicos que tienen trabajo en relación de dependencia como tales y puede subsistir tocando, el resto se mantiene dentro de la actividad secundaria, trabajando muchas veces en cosas que no tienen nada que ver con la música. Algunos son empleados de supermercado, mecánico o albañiles y como actividad secundaria tienen la música, y otros, como alguno de nosotros, somos docentes de música y a la vez tocamos”.
Raúl Samarian –“Aún dentro de los que trabajan en relación de dependencia, cuando tienen un contrato, está de forma desordenada, porque no hay un instrumento legal que regule la actividad profesional del músico”.
- ¿Cuáles son los objetivos que persigue el Movimiento Independiente de músicos de Mendoza?
Samarian – “El objetivo del MIMM es, en principio, tratar de propiciar las posibilidades de trabajo para los músicos locales, de mejorar la realidad laboral en la medida de lo posible y para eso se presenta un frente de lucha en el que entendemos que el Estado debe tener una presencia importante, sin dejar de lado el desarrollo de la autogestión. Tampoco debemos caer en transformarnos en una productora, pero si tratar de atender las necesidades puntuales que tienen que ver con la posibilidad de trabajar específica de los músicos, y tratar de ver de que manera se pueden llevar adelante, ya sea a través de convenios con empresas de sonido, con estudios de grabación, con empresas de fletes, luthiers que confeccionan y reparan instrumentos. Es decir, tratar de atender las necesidades que puntualmente los músicos necesitan para poder desarrollar la actividad en el quehacer local. Por supuesto que la presencia del Estado tiene que ser muy fuerte porque no se están aprovechando la cantidad de lugares que hay ya estructurales y naturales”.
- ¿Qué postura va a adoptar el MIMM frente a lo ocurrido en Buenos Aires sobre la derogación del decreto que ponía en vigencia la ley 14.597 que hace referencia a la actividad profesional del ejecutante musical? (ver “Por una nueva ley del músico” ATPA 26/04/06).
Samarian -“Hay que tomarlo con pinzas al tema porque todavía oficialmente no ha salido ninguna derogación, todos son trascendidos en cuanto a la derogación. El MIMM tiene una postura muy clara en cuanto a que es necesario que halla una ley que regule la actividad profesional de los músicos porque no la hay. La que existía, teóricamente, es la ley 14.597 que data del año 1.958. Es decir, esa ley, en principio, no se ajusta a la realidad, a la actualidad, pero sin embargo es necesario que exista una ley. Nosotros decimos que por ahí, a lo mejor es necesario hacerle modificaciones o legislar en el ámbito provincial, con una ley que pueda complementar y mejorar aquella otra. Esto es lo que se está discutiendo en estos momentos. El MIMM está realizando asambleas todos los jueves a las 21.30 en la casa de la cultura de la Asociación Bancaria, en la calle Mitre 1260 (de la capital mendocina), y ya hace alrededor de 15 días que se viene tratando específicamente el tema de la ley y se está viendo la postura que va a tomar el MIMM como organización independiente de músicos frente a la anulación o no de esta ley”.
- ¿Consideran que debe existir una matrícula que los legalice como músicos?
Casciani -“Hay muchas opiniones al respecto, nosotros creemos que no es malo ni es bueno en sí mismo, pero cualquier ley, aún la mejor que podamos hacer va a requerir de un registro de músicos para saber quien está en el sistema o no, quien puede acceder a su jubilación, quien puede acceder a la seguridad social, quien está trabajando como músico profesionalmente. El nombre, se llame matrícula o carnet, es lo de menos, en todo caso es un tema a discutir. Hay quienes critican el tema de la matrícula sólo por el hecho de que la ley fija un examen de idoneidad, y algunos colegas sienten que no hay quien pueda juzgar quien es músico y quien no. Pero nosotros entendemos por examen de idoneidad aquello que implica demostrar que uno es músico en actividad, para evitar deformaciones que hay hoy. También hay algunas discusiones al respecto si los DJ son o no músicos. A mi me parece que eso es opinable y como es tan nuevo nadie tienen la verdad absoluta. Creemos que hay que debatir el tema, pero en algún momento se va a tener que trazar una línea donde de ahora en adelante esto va a ser otra cosa, como pasa en otros países. Si uno va a Brasil, México o Uruguay esto está organizado de otra manera, también hay problemas pero están más acotados, no como acá donde la cosa es por la libre, cada uno hace lo que quiere y el único que se beneficia es el empresario. Nosotros consideramos que el músico es un trabajador, por lo tanto tienen que estar cubierto por todas las leyes laborales y las leyes sociales de este país.
- ¿El MIMM trabaja en conjunto con otras organizaciones o movimientos artísticos?
Casciani -“Intentamos, pero no es fácil. Tenemos vinculación con el Círculo de Autores y Compositores, tenemos una vieja relación y bastante traumática con la Asociación de Músicos de Cuyo, que es el gremio, tenemos relación con varios centros culturales y uniones vecinales de la provincia, y nuestra intención es profundizar la relación con los centros culturales barriales, porque nos parece en todo caso que es ahí donde vive la gente y es ahí donde uno tiene que acercar lo que hace. No es fácil porque por ahí uno idealiza, pero la gente está muy encerrada en su casa, todo se ha desculturizado. La gente ha perdido el gusto y las ganas de ir a escuchar espectáculos o ver teatro, aunque sea en el barrio.
Samarian -“Incluso hasta los propios músicos. El hecho que durante tanto tiempo se haya vapuleado la actividad del músico como profesión ha golpeado duramente la autoestima. Tanto es así que muchos músicos ni siquiera consideran como profesión a la música. Por ahí todo este tipo de cosas ayuda a fortalecer este concepto. Los músicos somos trabajadores, somos dignos y tenemos todo el derecho del mundo de poder llevar el pan a la casa”.
- ¿Qué tipo de actividades se están realizando por parte del movimiento?
Samarian –“El MIMM ha generado un espacio genuino, un canal natural de expresión para que los artistas locales puedan dar a conocer su obra. Esto se realiza a través de peñas en las que una vez terminado el número oficial se abre para que todos aquellos artistas y el público en general que sienta la necesidad de tomar un instrumento lo haga”.
Por Ma. Eugenia Cano
Departamento de Movimientos Sociales
04/05/06 Desde hace muchos años el Estado mantiene una deuda con el ámbito artístico nacional y provincial. A esta realidad no escapan los músicos mendocinos y para hacerle frente es que resolvieron encontrar un espacio en común. “A raíz de esto y de que teníamos históricamente una relación de dispersión de los músicos en cuanto a organización empezamos a juntarnos en los bares y ahí surgió la iniciativa de hacer una autoconvocatoria”, dijo a APTA Carlos Casciani, uno de los impulsores de este encuentro.
El Movimiento Independiente de Músicos de Mendoza (MIMM) es una asociación civil sin fines de lucro que se formó en mayo de 1995 y obtuvo personería jurídica en octubre de 2003. En cuanto a su organización, Casciani afirma que “decidimos la formación de un movimiento que fuera más horizontal y que no tuviera esas estructuras burocráticas que suelen tener los gremios”.
El MIMM está compuesto por un núcleo de 15 personas que trabajan tiempo completo en tratar de dar soluciones a la realidad laboral de los músicos, pero además cuenta con la colaboración de allegados que participan de forma activa en las reuniones y demás actividades artísticas que organiza este movimiento.
-¿Cuál es la situación actual que viven los músicos mendocinos?
Casciani –“La situación no es muy diferente a la que se vive en el país, pero sí con particularidades. Dentro del sector de trabajo, el sector de los músicos es uno de los más atrasados en cuanto a la posibilidad de trabajar. Nosotros creemos que alrededor del 90% de los músicos de Mendoza estamos desocupados o subocupados, hay un porcentaje muy pequeño de músicos que tienen trabajo en relación de dependencia como tales y puede subsistir tocando, el resto se mantiene dentro de la actividad secundaria, trabajando muchas veces en cosas que no tienen nada que ver con la música. Algunos son empleados de supermercado, mecánico o albañiles y como actividad secundaria tienen la música, y otros, como alguno de nosotros, somos docentes de música y a la vez tocamos”.
Raúl Samarian –“Aún dentro de los que trabajan en relación de dependencia, cuando tienen un contrato, está de forma desordenada, porque no hay un instrumento legal que regule la actividad profesional del músico”.
- ¿Cuáles son los objetivos que persigue el Movimiento Independiente de músicos de Mendoza?
Samarian – “El objetivo del MIMM es, en principio, tratar de propiciar las posibilidades de trabajo para los músicos locales, de mejorar la realidad laboral en la medida de lo posible y para eso se presenta un frente de lucha en el que entendemos que el Estado debe tener una presencia importante, sin dejar de lado el desarrollo de la autogestión. Tampoco debemos caer en transformarnos en una productora, pero si tratar de atender las necesidades puntuales que tienen que ver con la posibilidad de trabajar específica de los músicos, y tratar de ver de que manera se pueden llevar adelante, ya sea a través de convenios con empresas de sonido, con estudios de grabación, con empresas de fletes, luthiers que confeccionan y reparan instrumentos. Es decir, tratar de atender las necesidades que puntualmente los músicos necesitan para poder desarrollar la actividad en el quehacer local. Por supuesto que la presencia del Estado tiene que ser muy fuerte porque no se están aprovechando la cantidad de lugares que hay ya estructurales y naturales”.
- ¿Qué postura va a adoptar el MIMM frente a lo ocurrido en Buenos Aires sobre la derogación del decreto que ponía en vigencia la ley 14.597 que hace referencia a la actividad profesional del ejecutante musical? (ver “Por una nueva ley del músico” ATPA 26/04/06).
Samarian -“Hay que tomarlo con pinzas al tema porque todavía oficialmente no ha salido ninguna derogación, todos son trascendidos en cuanto a la derogación. El MIMM tiene una postura muy clara en cuanto a que es necesario que halla una ley que regule la actividad profesional de los músicos porque no la hay. La que existía, teóricamente, es la ley 14.597 que data del año 1.958. Es decir, esa ley, en principio, no se ajusta a la realidad, a la actualidad, pero sin embargo es necesario que exista una ley. Nosotros decimos que por ahí, a lo mejor es necesario hacerle modificaciones o legislar en el ámbito provincial, con una ley que pueda complementar y mejorar aquella otra. Esto es lo que se está discutiendo en estos momentos. El MIMM está realizando asambleas todos los jueves a las 21.30 en la casa de la cultura de la Asociación Bancaria, en la calle Mitre 1260 (de la capital mendocina), y ya hace alrededor de 15 días que se viene tratando específicamente el tema de la ley y se está viendo la postura que va a tomar el MIMM como organización independiente de músicos frente a la anulación o no de esta ley”.
- ¿Consideran que debe existir una matrícula que los legalice como músicos?
Casciani -“Hay muchas opiniones al respecto, nosotros creemos que no es malo ni es bueno en sí mismo, pero cualquier ley, aún la mejor que podamos hacer va a requerir de un registro de músicos para saber quien está en el sistema o no, quien puede acceder a su jubilación, quien puede acceder a la seguridad social, quien está trabajando como músico profesionalmente. El nombre, se llame matrícula o carnet, es lo de menos, en todo caso es un tema a discutir. Hay quienes critican el tema de la matrícula sólo por el hecho de que la ley fija un examen de idoneidad, y algunos colegas sienten que no hay quien pueda juzgar quien es músico y quien no. Pero nosotros entendemos por examen de idoneidad aquello que implica demostrar que uno es músico en actividad, para evitar deformaciones que hay hoy. También hay algunas discusiones al respecto si los DJ son o no músicos. A mi me parece que eso es opinable y como es tan nuevo nadie tienen la verdad absoluta. Creemos que hay que debatir el tema, pero en algún momento se va a tener que trazar una línea donde de ahora en adelante esto va a ser otra cosa, como pasa en otros países. Si uno va a Brasil, México o Uruguay esto está organizado de otra manera, también hay problemas pero están más acotados, no como acá donde la cosa es por la libre, cada uno hace lo que quiere y el único que se beneficia es el empresario. Nosotros consideramos que el músico es un trabajador, por lo tanto tienen que estar cubierto por todas las leyes laborales y las leyes sociales de este país.
- ¿El MIMM trabaja en conjunto con otras organizaciones o movimientos artísticos?
Casciani -“Intentamos, pero no es fácil. Tenemos vinculación con el Círculo de Autores y Compositores, tenemos una vieja relación y bastante traumática con la Asociación de Músicos de Cuyo, que es el gremio, tenemos relación con varios centros culturales y uniones vecinales de la provincia, y nuestra intención es profundizar la relación con los centros culturales barriales, porque nos parece en todo caso que es ahí donde vive la gente y es ahí donde uno tiene que acercar lo que hace. No es fácil porque por ahí uno idealiza, pero la gente está muy encerrada en su casa, todo se ha desculturizado. La gente ha perdido el gusto y las ganas de ir a escuchar espectáculos o ver teatro, aunque sea en el barrio.
Samarian -“Incluso hasta los propios músicos. El hecho que durante tanto tiempo se haya vapuleado la actividad del músico como profesión ha golpeado duramente la autoestima. Tanto es así que muchos músicos ni siquiera consideran como profesión a la música. Por ahí todo este tipo de cosas ayuda a fortalecer este concepto. Los músicos somos trabajadores, somos dignos y tenemos todo el derecho del mundo de poder llevar el pan a la casa”.
- ¿Qué tipo de actividades se están realizando por parte del movimiento?
Samarian –“El MIMM ha generado un espacio genuino, un canal natural de expresión para que los artistas locales puedan dar a conocer su obra. Esto se realiza a través de peñas en las que una vez terminado el número oficial se abre para que todos aquellos artistas y el público en general que sienta la necesidad de tomar un instrumento lo haga”.