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“Antes lloramos de bronca, ahora de emoción por lo que uno ha luchado tantos años"

Es la expresión de los familiares de desaparecidos en Mendoza, luego de la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. “Ahora recién voy a poder hacer una presentación para saber qué pasó con mi hija, dónde estuvo y dónde está”. Pero saben que no será fácil: “siguen los mismos jueces”

19 de junio de 2005, 19:44.

Agencia Taller entrevistó a Isabel De Marinis, madre de Lidia Beatriz De Marinis y Haydeé Suárez, madre de Virginia Adela Suárez, para conocer su sentimiento por la declaración de inconstitucionalidad de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final que dictaminó la Corte Suprema de Justicia.

“Hasta este momento no tenía sentido hacer juicio porque no íbamos a tener respuesta. Fue lo que nos pasó con los primeros hábeas corpus, que se presentaron para dar a conocer lo que había pasado con los hijos nuestros, donde nos contestaban que no tenían registrado detenciones en la justicia, como que ellos no habían venido nunca para mi casa”, contó Haydée Suárez.

La madre de “Vivi”, como le decían a Virginia Adela, se muestra descreída a que después del fallo se llegue a averiguar algo.

“Recién ahora voy a poder hacer un expediente que se refiera exclusivamente a la averiguación de datos y destino final de Virginia. No sé si voy a lograr ver el resultado porque tampoco creo que vaya a ser muy rápido, por que están los mismos – jueces -”, comentó.

Por su parte, Isabel De Marinis se mostró más esperanzada. Ante la consulta de Agencia Taller dijo: “Mi sentimiento es de alegría y satisfacción por que se ha levantado una injusticia tan grande, como eran estas leyes”.

“Espero que con esto se pueda juzgar a gente que se conoce que actuaron en el Proceso y que están impunemente paseando por cualquier lado” afirmó.

“Ahora tengo un poco de fe, de que se van a poder iniciar los juicios y los que ya los tienen poder llegar a alguna conclusión. Me parece un paso muy importante”, rescató De Marinis. 

“Desde la Asociación de Familiares siempre estamos luchando y haciendo algo para tratar de conseguir justicia, que es lo que pedimos”, dijo esta madre que a sus 86 años nunca ha dejado de insistir en su reclamo.

Las madres de jóvenes secuestrados en Mendoza comenzaron a conocerse y a movilizarse luego de la desaparición de sus hijos e hijas. Se reunían en iglesias donde conocían a algún cura que las dejaba juntarse para organizar las acciones que les permitieran saber sobre el paradero de los desaparecidos.

Luego de unos meses y en plena dictadura, los familiares de todas las zonas del gran Mendoza se agruparon.

“En un comienzo, tomábamos las guías de teléfonos y enviábamos correspondencia dando a conocer que habían sido secuestrado a tal y cual persona. También enviamos una presentación a la ONU (Organización de Naciones Unidas), a los Derechos Humanos, a Amnesty, a la OEA (Organización de Estados Americanos) y todos se condolían mucho de lo que nos había pasado pero tampoco parece que podían hacer nada, porque llegaban y les decían que acá no habían secuestrados”, recordó la mamá de Virginia Suárez.

Y cuenta “En Mendoza, primero nos contactamos 7 madres, e íbamos a los juzgados pensando que los jueces eran federales y que nos iban a apoyar, y después nos dimos cuenta que no, que era más de lo mismo”.

A su hija se la llevaron la madrugada del 13 de mayo de 1976, con 23 años. Fue un gran operativo, cuenta Haydeé, eran por lo menos 50 personas armadas y con reflectores, por todos los lugares de la casa. Vendaron los ojos del resto de la familia revisaron toda la casa y se llevaron a Virginia, “en 15 minutos hicieron todo eso y desaparecieron. Cuando ya no sentimos ruidos, nos sacamos las vendas de los ojos con miedo, salimos y vimos el desorden tremendo y que Vivi no estaba, que se la habían llevado, sentimos que pedía auxilio pero nadie se podía mover”.

 Por su edad, Haydeé cree que no llegará a ver descubrimientos en las causas e investigaciones que se puedan comenzar, sin embargo mantiene su poca esperanza en que “por lo menos descubran alguno, yo ya ni pretendo que sea Vivi, sino cualquiera. Para nosotros, si se encuentra uno de los demás es importante, por que con esto uno se acostumbró a no luchar sólo, sino un grupo de madres y se luchaba por cualquiera, se pedía por los desaparecidos sin tener en cuenta si era el nuestro o algún otro”.

Y cree que algo puede surgir, pero no mucho “así como supimos que los tiraban al mar, al Carrizal, que los enterraban, en Campo Los Andes, el asunto es que den el permiso para excavar y ver quienes son, por ejemplo acá en Las Lajas. Ojalá este juez ahora se anime”

A Lidia Beatriz De Marinis la secuestraron de su casa el 3 de junio de 1976, a los 26 años. En el mismo tipo de operativos, entrando de noche y atando a toda la familia. “se la llevaron así como estaba, y ahí la empezaron a maltratar, yo tuve que presenciar como la insultaban y le daban cachetadas” cuenta Isabel su madre. “Y dejaron el hijito que ahora tiene 29 años, Sandro, mientras se la llevaban, nos gritaron, ahí les dejamos al nieto”

“Desde entonces hemos peregrinado tanto para tener un poco de justicia y por conocer el destino de todos los desaparecidos, pero hasta ahora no hemos logrado absolutamente nada. Ahora, lo que hemos podido averiguar es que no los han llevado a ningún lado como nos decían, que tal vez los habían trasladado a otros lugares” comenta Isabel.

Su otra hija, Isabel, hermana de Lidia comentó, “muy pronto esperamos que se inicien las investigaciones porque se está tratando de buscar, la gente ahora se anima a hablar más, hay más datos. Uno ha luchado tantos años, y cree que nunca lo va a conseguir pero ahora hemos llorado de emoción, sólo esperamos que se haga efectivo” finalizó.

Todos los familiares esperan ante la declaración como inconstitucionales a las Leyes del Perdón, reabrir causas y lograr hacer verdaderas investigaciones sobre las Fuerzas de Seguridad que actuaron en esos años, luego de tanto tiempo de impunidad e injusticia.

La principal esperanza, en Mendoza es la continuidad del Caso Las Lajas, por el que esperan descubrimientos, desde hace un año, donde se investiga a partir de declaraciones de testigos, que hubo un centro clandestino de detención por lo que se pueden encontrar tumbas.

Belén Faiozzo

faiozzo@belen.net.ar

Departamento de Política

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