En representación del Gobierno Provincial, estuvieron presentes el ministro de Gobierno, Gabriel Fidel -quien es también docente de la Facultad- y el director de Comunicación, Augusto Peterle.

En medio de aplausos y muchos ojos llorosos, el decano de la Facultad, Juan Carlos Aguiló, entregó a los padres del desaparecido comunicador -Silvia Ontivero y Horacio Hunau- el diploma de Licenciado en Comunicación Social, al que se hizo acreedor apenas una semana antes de ser asesinado, y la Resolución del Consejo Directivo por la que “reconoce su trayectoria” y lo declara “egresado destacado”.

La Resolución enumera detalladamente la vasta actividad desarrollada por Hunau en el ámbito de la comunicación, aun antes de completar sus estudios. En ella se destacan el programa televisivo emitido por Canal 9 “El Atico”, ganador de un “Martín Fierro del Interior”, en 1997; la coordinación de talleres de capacitación docente para el programa “El diario en la escuela”; la dirección general del programa “El mundo de la vereda”, transmitido por un canal de cable; la coordinación y asesoramiento de actividades culturales de organismos oficiales; su incursión en campañas electorales y su militancia comprometida en relación con la promoción y la prevención de la salud.

Hunau fue, además, director de la Casa de Mendoza en Buenos Aires entre 2001 y 2003.

Tras recibir el diploma, la señora Silvia Ontivero expresó su total agradecimiento a la casa de altos estudios por el apoyo brindado, pidió a los presentes seguir luchando en conjunto por el esclarecimiento de la muerte de Alejo y exhortó a la Justicia provincial a que encarcele al asesino, haciendo referencia a la libertad otorgada al único sospechoso de la causa, Diego Arduino.

Como parte del homenaje, se leyó un emotivo texto escrito por Roberto Follari, también docente de la casa. Tras recordar escenas cotidianas de la actividad de Hunau en la Facultad, sus múltiples actividades en distintos ámbitos, su infancia por el cautiverio de su madre durante el Proceso, la evocación termina con este párrafo: “No te olvidaremos, Alejo; no cejaremos en la búsqueda de la justicia que mereces. Pero sobre todo, nunca terminarás de irte y de dejarnos; porque quienes como vos han contribuido a que seamos algo mejores, no dejarán de habitarnos cada hora y cada día, como antídoto eficaz y permanente contra la soledad y el desengaño”.