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Acerca de la violencia en las escuelas

La agresión en los establecimientos escolares no deja de ser noticia, más cuando no solo se dirige a compañeros sino también a profesores. La violencia no se genera en la escuela, sino que ésta surge del ambiente social y familiar enmarcado en un contexto nacional desfavorable.

28 de abril de 2005, 20:45.

El viernes 22, un adolescente de 15 años ingresó armado a una escuela de la localidad bonaerense de Morón. Las autoridades del colegio Juan Bautista Alberdi lo denunciaron, y fue demorado por efectivos policiales de la comisaría de la zona. Casos como éste suceden en todo el país, donde la violencia escolar se ha instalado desde hace unos años.

Desde 1990 los hechos violentos en instituciones educativas han aumentado considerablemente como uno de los índices de la crisis económica y social que padece Argentina. Al principio la agresión se dirigía a los compañeros, pero ahora también la violencia se dirige a los docentes.

Para el psicopedagogo Alejandro Castro Santander, más del 90% de los maestros manifiestan que el fenómeno incrementó y suponen que seguirá creciendo. Sostiene, además, que el alumno entra a la escuela con toda su carga de violencia aprendida.

La violencia en las instituciones educativas no se genera en la escuela, sino que ésta la recibe del ambiente social y familiar y declina en vandalismo y agresiones hacia los docentes y los alumnos.

Los factores que más influyentes sobre el comportamiento de los chicos son la familia, la pobreza o la marginalidad y los medios de comunicación. Una investigación realizada a 248 alumnos de 11 a 15 años y 28 docentes de escuelas públicas del Gran Mendoza, sobre la violencia interpersonal en la escuela, percibió que el tipo de agresión más común entre los estudiantes es la física con el 90%, y le sigue la verbal con el 51.5%. En el caso de la violencia hacia los profesores el 72% es verbal (apodos, insultos) y el segundo lugar se encuentra la agresión física con el 61%.

Existe un tipo de violencia que, en la mayoría de los casos, no es percibida por los docentes y ocupa la escena principal en el aula, son el acoso, el maltrato, el aislamiento y el rechazo. Es más frecuente la violencia física en los varones y la psicológica en las niñas.

Las autoridades correspondientes tienen que buscar una solución al problema. Cuando la situación no se puede controlar y corren  riesgo los alumnos, los docentes o el mismo adolescente conflictivo, se le realiza un Psicodiagnóstico que determina si está en condiciones de seguir en su colegio o si se lo deriva a un colegio de educación especial.

Otro factor que determina el desencadenamiento de situaciones violentas, se presenta en el desentendimiento por parte de los padres con respecto a sus hijos; Lo que del lado del docente se traduce en la necesidad de capacitarse para entender y gestionar la convivencia que en la actualidad se presenta en el aula. 
Para castro Santander, el docente en los últimos años ha entendido que necesita capacitarse para entender y gestionar la convivencia que en la actualidad se presenta en el

Juan Carlos Tudesco,  director del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), sostiene que la violencia en la escuela es un fenómeno que expresa una enorme diversidad de situaciones. Hay fenómenos de violencia ligados a factores culturales o políticos, como el antisemitismo y la intolerancia religiosa; violencia originada por exclusión y marginalidad social como el desempleo, la pobreza y el consumo de drogas.
Lo más preocupante es que estos fenómenos se han generalizado y la escuela dejó de ser un ámbito intocable.

En nuestro país en octubre pasado con el fin de incentivar la investigación y el desarrollo de estrategias para prevenir situaciones de violencia en las escuelas de todo el país, se lanzó el primer Observatorio Argentino de Violencia Escolar.  Impulsado por el ministerio de Educación de la Nación, la Universidad Nacional de San Martín -donde se realizan las actividades- y la UNESCO Brasil.

En el Observatorio un equipo de especialistas en ciencias sociales indaga y recopila todos los trabajos y experiencias que haya en el país sobre agresiones en las escuelas. Por otra parte, se pretende crear un programa de capacitación docente que les permita tener conocimientos sobre cómo actuar en casos de violencia escolar o en situaciones límite, como la  ocurrida en Carmen de Patagones.

Si bien la función primordial de la escuela debiera ser educar, éstas desde hace un tiempo se han convertido además en un comedor donde los niños acuden a saciar el hambre, y también en este ámbito se debe trabajar diariamente en contra de la violencia. Hoy en las escuelas argentinas se ha vuelto frecuente asistir a situaciones de conflicto o violencia protagonizadas por los alumnos y por los padres contra las autoridades escolares. Esto ha provocado que se modifiquen las relaciones entre los alumnos y los maestros o profesores, y así también con los padres.

 

Cristina E. Mancin

 mancincristina@yahoo.com.ar

Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales

 

Fuentes: Inter press service; Alejandro Castro Santander  “Convivencia sin Violencia”, Editorial Dinámica Educativa

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