Antes de incorporar más efectivos, especialistas consideran necesario fomentar la capacitación profesional del personal existente.
El Gobierno, en su desesperación por reducir los índices delictuales, ya no sabe qué recursos aplicar para incentivar a la población a que ingrese al Ministerio de Seguridad. Entre las variadas oportunidades que ofrece, está la de terminar la secundaria o brindar becas para que aquellos adolescentes que aún no terminan el Polimodal lo puedan hacer en el Instituto Universitario de
Seguridad Pública. Pero especialistas y legisladores criticaron la meta de incorporar 1.000 personas por año, ya que afirman que la solución está en una mejor capacitación del personal existente.
CANTIDAD VS. CALIDAD. El debate se centra en dilucidar si realmente una mayor cantidad de policías reducirá el número de hechos delictivos o no. Para algunos especialistas, lo que mejorará la situación es una especialización del personal. Además, consideran que el tiempo que llevan de preparación antes de salir a la calle es muy poco.
Alberto Montbrun, especialista y asesor del Ministerio de Seguridad en la temática y en redes solidarias, aseguró que el número de policías es suficiente para combatir el delito en todo el territorio provincial, pero recalcó que seis meses no alcanzan para que estén listos. “Mínimo son necesarios 24 meses para que puedan ejercer el oficio, y luego falta la especialización”, informó Montbrun.
Al especialista no le parece mal que se lleve la problemática de la seguridad a las escuelas secundarias, ni que se plantee a los chicos la posibilidad de ingresar a la carrera policial. Este recurso es utilizado en varios países del mundo, donde se presenta como parte de la oferta educativa. Pero le parece una pésima decisión incorporar a la fuerza a aquellos que no terminaron la secundaria.
“Los datos indican que la cantidad de policías en la provincia es más que óptima. Por lo tanto, el problema está en la calidad o capacidad de esos efectivos”, aseguró Montbrun.
El estudio que hace poco el especialista presentó al Gobierno determina que lo que hay que mejorar es la calidad en la profesionalización, pero sin abandonar la principal consigna de la reforma de 1998 donde la totalidad del personal tenía que acceder a la tecnicatura universitaria y la oficialidad.
Quien coincidió con Montbrun es la senadora Alejandra Naman. La legisladora siempre se manifestó en contra de reducir los requisitos para ingresar al instituto, porque cree que va en desmedro del objetivo de tener otro tipo de policía, más capacitado.
Naman criticó el bajo monto de las becas, –que en un comienzo era de 150 pesos–, ya que aseguró que muchas personas no se interesan por esa causa.
La legisladora explicó, además, que al acortarse tanto los cursos no se logra un buen policía. “Necesitamos que no lo vean como una salida laboral única, sino como una vocación, pero esto se logra por medio de una política clara en cuanto a la iniciativa”, comentó Naman.
El diputado Daniel Cassia también defendió la calidad en la enseñanza, ya que entiende que un policía debe estar entrenado y capacitado, de acuerdo con la realidad delictiva. En cuanto al número de efectivos, explicó que la situación ideal sería incrementarlo un poco.
Cassia indicó que el objetivo oficial de atraer a más de 1.000 personas por año no se cumplió nunca, porque la propuesta no fue atractiva para los jóvenes. Además, explicó que quieren ingresaron a la carrera policial lo hicieron como una última opción, para tener un ingreso, y no por una vocación de servicio público.
“Prefiero unos 400 o 500 por año, con alto rendimiento”, aseveró el diputado.
Para Cassia, uno de los inconvenientes en la formación policial es la escasa práctica. Consideró que 60 por ciento de teoría y 40 por ciento de práctica juega en contra de los uniformados a la hora de salir a la calle.
El legislador cree que el sueldo mínimo del personal es otro punto desfavorable. Estimó que el salario debe ser superior a los 1.800 pesos.
Para Juan Carlos Aguinaga, ex ministro de Seguridad, es positivo que se fomente el ingreso de personas a las filas policiales, pero cree indispensable que les adviertan desde el primer momento las condiciones que le brindará la Policía en su vida profesional.
En cuanto a la edad de los candidatos, le parece bien que sean jóvenes que hayan terminado los estudios secundarios. Pese a esto, no dudó en afirmar que el éxito actual no es el esperado.
Para el ex ministro, lo fundamental es que la persona sepa todos los beneficios que tendrá, ya que cree que no hay puntos en contra. “La implicancia a favor de ser policía es mayor que en otras profesiones”, recalcó.
CAMPAÑA AGRESIVA. En cuanto al modo de captación de los aspirantes, Cassia indicó que asistir a los colegios es una buena idea, que ya se implementa hace tiempo por medio de un test vocacional. “Se ofrece como un terciario y funciona, pero hay que hacer un sistema de convocatoria de alcance masivo”, comentó.
El diputado indicó que es necesario realizar una campaña más agresiva y tentadora para atraer personal, porque asegura que se han probado todas las alternativas y las convocatorias son mínimas. Para el legislador, el ofrecimiento tendría que estar relacionado con cuestiones de índole social, como beneficios para acceder a la vivienda propia, cobertura social para toda la familia, incentivos en turismo y planes de ahorros para vehículos, entre otros puntos.
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22 de noviembre de 2024