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América Latina: Medio ambiente en peligro

La instalación de plantas de celulosa en Latinoamérica genera incertidumbre y rechazo de pobladores, grupos ambientalistas y ONGs.

La industria de la celulosa se expande en América Latina favorecida por los gobiernos y cuestionada por los ambientalistas, quienes denuncian impactos ecológicos y sociales de esta actividad.

El 30 de abril más de 35.000 personas cortaron el puente internacional General San Martín que une la ciudad entrerriana de Gualeguaychú (Argentina) y la uruguaya de Fray Bentos. El motivo de esta multitudinaria protesta fue el de rechazar la instalación de plantas de pasta de papel sobre la costa del Rio Uruguay.

Ciudadanos, ambientalistas, autoridades y sectores de la producción de turismo agrupados en la  Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, fueron los que convocaron a la movilización. Estas entidades denunciaron que el  polo industrial que une dos empresas -una española y otra finlandesa-  en el lado uruguayo del río, generará  un “grave peligro cancerígeno” y le reclamaron  al gobierno argentino que intervenga ante las autoridades uruguayas para evitar que autorice el proyecto.

“Tanto el río Uruguay como los ríos Paraná y  La Plata son fuente de agua potable para la zona más densamente poblada de la Cuenca del Plata, además de servir de hábitat para numerosas especies de peces de consumo humano, por lo que en lugar de incrementarse las fuentes de contaminación deberían restringirse seriamente”, señaló Juan Carlos Villalonga, director político de Greempeace de Argentina.

“La instalación de plantas celulósicas provocarán la contaminación de río Uruguay, afectarán al turismo de la zona y tendrán efectos colaterales en la salud de la población ribereña”, sostuvo la Asamblea.

Según las organizaciones, el proyecto contempla la construcción de dos megaplantas –una a 3 kilómetros de la otra- que liberarán a la atmósfera entre uno y tres kilos de “dióxido de sulfuro”(reconocible por el olor a huevo podrido) por cada tonelada de pulpa producida.

Las fábricas tomarán del río Uruguay “un metro cúbico “ de agua por segundo, la que será devuelta a 80 centígrados, contaminada con “dioxinas” y “furanos”, componentes químicos altamente cancerígenos que se bio-acumularán paulatinamente en la cadena alimenticia de argentinos y uruguayos.

La planta estará a solo 90 kilómetros del Río de la Plata cuyas aguas también podrían verse afectadas”, alertaron las organizaciones.

La planta que se instalaría en la localidad de M’ Bopicúa en la República Oriental del Uruguay es una iniciativa del grupo empresario español Ence y de la empresa finlandesa Botnia.

El grupo Ence fue sentenciado a condenas penales y civiles en Galicia, España , al haber sido encontrado responsable de la devastación del Río de Pontevedra y de haber cometido delito de contaminación ecológica continua.

Antonio Maza, titular del grupo ecologista español “Asociación del Río de Pontevedra”denunció que la instalación de la planta celulósica en ese ayuntamiento por parte del mismo grupo empresario que intenta hacerlo en Fray Bentos ha destruido todo, desde el punto de vista ambiental y sanitario.

En el mundo se considera a este tipo de plantas como una de las más nocivas en materia de contaminación ambiental.

En Chile, aún no se ha esclarecido oficialmente la mortandad de cisnes de fines de 2004 en el santuario natural de Río Cruces, en la provincia de Valdivia. Mientras tanto, arrecian las críticas a las autoridades que permitieron reabrir la planta de celulosa acusada de provocar el desastre, tras un cierre de sólo un mes.

La bióloga Adriana Hoffman, quien encabeza la organización Defensores del Bosque Chileno enfatizó que los peores impactos contaminantes son los de las plantas de celulosa, como lo atestigua “el horror de Río Cruces”.

El desastre de este santuario, donde fue diezmada la mayor concentración en América Latina de cisnes de cuello negro parece dar la razón a los ecologistas en cuanto a la falta de fiscalización de las autoridades sobre los procesos mitigadores de la contaminación de las plantas de celulosa.

Además esta planta ha provocado daños a otras especies y a los habitantes de los alrededores.

“Tenemos información de que el agua contaminada y las emisiones de gaseosas y líquidos han afectado la salud de las personas, con afecciones gástricas y bronquiales y un aumento de las enfermedades en las consultas médicas de los hospitales de Valdivia”, dijo Hoffman.

Por otra parte, en Brasil se conoció el caso de una pequeña planta de celulosa en Minas Gerais que mató peces con desechos vertidos en un río. Pero el mayor impacto adverso de esta industria es social según Melquiades Espinola, del Centro de Estudios e Investigaciones para el Desarrollo del Extremo Sur. El principal daño de las cuatro plantas de celulosa y papel instaladas en la parte sur de Bahia es el desempleo, mientras “hay 12.000 familias de campesinos acampadas en las carreteras”dijo Spinola.

Ana Hernández

a_hernandez82yahoo.com.ar

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