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A 23 años de un crimen de guerra

El 2 de mayo de 1982 el submarino nuclear británico HMS Conqueror torpedeó al buque de la Armada Argentina General Belgrano. Transportaba 1093 personas y se dirigía rumbo a nuestra Patagonia. Navegaba fuera de la zona de exclusión determinada por Gran Bretaña.

Luego de intensas negociaciones, donde faltaba la respuesta inglesa a la propuesta de paz efectuada por el Perú, Thatcher y su gabinete deciden hundir el crucero A.R.A. "Gral. Belgrano". El buque argentino ya estaba a más de 300 millas, regresando al continente argentino y fuera de la zona de exclusión. La contraofensiva naval argentina se había dado marcha atrás, toda vez que se consideraba inviable la misma ante el desnivel de fuerzas entre ambas armadas y la inminencia de resultados pacíficos del conflicto. No obstante, el comandante del submarino inglés "Conqueror" hace repetir tres veces las órdenes de disparar sus misiles, ya que hasta ese momento, no habían sido esas.

En el hundimiento del Belgrano perecen 323 argentinos, casi la mitad de la totalidad de las bajas en todo el conflicto (649), constituyendo un crimen de guerra. Este acto no fue cometido por razones militares, sino estrictamente políticas, ya que se produce fuera de la zona de exclusión, unilateralmente declarada por Gran Bretaña.

El ataque al crucero General Belgrano, que provocó casi 400 muertos, no funcionó como aviso que los ingleses se tomaban las cosas en serio. Por el contrario, Galtieri y sus socios redoblaron la apuesta fortificando las islas e instalando más soldados. Confiaban en que Estados Unidos traicionaría a su principal aliado de la OTAN.

La Guerra de Malvinas, que en más de una publicación es calificada como una aventura irresponsable, lanzada sin medir consecuencias, arrojaría un resultado espantoso: la muerte de centenares de muchachos inexpertos, mal alimentados y peor vestidos, dirigidos por una oficialidad envanecida, soberbia y mayoritariamente cobarde.

Desde la derrota en Malvinas se han suicidado 269 veteranos de guerra. Poco menos que los 326 jóvenes compatriotas que murieron en combate. Casi el mismo número de víctimas que produjo el hundimiento del "Belgrano". Una tragedia colectiva que debería sacudir la conciencia de los argentinos.

 Historias de vida marcadas por el dolor

Dentro de los actos por el recordatorio del hundimiento del Belgrano, se realizó el lunes una charla debate. Fue en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Contó con la participación de tripulantes del Belgrano, ex –combatientes de Malvinas, docentes, alumnos y público en general.

"No puedo transmitirles el dolor que sentí, no puedo hacerles vivir esa experiencia; Sí me alegra tener el suficiente coraje de no ponerme a llorar...". Así comienza Daniel Agüero su relato detallado y dramático.

Han pasado 23 años, pero es un recuerdo difícil de borrar para Agüero, sobreviviente del Belgrano. Su experiencia formó parte de la jornada sobre "Malvinas y el Crucero Gral. Belgrano", organizada por el Centro de Estudios Internacionales, coordinada por el Profesor Osvaldo Antonelli y el Centro de Estudiantes de Ciencias Políticas.

La crónica del horror se da cita "a las 16 horas cuando suena el primer impacto e inmediatamente se siente el segundo ". En ese momento en el sur, a 5000 metros de profundidad con olas de 8 a 12 metros, "escucho lo que estaba pasando, pero no tomé noción de los hechos hasta que noté que el barco estaba totalmente de costado. Ahí comienza mi miedo y mi contacto con la realidad" concluyó Agüero.

Dentro de los testimonios se encuentra el de Daniel Araya, también tripulante de la embarcación y veterano de guerra. Su aporte es preciso "el barco se hunde a las 16: 53". Araya sostiene que "todos tienen que saber que hubo un grupo de combatientes, un grupo de hombres, de ciudadanos de esta tierra que fueron a pelear un día por nuestro territorio, por la herencia de nuestros hijos".

Tras el hundimiento del buque, las balsas con parte de la tripulación se encontraban a la deriva en alta mar esperando ser socorridos. Daniel al igual sus compañeros esperaron en las embarcaciones durante dos largos días. "Cuando por fin nos rescataron estabamos prácticamente congelados de la cintura hacia abajo" mientras con tristeza agregaba, "nos encontramos con un montón de cosas como el dolor y el sufrimiento de nuestros compañeros". Dentro del relato existen aspectos que prefiere no tocar, "los guardo, y muchos veteranos lo hacen, para uno mismo, nada más. No nos gusta transmitir ese dolor, por respeto a ellos... a los que padecieron allá y por respeto sus familias ", finalizó.

Minutos antes de dar fin a la charla, el Cabo Agüero se refiere a un hecho que no puede dejar pasar por alto. Para él no tiene explicación y lo conmociona después de tanto tiempo, "estabamos todos diseminados alrededor de lo que quedaba del barco y mientras se hundía gritamos un: Viva la patria! No fue algo preparado, nada más que un sentido patriótico".

Los disertantes de la jornada sólo se refirieron a su experiencia en combate. El regreso luego de la derrota todavía les resulta difícil.

Es oportuno recordar que a partir del 14 de Junio de 1982, comienza un proceso en la argentina que un politólogo francés, Alain Rouquie, bautizó como "desmalvinización". Este señor aconsejó una serie de procedimientos que la última junta militar pos -Malvinas, luego el gobierno constitucional de 1983, amplios sectores de la sociedad y de los medios de comunicación social seguirían al pie de la letra. Se trataba de hacer como si la batalla por Malvinas no hubiera ocurrido, de borrar toda lección que la misma nos había enseñado.

Los relatos que se efectuaron el lunes pasado, corresponden a combatientes que forman parte del Ejercito Argentino. Pero también existe el testimonio de los otros jóvenes, los alistados al Servicio Militar Obligatorio. También pensaron en defender lo nuestro pero a ellos le tocó estar en inferioridad de condiciones. Los que tras el combate crecieron de golpe y que hoy reivindican su pertenencia al campo popular y social.

Por todo esto los veteranos merecen que una sociedad, que empezó a despertar, los rescate de las aguas del olvido.

Malvinas fue una causa justa en manos bastardas, así lo definió Gabriel García Márquez en pleno abril de 1982. Hoy sigue siendo algo de lo que no se habla, una guerra que todavía muchos no saben si recordar con orgullo o con dolor.

Natalia Frías

noudlle@hotmail.com

Departamento Sociedad y Movimientos Sociales

Fuentes: Diarios Consultados, Tiempo Fueguino, Página 12, La Nación, Los Andes

Jornadas "Malvinas y el Crucero General Belgrano".Disertantes: Daniel Araya y Daniel Agüero (sobrevivientes del Belgrano), José Luis Nuñez y Guillermo López (ex –combatientes de Malvinas) y Osvaldo Antonelli (Profesor de la Universidad Nacional de Cuyo)

 

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