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Adolfo Omar Cueto, nuevo Profesor Emérito de la UNCUYO

El historiador y exdecano de la facultad de Filosofía y Letras obtuvo el reconocimiento en función de sus antecedentes académicos y profesionales. Para la rectora Esther Sanchez es un “homenaje a su dedicación, su visión y legado que seguirá inspirando a futuras generaciones”.

imagen Adolfo Omar Cueto, nuevo Profesor Emérito de la UNCUYO

El momento de la distinción: Gabriel Fidel, Adolfo Cueto y Esther Sanchez.

Por pedido de las autoridades de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo —que luego aprobó el Consejo Superior— el docente e investigador Adolfo Omar Cueto se convirtió en profesor extraordinario en la categoría de Profesor Emérito de esa Unidad Académica.

La trayectoria del doctor en Historia y ex decano de esa Facultad en dos períodos fue reconocida en un acto en el que participaron la rectora Esther Sanchez, el vicerrector Gabriel Fidel, el decano y la vicedecana de Filosofía y Letras, Gustavo Zonana y Viviana Ceverino, respectivamente, autoridades de varias unidades académicas, colegas, docentes, nodocentes, amigos y familiares.

Los Profesores Eméritos representan la culminación del esfuerzo intelectual. En todas las instituciones académicas, esta figura designa a los profesores de larga trayectoria que, debido a sus méritos, siguen desempeñando funciones de docencia, asesoramiento o dirección en sus respectivos campus.

Una extensa carrera académica respaldó su nombramiento: fue secretario de Relaciones Institucionales y Territorialización de esta casa de estudios y director del Centro Interdisciplinario de Estudios Regionales (CEIDER) de Filosofía y Letras. Entre sus méritos se destacan sus más de 15 publicaciones, ser miembro evaluador del Banco de Evaluadores de Proyectos de Investigación y Desarrollo de la secretaría de Ciencia y Tecnología de San Juan, Catamarca, Buenos Aires y Chubut, e integrante de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza y de la Academia Nacional de la Historia.

Tras la conformación de la mesa académica con las máximas autoridades de la Facultad y la UNCUYO, la rectora Sanchez hizo un recorrido de la trayectoria de Cueto cuando comenzaron a trabajar juntos en el primer plan estratégico para la Universidad, y luego durante los 8 años que fueron decanos de sus respectivas facultades. Consideró, además, su gran compromiso con la Universidad, razón por la que se le entregó el galardón: “Representa la distinción más alta para las y los docentes de la institución. Es un símbolo del legado académico que trasciende generaciones y es lo que ha logrado”.

“Siempre ha tenido la capacidad de contribuir al desarrollo de la Universidad desde un protagonismo como actor social y con la sociedad en su conjunto. No sólo su vocación en la investigación y como docente sino también como gestor que le puso alma, corazón y vida a todo lo que hacía en esta Facultad. Nosotros hemos querido distinguir ese gran compromiso. Este reconocimiento es un homenaje a su dedicación, a su visión y legado que seguirá inspirando a futuras generaciones”, expresó la máxima autoridad universitaria.

A su turno, el vicerrector Gabriel Fidel reconoció el camino de gestión del historiador enfatizando sus trabajos académicos sobre la vitivinicultura argentina y mendocina. Asimismo, nombró la gran tarea de extensión y trabajo comunitario que concretó a lo largo de su vida para conformarse en lo que es hoy:

“Un académico único. Quisiera resaltar este instante ya que es un momento de comunidad para los que creemos que, además de la ética individual, hay una ética comunitaria que es la que nos termina de conformar como personas. Porque no somos nada si no es en comunidad. Al reconocer a una persona con semejante trayectoria, está reconociéndose como comunidad, por eso debemos reconocer a las personas que forman parte de ella”.

El decano Gustavo Zonana destacó la realización del acto en el contexto complejo que están atravesando las universidades nacionales y la educación pública. Al respecto, comentó que es la manera de visibilizar y sostener la antorcha de la educación pública superior que se congregó para celebrar la entrega de la distinción al docente e investigador. “Toti desarrolló innovadoras iniciativas mediante un temperamento estructuralmente político que lo define de frente y de perfil y que se ha ido gestando por su paso por los colegios preuniversitarios, por la Facultad y por el Rectorado”, agregó.

“Es un conductor que no se achica frente a las dificultades. Lejos de deprimirlo, los desafíos le generan mayor adrenalina. Ha asumido la conducción con la firme certeza de que gestionar es anticiparse. Fue capaz de imprimir un dinamismo que transforme sustancialmente la vida institucional. Me alegro, junto con toda la comunidad de la Facultad, por este justo reconocimiento de su trayectoria”, expresó el funcionario.

La vicedecana Ceverino, en tanto, destacó la trayectoria del galardonado señalando que no quedó solo circunscripta al ámbito provincial, sino que es un referente de las universidades latinoamericanas y europeas. “Creo que el lugar en el que Cueto se siente más feliz es en el aula, por eso creo que esta distinción lo debe hacer muy feliz y nos hace muy felices también”, dijo.

Gabriel Fidel, Adolfo Cueto, Esther Sanchez, Gustavo Zonana y Viviana Ceverino.

Las palabras de Cueto

"A esta altura y en estas circunstancias, si he realmente aprendido algo en el transcurrir, no solo de la vida, sino básicamente del legado que la universidad nos deja a cada uno de nosotros, son dos cosas esenciales: es el agradecer a todos aquellos que fueron acompañándonos en el transcurrir del tiempo, porque uno estudia para docente, pero vivimos aprendiendo de los estudiantes, de los compañeros, de los colegas y uno se da cuenta de que en realidad no es uno, sino que es el todo. Es decir, somos todo".

"Uno como decano puede tener una idea, pero es el equipo el que la lleva adelante, con sus virtudes y sus defectos. Podemos marcar una línea con mayor o menor intensidad, pero en definitiva los hacedores somos todos. Yo creo que la clave básicamente es entender que uno aprende de cada una de las personas que está en su entorno y que las instituciones, como la universidad, se puede haber fundado en el año 39 y lo hemos hecho todos, y esa universidad es la que tenemos que empezar a caminar".

El flamante Profesor Emérito contó cómo comenzó su trayectoria en la Universidad, desde que ingresó al Colegio Universitario Central (CUC), en 1968, y desde entonces se ha mantenido en esta casa de estudios por 56 años. “Fueron 56 años donde nos fueron formando profesores fantásticos, donde aprendimos de la amistad. Ese colegio preuniversitario me dio a mí las bases que no tenía. En la universidad aprendí otra cosa y luego me tocó ingresar a esta Facultad también allá por marzo de 1974”.

Cueto, asimismo, se refirió a la efervescencia de los años de la UNCUYO en esa época, influenciado por varios sucesos históricos como el Mayo Francés del 1968, pero que ya se había estado desarrollando en la universidad pública argentina. Luego, cuando la situación política se agravaba a partir del golpe cívico militar en 1976, describió cómo fue estudiar en un contexto de silencio y violencia hasta el regreso de la democracia, donde había que rescatar a la Universidad.

Su repaso por su trayectoria en la Universidad lo llevó a su primera gestión como decano de Filosofía y Letras en 2002, en plena crisis social y económica. "Fue necesario adecuar la Universidad en el desastre, en situaciones absolutamente caóticas. En esos tiempos ya trabajaba con la actual rectora Sanchez respecto de la gestión presupuestaria. Asimismo, la UNCUYO comenzó a transitar un proyecto de internacionalización, territorialización y articulación con el nivel medio. Se crearon convenios y diversas gestiones que fueron posibles gracias al trabajo en equipo", precisó.

“La universidad es una comunidad, no es una institución unipersonal. Hoy nos encontramos en una situación nueva. Hemos estado en crisis varias veces, pero la importancia de esta crisis respecto de las que hemos vivido anteriormente es que está apuntando a nuestra esencia. No es lo mismo una crisis financiera o económica, o una crisis política ideológica, a una crisis que apunta a la estructura. Te está diciendo: tenés muchas raíces medievales, tenés que ver cómo te aggiornás. Entonces acá es donde hay un reto en esta institución que me ha tocado transitar. Hemos podido salir de otras crisis gracias a que cuando fuimos con María Victoria (María Victoria Gómez de Erice, exrectora de la UNCUYO) a pelear por los terrenos de la universidad, salimos en la fotografía agarrados brazo con brazo y con la bandera adelante. Iban alumnos, docentes, nodocentes, egresados y autoridades. Uo creo que de esto vamos a salir si todos tomamos un compromiso”.

 

Cueto recibió la distinción de manos de la rectora Esther Sanchez.

La militancia por la universidad

Respecto de la compleja situación que está atravesando la educación superior argentina, el historiador manifestó: "Hay una palabra que quizás a veces pone mucho miedo, que es la militancia. Porque inmediatamente dicen que esto es ideológico. Sí, tengo una militancia y una ideología que es la universidad. Y me preocupa bastante, porque muchos miembros de la comunidad universitaria no han asumido la responsabilidad de militar la universidad. Y cuando digo militar la universidad significa defenderla desde el lugar donde estoy. No tengo que ser rectora, ni vicerrector, ni decano, ni vicedecana. Tengo que ser alumno, tengo que ser nodocente, docente. No digo necesariamente haciendo huelga o tomando una facultad, digo militándola en el rol social y en el contacto social en donde nos toque estar porque estoy en una reunión social y dicen una barbaridad de la universidad y me quedo callado cuando soy parte”.

"He aprendido que la universidad no es el lugar donde yo trabajo y esto mis compañeros de ruta, tanto docentes como nodocentes de esta facultad, saben que siempre dije que estamos más tiempo con nuestros compañeros nodocentes que con nuestras familias, porque compartimos más tiempo sentado lado a lado, discutiendo y charlando. Entonces es el lugar donde uno vive, se forma, se hace, donde uno crece. Creo que esta situación que nos está tocando vivir muy dura no es una cuestión económica. Claro que lo salarial es un problema y el costo de vida ha aumentado. La pregunta es cómo cambiamos esto porque lo primero es un cambio de actitud: es salir a decir “¿qué hacemos?”, porque en este sentido estamos muy metidos en nosotros y entonces la gente no sabe lo que hacemos, para qué estamos, para qué servimos o qué transformamos. Es importante ponernos de acuerdo qué universidad y qué facultades queremos, cómo hacemos para que la sociedad se involucre con nosotros. Porque hoy desgraciadamente se han encargado de que la sociedad nos desprestigie o nos vea desprestigiados”.

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