Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

“Aquellos que tienen prácticas autoritarias para combatir el delito se transforman en delincuentes”

A poco más una semana de haber asumido como Director de la desastrosa penitenciaría provincial, Lucio Chávez fue entrevistado Agencia Taller. Analizó la situación de la Seguridad pública en Mendoza. El primer diagnóstico de la nueva gestión.

15 de noviembre de 2005, 00:15.

Emilia Palazzo

Agencia Taller - Departamento de Política

emilia_palazzo@hotmail.com

- A usted ya le habían ofrecido el cargo. ¿Por qué aceptarlo ahora, justo en un momento en donde el tema seguridad se torna áspero?

- Primero y fundamental porque considero que el gobernador Cobos ha dimensionado la gravedad del problema de seguridad pública en la provincia y está proponiendo medidas de cambio estructural, cambio de fondo que yo advertía que anteriormente no se querían adoptar. Por ejemplo, retirar los servicios extraordinarios de la policía y que no esté compartiendo el tiempo como vigilancia de sectores privados. Eso producía mucho desgaste, cansancio, poco tiempo que le podían dedicar a la familia, a la capacitación, etc., por supuesto que va a haber que hacerle el reconocimiento salarial correspondiente.

Otra propuesta que me pareció importante es la creación del Ministerio Público, la idea es que este Ministerio sea independiente, un organismo autárquico que tenga su propio presupuesto, su propio personal, su propia capacitación y especialización en la investigación criminal. Y el tercer punto que me gustó mucho es el trabajo con los liberados, es decir preparar a los presos para el día que salgan en libertad ellos puedan reinsertase positivamente en la sociedad. Si bien el Patronato del Liberado está funcionando, al haber tanto nivel de reincidencia (se habla entre un 70 y un 80% de reincidencia de la gente que sale de la penitenciaría) evidentemente algo está fallando en el sistema. Entonces, si bien mi compromiso como director de la penitenciara es garantizar que la estadía de estas personas acá tenga que ver con capacitarse, con trabajar, con adquirir nuevas aptitudes y actitudes de trabajo para reinsertarse positivamente en la sociedad; yo necesito que la sociedad, especialmente algunos sectores empresariales que, algunos ya me están haciendo llegar su colaboración, me digan adonde yo tengo que orientar esa capacitación, porque si a la persona cuando esta presa la capacito en algo que el día de mañana no va a poder utilizar en la vida en sociedad lo estoy mandando al fracaso.

- En algún momento se comparo el régimen penitenciario de Miranda con un campo de concentración. ¿Con qué se encontró al llegar?

- Yo me encuentro con una institución colapsada en cuanto a los niveles de hacinamiento, con un personal penitenciario que tiene que profundizar la capacitación para el trato con el interno, con internos que, en algunos, casos tienen que estar  alojados con muchas restricciones por la peligrosidad que ellos manifiestan, pero muchos otros que tienen vocación de trabajar, de irse preparando para su inserción social y que el Estado no les está brindando los medios necesarios para que eso sea posible.

Para revertir esto, lo primero que haría es tratar de cumplir con todas las disposiciones de la ley, de la constitución nacional y de los tratados internacionales de derechos humanos que ha firmado el país, pero con las limitaciones de infraestructura y de presupuesto que tengo. Acá tenemos un programa de máxima, que es la ley penitenciaria nacional y todos los tratados de derechos humanos, de los cuales yo soy muy respetuoso, porque yo me enrolo en esa corriente de pensamiento de cumplimiento y de respeto por la ley por los derechos humanos, pero en una estructura que fue diseñada para otra sociedad, para otra problemática, para otro perfil de interno que empezó a funcionar hace 100 años, en 1905.

- ¿Cuánto de cierto hay en que el poder acá dentro lo manejan los penitenciarios?

- No hay nadie que concentre el poder, el que cree que tiene todo el poder se engaña a sí mismo. No lo tienen los políticos, no lo tienen los penitenciarios, no tienen los internos, sino que hay una serie de relaciones y flujos de ingresos y egresos entre los distintos subsistemas que yo estoy tratando de optimizar, o encontrar aquellas variables que me permitan introducir modificaciones que no me lleven al riesgo cierto que se vive acá de un motín o una situación explosiva dentro del penal. Con esto quiero decir que voy a hacer cambios profundos pero teniendo el tacto suficiente de no provocar situaciones que después todos podemos lamentar. Pero no por el riesgo de que sectores que puedan concentrar algún poder, o lo usen de forma distorsionada o negativamente yo voy a detener los cambios profundos que la institución necesita.

- ¿Que significa Cacheuta para usted?

- Cacheuta no solo me permite dar un mensaje positivo a la población actual de este penal, con la posibilidad de que algunos puedan pasar a un establecimiento del siglo XXI y no este otro tan antiguo. Esperamos que Cacheuta no sea en poco tiempo una copia de lo que es esta penitenciaría provincial.

- Usted fue funcionario de justicia y seguridad durante la reforma de Cazabán al frente de esa cartera. Ahora estaría dentro de la contrarreforma de aquella reforma...

- No, yo entiendo que esto es Reformar la Reforma, frase del Gobernador con la cual me identifico. Si bien ha sido mal interpretada o ha tenido una lectura negativa, el Gobernador no ha dicho derogar la Reforma o dejarla sin efecto. Yo creo que el Gobernador está en el camino correcto cuando habla de Reformar la Reforma, es decir, mantener bien altas las banderas que fueron básicamente modernizar las estructuras de los cuerpos de seguridad que estaban apegados a prácticas de la época de la dictadura militar o que tenían concepciones organizativas de hace dos siglos. Es ponerlas en un proceso de reforma continua y de modernización para poder enfrentar una problemática delictual que cada vez tiene del lado del delito mayor dinámica, mayor movilidad  y mayor innovación tecnológica y creatividad.

Lamentablemente las respuestas del Estado eran, en aquella época demasiado pasivas, estructuradas, retrógradas en cuanto al funcionamiento de las estructuras de seguridad. Se ha conseguido una modernización muy importante que yo lo noto en la incorporación de jóvenes, hombres y mujeres de Mendoza que pasan por el Instituto Universitario de Seguridad pública, y ese cambio se esta empezando a notar y se va a empezar a notar en los próximos años. Los jóvenes que de ahí egresan superan por su capacitación, por su preparación, por su grado universitario, con creces, lo que era la policía antigua, digamos, donde había una gran masa de personal que, en muchos casos, apenas tenía la escolaridad primaria.

- ¿Cual es su actitud frente a las medidas impuestas por los Organismos Intenacionales de Derechos Humanos?

- En relación a las medidas cautelares que tenemos de los organismos internacionales, estamos trabajando, enfocando una tarea, especialmente en los jóvenes adultos separándolos de la población mayor, que eso ya se ha hecho, se está mejorando, pero es perfectible también. Se está trabajando en un nuevo diseño del programa de sanidad porque es una de las áreas más débiles que tenemos, a pesar de que contamos con un alto número de médicos, siguen habiendo quejas y no se consigue, desde mi punto de vista, un nivel de salud “aceptable” para la población de internos penitenciarios. Estamos tratando de ir disponiendo, cada vez, de mayor plazas de alojamientos inaugurando nuevos pabellones o refaccionando los pabellones existentes para ir disminuyendo progresivamente los niveles de hacinamiento que, en definitiva, tal vez sea una de las causas más importantes de las medidas cautelares de los organismos internacionales. Por eso, si bien llevo poco más de una semana en el cargo es un tema que me preocupa y estoy ocupado buscándole una solución.

Todo funcionario público tiene que respetar la ley, la constitución nacional y los tratados internacionales de derechos humanos que son parte de la constitución nacional. O sea que no es si me gusta o no me gusta. Acá hay un bloque de legalidad y todos los que queramos estar dentro de la ley, ya seamos funcionarios o ciudadanos tenemos que estar dentro de ese bloque de legalidad. Aquellos que tienen prácticas autoritarias o ilegales, so pretexto de combatir el delito, se transforman en delincuentes con esas prácticas, están fuera de la ley y quedan en el mismo nivel de la delincuencia que ellos quieren combatir. El gran respaldo moral que tiene el Estado a través del cumplimiento de la ley, que por eso se llama Estado de Derecho, es que nosotros, para combatir el delito, para encauzar a las personas que han delinquido, nos posicionamos desde una autoridad moral superior, es decir que nosotros vamos a cumplir con esos objetivos, pero cumpliendo a rajatabla con lo que dice la ley.

- ¿Podría hacer una balance de la primer semana en el cargo?

- Si bien la institución penitenciaria tiene graves problemas, hay de todos los componentes en esta institución, y me refiero al personal penitenciario, a los profesionales y administrativos, psicólogos. A toda la gente que trabaja en el tratamiento del interno, todos los maestros que trabajan en los talleres de oficios que están ayudando en la refacción de los pabellones para mejorar las instalaciones. He tenido reuniones con los delegados de los presos de todos los pabellones y advierto que, aún en condiciones objetivas desfavorables, hay una vocación y una voluntad del ser humano que se encuentra en una situación difícil, tanto el preso como el celador y todas las personas que trabajan en esta institución, que puede protagonizar un proceso de cambio y de mejora continuo.

Contenido relacionado