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A 45 años del gran fracaso de la CIA

En abril de 1961 las fuerzas revolucionarias de Cuba dejaron fuera de combate a un ejército de exiliados que había sido entrenado por la CIA.

Por Ariel Kriwicky

akriwicky@perio.unlp.edu.ar

APM/ATPA Acuerdo de corresponsalía recíproca

27/04/06 Fidel Castro presidió el acto de conmemoración por el cuadragésimo quinto aniversario de la victoria cubana en Bahía de Cochinos. El encuentro se realizó en el Teatro Karl Marx de La Habana, ante más de tres mil asistentes, entre ex combatientes, familiares de las víctimas y oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), entre otros.

El jefe de Estado de Cuba denunció en su discurso que el hostigamiento de Estados Unidos hacia la isla no ha cesado aún.

El general retirado José Ramón Fernández, a quien Fidel Castro confió en 1961 la defensa de Playa Girón, expresó que el recuerdo de la invasión permanece a flor de piel. Bajo sus órdenes, miles de soldados, civiles y campesinos en armas aplastaron la invasión en menos de 72 horas. Actualmente Fernández tiene ochenta y dos años y es el vicepresidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

El 19 de abril de 1961 tropas revolucionarias cubanas repelieron una invasión a Playa Girón, ubicada en la costa sur de Cuba. El objetivo de la “Operación Pluto”, tal era la denominación que había escogido la CIA para esta invasión, consistía en invadir Playa Girón y Playa Larga, ambas en Bahía de Cochinos –unos ciento ochenta kilómetros al sudeste de La Habana– y derrocar al gobierno de Fidel Castro.

Los invasores eran miembros de la Brigada de Asalto 2506, compuesta por un ejército de más de mil trescientos exiliados y mercenarios, que habían sido financiados, entrenados y dirigidos por la CIA (Agencia Central de Inteligencia estadounidense).

La ofensiva norteamericana había comenzado en la madrugada del 15 de abril de 1961, cuando aviones norteamericanos B-26, pintados con las insignias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas, bombardearon tres aeropuertos militares (el de Ciudad Libertad y el de San Antonio de los Baños, ambos en La Habana, y el Antonio Maceo en Santiago de Cuba, en el sudeste de la isla), para intentar destruir a las FAR y facilitar el posterior desembarco de la Brigada 2506.

El 16 de abril, el gobierno de Cuba había proclamado el carácter socialista de la revolución que llevó al poder a Fidel Castro en 1959. En la madrugada del 17 de abril la Brigada 2506 desembarcó en Playa Girón, proveniente de Puerto Cabezas o Bilwi –nordeste de Nicaragua–, a bordo de barcos mercantes estadounidenses, siendo derrotada por las fuerzas cubanas el día 19, tras 66 horas de intensos combates.

El ejército invasor estaba fuertemente armado y era apoyado por aviones y buques de la fuerza naval estadounidense. Pretendía desembarcar en varios puntos de Bahía de Cochinos, establecer una cabecera de playa, derrocar a Fidel Castro, provocar una revuelta popular, designar un gobierno provisional que ya se había formado en Miami, para que éste reclamase formalmente la intervención militar de Estados Unidos.

Los voluntarios de la brigada habían sido reclutados en campamentos militares de Guatemala y Nicaragua por la CIA, recibiendo instrucción como artilleros, paracaidistas y pilotos de aviones.

Este plan de entrenamiento fue concebido durante la presidencia de Dwight Eisenhower, antecesor de John Kennedy.

La batalla concluyó con más de doscientos cincuenta muertos entre ambos bandos. Los mil doscientos prisioneros capturados por las FAR cubanas fueron juzgados, condenados y canjeados en 1963 por alimentos y medicinas, provenientes de Estados Unidos.

Los prisioneros devueltos fueron recibidos y homenajeados por el entonces presidente Kennedy.

La victoria de Cuba consolidó la revolución socialista encabezada por Fidel Castro, representó un fracaso para la CIA y una humillación para John Kennedy, a tan solo tres meses de haber sido investido presidente.

Desde 1976 en Playa Girón hay un museo, que conserva documentos, objetos personales de los combatientes, un avión ingles Sea Fury (utilizado por las tropas cubanas) y una réplica del cañón soviético SAU-100, utilizado por el propio Fidel Castro para hundir un buque estadounidense. 

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