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Asenjo fue quien ultrajó y asesinó en el monobloc

13 de febrero de 2009, 17:12.

Pericias oficiales indican que las huellas genéticas del llamado hombre araña, quien murió en la cárcel, coinciden 99,9% con quien ultrajó y mató a Liliam Gómez y abusó de una de sus vecinas.

Hugo Asenjo (19), quien recibió el mote de hombre araña por su manía de escalar edificios, fue el asesino y violador de Liliam Gómez (52). Y además fue quien abusó el año pasado de una joven estudiante que vivía en el mismo monobloc donde residía esta última víctima, frente al Parque Central.

Así lo confirmó ayer el Cuerpo Médico Forense al fiscal de Delitos Complejos Luis Correa Llano, después de haber realizado las pruebas de ADN que confirman la autoría de Asenjo en ambos hechos en 99,9%.

Con este examen, que se realizó en el laboratorio de la Universidad Nacional de Cuyo y que tardó 16 días, queda esclarecido el hecho que tuvo a maltraer a la policía y a la Justicia y escandalizó a toda la sociedad por el modus operandi utilizado por el violador y asesino: su estado físico le permitía convertirse en un formidable escalador y así acceder a los departamentos de las víctimas que él había puesto en su mira haciendo inteligencia previa.

Por supuesto, sus favoritas eran mujeres que vivían solas, a quienes elegía por su vulnerabilidad.

Sin embargo, Asenjo ya no se sentará en el banco de los imputados porque murió días atrás, al parecer ahorcándose con una sábana en el pabellón donde se hallaba aislado, en Almafuerte, donde fue derivado desde Contraventores.

Su cadáver fue hallado en el interior de la celda de aislamiento el 2 de este mes a las 5.30 de la madrugada.

Su muerte está siendo investigada por el fiscal de Delitos Complejos Eduardo Martearena, quien aún espera los resultados de la necropsia.

Es probable que esos informes se conozcan hoy y de esta manera el caso se cierre definitivamente.

El caso Liliam

El lunes 26 de enero pasado, Hugo Asenjo fue imputado por el fiscal de Delitos Complejos en turno, Daniel Carniello, por el asesinato de Liliam Gómez, secretaria de Cimesa, cuyo cuerpo fue hallado el martes 13.

Pero también lo acusó de haber vejado a una joven que vivía en el segundo piso de ese edificio de calle Patricias, frente al Parque Central, el 8 del mismo mes.

Liliam residía en el sexto piso. Se había mudado más arriba porque estaba asustada ante lo ocurrido a la estudiante. Desde un primer momento la policía sospechó que el violador había escalado para abusar de ella.

El ataque a Liliam se repitió un mes y cinco días después del de la estudiante.

El violador se trepó por los balcones del mismo edificio y para fugarse se descolgó por ventanas y rejas.

Un gran estado físico y mucha audacia le facilitaron la tarea.

Después del asesinato de Liliam y la violación de la otra chica, Asenjo fue el hombre más buscado por la policía de Mendoza durante varios días, hasta que cayó tras venderle el celular a un amigo, quien luego fue la clave para la resolución del caso al ayudar a encontrar a quien ahora se confirmó era el violador serial.

Cómo lo atraparon

No existe crimen perfecto, y menos cuando es reiterativo. Esto es un principio básico que utilizan los investigadores. Y este caso no fue la excepción. No sólo el violador volvió al lugar del crimen sino que lo reiteró, agravándolo con un asesinato.

Pero hubo además un error garrafal cometido por Hugo Asenjo: el celular que le robó a Liliam se lo vendió a un amigo y vecino de la casa de calle 9 de Julio de Ciudad donde residía temporalmente con su madre.

Las pesquisas guardaron celosamente esta información, que les posibilitó cruzar las llamadas de ese aparato y detectar de dónde provenían.

Así es como llegaron a un joven, amigo de Asenjo, quien al verse involucrado en semejante hecho confesó quién se lo había vendido. Además les dijo a los hombres de Investigaciones dónde trabajaba el violador: en el club YPF. El 23 de enero pasado montaron guardia allí, a metros del Ministerio de Seguridad.

Cerca de las 14 apareció y su amigo se lo marcó a los pesquisas. Éstos se bajaron y lo detuvieron. No hubo resistencia. Asenjo habría admitido de inmediato al fiscal Carniello, aunque de manera informal, que él era el autor de los hechos. Lo demás es historia conocida.

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