Es un destacado investigador especializado en Historia Medieval. Sus trabajos se abocan al estudio de instituciones, sociedad, poder, territorio e ideología. Actualmente se desempeña en el departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Lérida, España.
Teniendo en cuenta estos antecedentes profesionales es que el Consejo Superior de la UNCuyo resolvió otorgar a Flocel Sabaté Currull el Doctorado Honoris Causa con mención especial al mérito académico- científico.
La cita fue en el aula magna de la facultad de Filosofía y Letras, y en ese escenario Flocel Sabaté recibió de manos del vicerrector, Jorge Barón, la máxima distinción universitaria. En tanto que el decano anfitrión, Adolfo Cueto, le entregó la medalla correspondiente y el libro San Martín: su patria chica y la Patria Grande.
El acto comenzó con la música del tenor Fernando Ballesteros y la soprano Carina Páez, quienes interpretaron melodías tradicionales de España y terminaron con el tema José de los ojos negros, dedicado al Padre de la Patria. Luego se conformó la mesa académica con el vicerrector, Jorge Barón, el decano de Filosofía y Letras, Adolfo Cueto, y el homenajeado, Flocel Sabaté.
El Vicerrector resaltó las bondades de Sabaté por proyectar su conocimiento hacia la comunidad a través de su participación activa en diversas actividades desarrolladas en otros ambientes y países. “Encontrar gente que conoce profundamente una temática y que además la comparte con la sociedad, le da un valor más alto a los que vivimos en el ámbito académico”, indicó.
“Tener historia, aprender de ella, mantenerla viva y vigente, nos ayuda a cimentar nuestro presente y futuro -dijo y continuó- la historia medieval europea, de la que de algún modo formamos parte porque muchos venimos de ese origen, es una tarea que resalto como importante para nuestra sociedad”, pronunció Barón.
Por su parte el decano, Adolfo Cueto, señaló que el Honoris Causa es un pasaje de ida hacia la unidad académica y la universidad que lo nombra en el sentido de que "lo incorporamos a nuestra Casa de Estudios como un docente más, para que nos ayude y colabore en el proceso de crecimiento académico, en la investigación y en la formación de graduados y alumnos", expresó. En consonancia con ello mencionó que ese título es un homenaje y una manera de establecer relaciones entre comunidades hermanas -a partir del conocimiento del pasado y la historia- y como una forma de crecimiento conjunta.
“Estudiar la historia y las raíces es una manera de conocer nuestro presente, entonces nos damos cuenta que estamos más cerca de lo que parece y en el que entrelazar unos saberes y otros resulta que enriquece profundamente”, así inició su discurso el Doctor en Historia.
Luego ofreció una conferencia titulada “Construcción de las identidades nacionales: Argentina y España”. En ella hizo un repaso histórico que comenzó con los siglos XII y XIII y en el que trabajó sobre la trilogía “identidad, memoria e ideología”; entendidas como elementos que legitiman las dinastías y las percepciones colectivas de esa época.
En consonancia con el tema el Investigador resaltó que “para vivir, sentir y comportarse como un ser humano en sociedad, hay que tener una identidad sustentada en la memoria”. Asimismo explicó que tanto la memoria como la identidad se mantienen de acuerdo a la ideología que asuma la sociedad.
“Fueron los historiadores los que crearon las naciones. No hay nación sin historia nacional –expresó y agregó- el ser humano en la Edad Media no está nunca solo, sino que forma parte de una colectividad”.
Su discurso avanzó al siglo XIX donde se refirió a cómo la identidad española se construyó y definió en el mismo siglo de la invención de la Argentina. En ese punto mencionó la Guerra de la Frontera y a propósito del tema citó: “Es una paradoja que el mundo occidental no puede conocer sin poseer y no puede poseer sin destruir”
Analizó, a su vez, la ocupación y conquista de territorios y fronteras, que encuentra en el desierto, la pacificación y explotación agropecuaria de la tierra, un argumento para avalar esa apropiación y cuestionar un país bajo una supuesta misión civilizadora. “Imponer un orden y hacer que la tierra rinda sus frutos” enfatizó.
Por último rescató la importancia de educar con la memoria y para eso comparó los escenarios de Argentina y España. "Recordar el pasado puede ser una experiencia dolorosa -comentó y siguió- sin memoria no hay identidad". Argumentó que el reto está en poder gestionar los retazos de vida en sociedad, que aparecen a modo de documentos de identidad, y construir y administrar la memoria histórica en un mundo globalizado. Ante ese escenario manifestó que el desafío para los historiadores es atender esa demanda social a través de la historia, y sustentarla desde la heurística y hermenéutica.