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Algo tan exquisito como simple: una foto

Lucas Arias, un fotógrafo mendocino, le cuenta a Agencia Taller cómo es vivir sacando fotos y mostrando lugares muy reconocidos de la provincia de Mendoza. Hijo de un famoso retractor de nuestra realidad, demuestra que el talento y la genuina capacidad de observación se pueden manifestar en una publicación.

10 de julio de 2005, 19:11.

Los Arias, Lucas y  su papá Máximo se dedican -desde hace muchos años-  a sacar fotos y reflejar en ellas los paraísos  mas reconocidos de la provincia.

El trabajo que ellos realizan es muy reconocido por la gente que vive en  Mendoza o por la gente que nos visita. Lucas nos dice que ellos se diferencian de la gente que realiza postales, ya que consideran que “cuando se transforman en postales pierden calidad, ya sea por el papel utilizado o porque al hacerlo en cantidad no se muestra de la misma forma que cuando es en menor cantidad”. Tratan de que sus fotos sean únicas.

Estos talentosos fotógrafos, identifican su trabajo como “fotografía comercial”. “Nosotros comemos de esto, nos pagamos los gastos, el revelado de las fotos y de los viajes que hacemos a los distintos lugares, para mostrar lo que cada uno tiene, y qué mejor que una foto. Todo eso sale de lo que nosotros ganamos vendiendo lo que hacemos”, comenta el hijo.

En plena calle San Martín y Garibaldi están ellos, exponiendo el trabajo denominado “Mendoza, su paisaje y su gente”. Lucas dice que la idea es mostrar los lugares más representativos de la provincia, como el parque General San Martín, el célebre Cerro de la Gloria, las distintas plazas, que es aquello que más llama la atención a la gente.

Otra de las cosas que nos favorece, dice Lucas, es que “lugar donde vamos siempre llevamos colgada la cámara de fotos y lo que hacemos es revelar de un mismo lugar  varias fotos. Esto hace que el paisaje se vea diferente y que la gente lo perciba de distintas perspectivas.

Lucas dice que fue su papá quien le enseñó que a través de la fotografía  tiene que transmitir algo, no sólo un simple paisaje. También el joven rescata que lo bueno de esa profesión es que de un mismo territorio se pueden expresar muchas cosas, lo bueno y lo malo que tiene, en este caso, nuestra Provincia.

Máximo también saca fotos en blanco y negro. Es, sin dudas, mucho más reconocido en el ámbito mediático que su hijo, pero fue quien le indicó el camino del arte plasmado en el papel. “Estas fotos reflejan lo que está pasando. Parte de nuestra cultura, la pobreza, niños pidiendo, cartoneros y toda la gente que ha quedado fuera del sistema. Es una forma de que la gente vea lo que pasa en la calle, en la esquina de su casa, ya que muchas veces  no levantamos la cabeza y no advertimos lo que nos pasa por al lado”, dice Lucas.

Aunque muchas veces les ofrecieron seguir sacando fotos para armar otros proyectos, ellos han decidido conservar ese lugar. Haciendo lo que les gusta y de la forma que ellos quieren. Son libres. Eligen día a día seguir descubriendo las pequeñas tragedias cotidianas y expresarlas en un pliego artístico para guardar, enmarcar o regalar. Algo tan exquisito como simple: una foto.

Vanesa Merlo

vanesamerlo@hotmail.com

Departamento de Cultura.

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