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A los 90 años, falleció en Bariloche la viuda del creador del Balseiro

El 14 de julio pasado falleció en Bariloche la profesora María Mercedes Covadonga Ramona Cueto, viuda del fundador y primer director del Instituto Balseiro, José Antonio Balseiro. Había nacido 14 de octubre de 1920 en Mercedes, Provincia de Buenos Aires.

imagen A los 90 años, falleció en Bariloche la viuda del creador del Balseiro

Sus restos descansan al amparo de un retoño del manzano de Newton, antiguo guardián del sepulcro  de José Antonio Balseiro. Hasta allí la acompañó una numerosa presencia, espontánea y heterogénea, que pobló  su sepelio.

Tal concurrencia fue la respuesta a su dilatada y fecunda trayectoria como docente, funcionaria y promotora de la igualdad social.

Realizó sus estudios primarios y secundarios en la Escuela Normal Nacional de Mercedes y, una vez obtenido el titulo de Maestra Normal Nacional, se trasladó a La Plata donde, en la Universidad Nacional, se tituló como profesora de Matemática y Física.

Allí conoció al doctor Balseiro, uno de sus docentes, con quien se casó en 1948.

En 1955, Balseiro, que había participado en la misión que investigó las actividades de Richter en la isla Huemul, gestionó la creación del Centro Atómico Bariloche y, en su seno, de un instituto para la enseñanza  de la Física, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo. Esto determinó el traslado de la familia a San Carlos de Bariloche.

El 26 de marzo de 1962, murió José Antonio Balseiro. Ya, el Instituto se había afianzado como un centro académico de calidad internacional y “Covita”, como la llamaba su marido, eligió permanecer en Bariloche y ampliar sus actividades pedagógicas en el que fue el “Colegio Nacional”, para, poco después, quedar a cargo de su dirección.

Posteriormente, fue presidenta del Consejo Provincial de Educación de la Provincia de Río Negro (con sede en Viedma) y, de regreso a Bariloche, participó como responsable a cargo de los tres niveles del Profesorado de Matemática y Física. También fue Delegada Regional del Consejo Provincial de Educación.

Su labor permanente en el campo de la educación continuó luego, a lo largo de un cuarto de siglo, en la Asociación de Ayuda al Necesitado, institución en la que alumnos de las escuelas primarias participan en talleres de zapatería, carpintería, telar, huerta, costura y cestería. Fue, hasta hace muy poco tiempo, presidenta de esa Asociación gestionando con eficiencia ante el Consejo Provincial de Educación, creando la Escuela de Nivel Primario, las Salas de Nivel Inicial y, posteriormente, de Nivel Medio, así como una sala de Informática.

Su talento, su dedicación, y la enorme capacidad, entregada con humildad y firmeza, la  hicieron acreedora de numerosas y merecidas distinciones.

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