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11 de abril de 2002. Golpe mediático en Venezuela

Los programas televisivos, las empresas radiales, todos los grandes medios privados se confabularon contra las reformas sociales promovidas por Hugo Chávez. De esta manera se configuró un escenario favorable para que el 11 de abril del 2002 se efectuara el golpe de Estado al presidente venezolano.

11 de junio de 2005, 16:42.

El rol de los medios masivos de comunicación en el golpe de Estado al gobierno constitucional de  Hugo Chávez se vincula a los intereses de la oposición golpista, integrada por la unión de los grupos financieros, cúpulas militares, intereses económicos internacionales y partidos políticos resentidos por la pérdida de su histórica hegemonía.. Los medios dejaron así su responsabilidad social de informar a la población venezolana y se convirtieron en conspiradores y punta de lanza de manifestaciones y huelgas antichavistas. Bajo la bandera de la libertad de expresión, practicaron la libertad para mentir, disimular, ocultar y manipular la información.

Esta situación se desarrolló a raíz del descontento provocado en la oposición por las leyes democráticas promulgadas por el presidente. De las 49 medidas, 5 encendieron los ánimos del golpe: la ley de tierras que combate el latifundio; la ley de hidrocarburos, que intenta controlar la asociación por parte de la industria petrolera con capitales privados; la ley de educación que aumenta el control sobre la educación privada, incluyendo la religiosa, limita los subsidios a la misma y favorece a la pública; la ley de costas, que asegura para el Estado la propiedad de las tierras costeras; y finalmente la ley de pesca, que regula dicha actividad industrial para defender el ecosistema. Estas leyes tocan los intereses de quiénes eran los dueños tradicionales de Venezuela.

Nos sumergimos en la participación que tuvieron los medios en el golpe de Estado a la República Bolivariana  de Venezuela. El jueves 11 de abril del 2002, los propietarios de los cinco canales privados -Venevisión, Radio Caracas Televisión (RCTV), Globvisión, Televen y CMT- y nueve de los 10 diarios más importantes internacionales, incluyendo el Universal, El Nacional, Tal Cual, El Impulso, El Nuevo País y El Mundo, asumieron el rol de los partidos políticos antichavistas.

¿Cómo lo hicieron? Pues bien, los medios, de manera sistemática, prepararon el ambiente. Rompieron con el orden constitucional, en nombre de la democracia, y presentaron los intereses de la oligarquía como los intereses de todo el pueblo venezolano. Así proporcionaron la justificación perfecta para que el golpe se presente como una exigencia humanitaria. Una de las “estrategias” que se vio en sus publicaciones fueron: la utilización de frases fuera de contexto, otras inventadas, la deformación de los mensajes de Chávez para el pueblo. Por otro lado, ocultaron el ejercicio de democracia directa que hizo el pueblo venezolano con manifestaciones populares, masivas y múltiples, para restaurar la constitución y rescatar a su presidente secuestrado.

Como ejemplo, podemos mencionar algunos casos de la prensa gráfica. A los manifestantes dirigidos por empresarios y sectores militares que pedían la disolución de las instituciones democráticas, destrozaron la embajada cubana y agredieron a los ministros de Chávez, se los denominó “resistencia civil”(Editorial de El País 13/04/2002) enmarcada en una “Indignación popular” (Editorial El Mundo 13/04/2002).

Por otro lado, a los que al día siguiente del golpe pidieron la restitución del presidente constitucional y de las instituciones democráticas se les denominó “muchedumbre” o “manifestantes desquiciados” (Diario El País 15/04/2002). 

El día 13 de abril, el Diario español El País mencionó a Pedro Carmona como presidente de la Junta Cívico – Castrense que conducirá a Venezuela a unas nuevas elecciones a corto plazo, y proclamó sus buenas intenciones, resaltando su promesa de una democracia amplia,  pluralista, de fuertes valores democráticos, diferente a la practicada por Hugo Chávez.  Este diario se identificó plenamente con el golpe. No solo actuó como un elemento de red mediática que preparó el golpe militar en Venezuela (llegando a comparar a Chávez con Mussolini) sino que hizo todo lo posible para sustentar la “legitimidad democrática” de los agentes y del proceso de desestabilización que condujo al golpe de estado.

Fuera de Venezuela, sobre todo en aquellos países que por determinados intereses estaban a favor del golpe, principalmente en los medios imperialistas de cada país, también se observó una clara corrupción del espacio comunicacional. Medios que desinformaban, a veces manipulando y otras inventando los hechos ocurridos. Lo demuestra el ejemplo del diario New York Time, cuando escribió “a partir de la renuncia del presidente Chávez, no está más amenazada la democracia venezolana de un potencial dictador”. Esta versión también fue repetida por la SVT (Televisión Sueca). Y si prestamos atención a los medios argentinos, como los del Grupo Clarín por ejemplo, claramente observamos la simpatía por el golpe y el esfuerzo establecido por presentar a Chávez como el déspota de la situación.

Por lo tanto, el 13 de abril del 2002 fue un día que pasó a la historia, ya que fue el día en que la Unión Europea (UE) y sus medios de comunicación, y los medios masivos de comunicación privados de Venezuela fueron golpistas. En efecto, ese mismo día, en los principales diarios se exhibieron y citaron títulos como estos: “golpe al caudillo” (diario El País); “fulgurante ascensión y caída del estrafalario Hugo Chávez” (El Mundo); “Venezuela dijo basta a Chávez” (El Periódico); Venezuela sin Chávez (La Vanguardia). Ningún periódico español llamó a esto “Golpe de Estado”, al contrario, eligieron como titulares “Venezuela derroca a Chávez” o “Venezuela fuerza la renuncia de Chávez”.

En Venezuela la prensa mintió descaradamente, calumnió, difamó, llamó esos días a la insurrección militar contra el orden constitucional. Primero diciendo que Chávez había presentado su renuncia, cuando no tenían una firma que lo testifique. Segundo, alegando la renuncia de Chávez a la supuesta vergüenza que éste sentía por haber dado la orden a los francotiradores de disparar contra la marcha opositora en Miraflores, cuando en realidad la orden fue dada por Alfredo Peña (el alcalde mayor de Caracas) quién participaba del golpe.

Citando a Eva Björklun, presentamos la versión que, los medios de comunicación en Venezuela, EE.UU., España, Suecia, y probablemente en muchos otros países, dieron del golpe militar:

            “El impopular y antidemocrático presidente Hugo Chávez de Venezuela fue forzado a renunciar después de haber dado órdenes de disparar sobre los pacíficos trabajadores en huelga y otros manifestantes. Chávez renunció a su mandato presidencial y buscó asilo político en Cuba. La democracia se reinstauró y un gobierno de transición se estableció......”

Este fallido y frustrado intento de golpe de Estado, tuvo un feliz final, pero no así un final feliz. Decimos feliz final, porque si bien fueron sólo dos los días que estuvo Carmona en el poder, fueron suficientes para dejar su huella dictatorial y fascista. Lo primero que hizo fue desatar una represión feroz, con listas negras, linchamientos, allanamientos sin garantías jurídicas, asesinatos sumarios. Atacó además a la embajada cubana y cortó la señal del único canal televisivo del Estado, el canal 8, el único que estaba transmitiendo lo que verdaderamente pasaba en Venezuela.

El final reflejó la lucha  casi el 75 por ciento de toda la población venezolana. El presidente Hugo Chávez fue rescatado y repuesto en sus funciones, gracias al accionar de fracciones leales del Ejército y al perseverante, persistente y firme pueblo venezolano, que no dejó de apoyarlo ni un solo segundo. Mientras el presidente Hugo Chávez era rescatado, y el Palacio de Miraflores era tomado por los militares,  el ya vencido Carmona salió a decir por un canal privado que tenía todo bajo control. Aparentemente, sin aceptar, que ya todo estaba en su lugar, que el presidente electo ya estaba declarando que había sido secuestrado y que nunca firmó ninguna renuncia ni dio la orden a los francotiradores de disparar.

Estos días dejaron huellas imborrables en la ciudadanía venezolana. Y aunque todo ya se sepa cómo fue realmente, los medios masivos de comunicación de Venezuela, aquellos que iniciaron el golpe, aquellos que mintieron cínicamente, siguen afirmando que en ese 11 de abril del 2002 no hubo un golpe de Estado, sino que se inició...un gobierno de transición

Departamento de Escenarios Latinoamericanos

 

Fuentes: internet, diarios, Libro: Periodismo y Crimen: El Caso Venezuela. De Luis Alegre, Vídeo documental “La revolución no será transmitida”

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