Se puso en marcha desde el año 2000 y tiene una proyección a 10 años. El objetivo apunta a promover la igualdad de oportunidades y brindar apoyo a las escuelas ubicadas en zonas económica y socialmente deprimidas. El objetivo con el cual lo fundamenta la DGE es el de mejorar el rendimiento en los saberes básicos y disminuir el nivel de repetición y abandono.
Algunos sectores acusan al Ejecutivo provincial de “improvisar”, tanto en el aspecto pedagógico como en lo alimentario y edilicio. Del otro lado las autoridades aseguran que la doble escolaridad camina despacio, pero a paso firme.
Las críticas apuntan a la forma de selección de escuelas, los proyectos pedagógicos que aplican, la forma de articular las clases de la mañana con los talleres. A esto se suma también la selección de los talleristas, las deficiencias edilicias, los problemas para brindar el almuerzo en los establecimientos y la excesiva responsabilidad que recae en los directivos.
Este proyecto involucra, por supuesto, mayor cantidad de personal -ya que la comida se prepara en los colegios- y una nueva organización interna. Es un proceso que se aplica en forma gradual o total, dependiendo de cada escuela.
“Sin embargo, restan solucionar distintas cuestiones, como la falta de infraestructura (algunas escuelas tuvieron que improvisar cocinas), y el tema docente. El gremio docente se queja que los profesores del contra turno tienen contratos de locación, lo que le da al programa un marco de inestabilidad”, afirman desde la secretaría general del SUTE. “Ya en el 2002, la experiencia se instaló en Mendoza, pero con fondos nacionales, y abarcó un número inferior de escuelas y de chicos”, mencionaron algunos dirigentes.
Participantes directos del plan
Se trata de chicos que realmente necesitan otro tipo de atención, ya que tienen demasiadas carencias. Y este plan les da distintas oportunidades, como realizar talleres, deportes y sobre todo tener apoyo de un gabinete pedagógico. Todo esto será acreditado con sus correspondientes certificados.
El mecanismo en cuanto a las horas de cursado es de 8.00 a 13.00 dictado de clases normales; inmediatamente después el almuerzo - controlado por el Programa Provincial de Nutrición- y regresan a las aulas, hasta las 16.40 ó 17.00 que retornan al hogar.
“El plan es precisamente para que los chicos no trabajen y desarrollen una etapa escolar plena, el tema del almuerzo es sólo un componente más. Puede funcionar sólo hay que esperar”, dijo la Directora de la Escuela Profesores Mendocinos.
Andrea Cazorla
Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales