¡Abriendo cancha!

La  murga históricamente tiene más de cien años, pero en nuestra provincia llega a finales del 80’, a pocos años de finalizada la última dictadura militar. Hace su aparición en sociedad de mano de los actores de teatro que salían con instrumentos de percusión a las calles  a convocar a su público. De este modo, en poco tiempo, surge la “murga taller”, compuesta mayormente por profesionales: actores de teatro y profesores de educación física.

Las murgas barriales aparecen a comienzos de la década del 90’. “Buscan sus raíces más populares; se van a los barrios y ahí medio como que se quedan”, comenta a Agencia Taller Chicho Vargas, actor mendocino, director de la murga  “Los Gloriosos Intocables”.

 En Mendoza se desarrolla un estilo de murga  muy particular. Mezcla malabares y zancos pertenecientes al arte de circo que las había alzado en el camino.

De esta manera se va desarrollando la actividad, cobrando mayor auge en los barrios urbano marginales y sectores de la sociedad donde el arte no tenía una presencia marcada.

Primer tiempo

“En un comienzo, los dos pilares que serían lo cultural y lo social, tienen herramientas muy parecidas, por ejemplo la convocatoria. Llaman a jóvenes para armar un grupo determinado, ya sea de teatro, de murga o de música”, aclara  Chicho que concuerda con la opinión del resto de nuestros entrevistados.

A los jóvenes hay que brindarles espacios de contención, de expresión, de reflexión; un lugar para relacionarse con sus pares. A través de la expresión que logran y pudiendo mostrarse frente al público se relacionan socialmente con el resto de la comunidad. Desde el punto de vista de las herramientas sociales se dice que adquieren habilidades sociales.

El período de contención se da en un primer momento, luego éste queda en un segundo plano dando lugar al desarrollo de herramientas artísticas.

La murga adquiere una doble funcionalidad dentro de los barrios; se mezcla, se embarra, con cada golpe se fusiona con su gente, actores y creadores de su historia.

Los protagonistas: “la vida no es un carnaval”

“Los Príncipes de Paraguay”, “Los Gloriosos Intocables”, “Los Ruidosos del Cacique”, “Ave Fénix”, “Los Soberanos del Ritmo”, son solo algunas de las murgas de nuestra provincia que merecen ser mencionadas.

Actualmente “Los Gloriosos intocables” es la murga barrial con mayor trayectoria. Al respecto comenta con melancolía, Marcelo Fernández  “Tetu”, integrante fundador de Los Gloriosos: “Doce años va a cumplir la murga, y yo desde antes estoy acá. He aprendido muchas cosas, desde expresarme hasta saber entender a las otras personas. Todo eso se va enseñando, el compañerismo. Antes nos juntábamos en una esquina a tomar cerveza y ver qué maldad  podíamos hacer. Hemos pasado muchas cosas juntos, alegrías, tristezas de varios chicos fallecidos dentro del ámbito de la murga. Ir a otros lados y mostrar la otra cara del Barrio, que todo no era malo, tiroteo, droga y delincuencia, sino que también habían muchos grupos artísticos y mucha gente buena”.

“Ave Fénix” es una murga muy especial. Se desarrolla en el Campo Papa, y tienen otra mirada con respecto a la actividad; un aspecto más vivencial. Es lo único que tienen. Les permite reivindicarse socialmente, formar parte de una sociedad que los discrimina en forma constante.

Extensa en actividad y en trayectoria es la historia de muchas de las murgas menducas. Si bien como dijo Elva, coordinadora de “Los Príncipes del Paraguay”: “la crisis del 2001 mató a muchas murgas”, aun  sobrevive un gran número de ellas, con un nivel de profesionalidad y sentido humanitario incomparable.

Moisés Ortiz

moises-ortiz@hotmail.com

Departamento de Cultura