"Paradigma educativo innovador y transformador" se llama el segundo módulo de un ciclo de formación que se realiza a través del Proyecto Sinergia que financió la secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, para implementar y fortalecer propuestas que permitan la acreditación curricular de experiencias de extensión, en su dimensión crítica (Prácticas Sociales Educativas) en territorios de Mendoza.
La primera fue sobre “Modelos de Extensión Universitaria” y se trabajaron conceptos, criterios, definiciones en torno a la extensión, la investigación acción participativa, las prácticas sociales educativas, entre otros.
En esta ocasión, el segundo módulo se orientó a generar herramientas que ayuden a poner en práctica los conceptos desde los distintos espacios curriculares. Fue para egresados, docentes de los colegios, de las unidades académicas y personal de la UNCuyo.
La capacitación tuvo dos momentos. En el primero se abordó la técnica del sociodrama, a través de un taller con fotografías se problematizó sobre los escenarios educativos: el aula, el laboratorio y el territorio. En el segundo se trabajó sobre la concepción del diálogo de saberes: científico tecnológico y popular.
Las formaciones continuarán en el segundo semestre del año con el desarrollo de prácticas sociales educativas en territorio para buscar poner en práctica el diálogo de saberes, la interdisciplina, las herramientas y metodologías que se abordaron durante las capacitaciones.
Coordinan la propuesta el área de Articulación Social e Inclusión Educativa "Gustavo Kent", junto con las unidades académicas y secretarías de Rectorado que conforman el proyecto “Prácticas Sociales Educativas (PSE): Hacia un Paradigma Educativo Innovador”.
Acerca de las Prácticas Sociales Educativas
El Consejo Superior aprobó la incorporación de las Prácticas Sociales Educativas (PSE) en los diseños curriculares de las carreras de pregrado y grado para alcanzar la formación universitaria integral.
Las PSE implican una estrategia pedagógica innovadora, que pone el acento en el desarrollo de acciones educativas reiteradas, en el territorio, junto a una organización o institución pública. Las acciones deben incorporarse al trayecto académico (currícula) y deben tener en cuenta las tres funciones sustantivas de la universidad: investigación, docencia y extensión.
Representan un canal, a través del que la Universidad cumple con el desafío de formar profesionales responsables, con compromiso social, y capaces de actuar en el medio.
Tienen un doble propósito: formar a los estudiantes universitarios integralmente, para favorecer y mejorar su desempeño profesional y social y, al mismo tiempo, contribuir desde la universidad pública a los procesos sociales, culturales, políticos y económicos que viven las distintas organizaciones e instituciones en los territorios.