Este es para mi un momento muy fuerte porque debo compartir dos cosas: la alegría y el honor que me han hecho de reelegirme y por el otro lado la enorme responsabilidad que implica esa votación en la que quienes votaron por mi creen que podemos con el ingeniero Somoza llevar adelante esta Universidad y que quienes no lo hicieron, lo hicieron mandando una señal porque algo estamos haciendo mal. A ellos los convoco también para que nos ayuden a hacer mejor las cosas.
A todos, a todos los que han representado a los distintos claustros les damos las gracias. Por ese motivo es que pido a esa fuerza superior que algunos llamamos Dios con distintos nombres según nuestro sistema de creencias, que otros ubican en el ser humano, en el valor del ser humano, en la sociedad, en los valores de dignidad, respeto, igualdad y justicia. Todos esos valores que están, para cada uno de nosotros en algún lugar o en dos lugares a la vez, a esa fuerza superior le pido que me de templanza y modestia. Templanza para poder llevar adelante una institución compleja, que reúne a personas de distinto modos de pensar, de distintas disciplinas, con orígenes diferentes, culturas que tienen que ver con el origen familiar, la profesión, con el modo de encarar la vida.
Esta institución es maravillosa porque justamente creo y lo he sostenido muchas veces que es la más democrática que existe. Todos están representados aquí. En este lugar no hay exclusiones, a diferencia de otras organizaciones de gobierno, las decisiones no son unipersonales, las toman los cuerpos colegiados donde están representados todos los sectores. Este tipo de organización da mucha solidez a las decisiones que toma la Universidad y eso es lo que ha hecho que la Universidad sea una de las instituciones más creíbles para la sociedad. Además la Universidad tiene atesorado el saber y el conocimiento; tiene todos los tipos de conocimientos y saberes que más o menos circulan en la sociedad en este momento. Eso le da una amplitud y una movilidad enorme en la sociedad compleja en la cual vivimos pero también acrecienta la responsabilidad de la Universidad, porque realmente mientras más personas creen en algo esa institución o persona destinataria de la fe del otro debe ser más responsable, que no pueda venderse a nada sino al bien común, al bien de todos.
Esto me lleva también a un agradecimiento muy grande. En primer lugar quiero agradecer al personal de apoyo y fundamentalmente y porque están muy cerca mío al personal del Rectorado que con modestia, lealtad y entrega trabaja muchísimas horas para sacar infinidad de resoluciones, a veces hasta más de cien en una semana. Atender miles de llamados telefónicos, acordarse todas las resoluciones existentes, hacer liquidaciones de sueldos y salarios sin equivocarse cada cuatro o cinco días y al mismo tiempo atender con una sonrisa al personal que viene de otras unidades académicas buscando atención, consejo, asesoramiento. Por supuesto que este agradecimiento se hace extensivo a todo el personal pero he querido hacerlo a aquellos que nos han acompañado durante toda esta gestión.
Quiero agradecer también tanto al señor Vicerrector que me ha acompañado y a todos los secretarios y funcionarios del Rectorado que han ido dando forma a veces a ideas que a veces parecían estrafalarias pero cuando se volcaron en el papel y se concretaron fueron acciones positivas.
Quiero agradecer infinitamente a los docentes que a pesar de las situaciones difíciles que se han vivido y que aún se viven a nivel salarial y a nivel de su situación, han trabajado y han sostenido la Universidad durante todo este tiempo. Sin ellos nada hubiera sido posible.
También quiero agradecer a todos los alumnos; a quienes aceptaron y tomaron con entusiasmo la bandera de este modo de gestión que busca el consenso, el diálogo y no el enfrentamiento estéril, pero también aquellos otros que eligieron el otro camino. Los convoco para que se sumen a este proyecto construcción de una sociedad mejor.
Y quiero agradecer finalmente al Consejo Superior que con racionalidad entrega y constancia analizó los miles de expedientes que son sometidos a consideración del cuerpo durante todo el año.
Y una abrazo muy grande, con mucho afecto y mucho cariño y agradecimiento a todos los decanos que nos acompañaron durante estos tres años y a los vicedecanos que muchas veces cumplieron ese rol porque sin su templanza, racionalidad, entrega, respeto y amor por la Universidad ninguna de las cosas que hicimos hubieran sido posibles. Hemos trabajado todos en un clima de paz, de concordia, de consenso, a veces dejando de lado posiciones personales para pensar en el bien común.
Quisiera hablar muy brevemente del futuro. Es evidente que nos encontramos en la mitad de un camino que iniciamos. Ese camino tiene al final una serie de concreciones, de problemáticas que hemos resuelto medianamente.
Nadie ignora que la universidad Argentina está fuertemente interpelada por fuerzas contradictorias y diferentes. Se discuten distintos modelos de universidad; una universidad más abierta probablemente y más permisiva y una universidad abierta pero que considera que la universidad es un lugar donde se debe estar para aprender y crecer y que para ello es necesario que los alumnos posean determinadas competencias para poder ingresar en esta Universidad o en cualquiera y seguir sus estudios con firmeza y con seguridad. Pero esta exigencia de calidad, de competencias básicas para poder defenderse en los primeros años de estudio implica que tengamos que reforzar el esfuerzo que estamos haciendo para asegurar que cualquier joven de cualquier medio que viene a cualquier lugar de la provincia de Mendoza reciba la formación en las competencias básicas y específicas que necesita para poder cursar con éxito su primer año de estudio. Tenemos que reforzar nuestro trabajo de articulación con el nivel Medio. Tenemos emprendidas una serie de acciones que implican socialización de la información; es decir, que cualquier persona de la provincia de Mendoza conozca las competencias básicas y las competencias específicas de las carreras. Vamos a presentar las acciones de opciones de cursos de ingreso, cursos optativos, semipresenciales a distancia, cursos dictados en los departamentos por personal que podamos contratar. Cursos que no van a ser obligatorios, pero que ofrezcan oportunidades también dentro de las escuelas de la provincia para que todos los jóvenes reciban la formación que necesitan para lograr la igualdad de oportunidades que se ofrece. Luego compete a cada joven pensar antes y cuando está cursando en sus estudios que cualquier retraso implica un retraso para poder ingresar a la Universidad y que en lugar de “zafar” hay que estudiar. Creo que tenemos que ayudar a los jóvenes de menores recursos y que viven fuertes problemáticas sociales para contenerlos y ayudarlos a que también puedan estudiar e ingresar a la Universidad. No queremos, contrariamente a lo que algunos sostienen, una Universidad elitista, queremos una Universidad de calidad donde todos los sectores sociales puedan estar, pero puedan estar con solvencia y no como una actitud de misericordia o de bondad como simple contención. La Universidad no es una playa de estacionamiento para nada. Es un lugar donde se viene a estudiar y aprender. Todo lo que tengamos que hacer para favorecer, sobre todo a los jóvenes que tienen pocos recursos y problemáticas sociales fuertes, la Universidad lo va a hacer y lo estamos haciendo a través de los planes numerosos en los que participamos con instituciones públicas y privadas. La desigualdad social nos hiere y la marginalidad nos duele pero la pobreza y la exclusión se combaten trabajando y con medidas concretas y con soluciones, no simplemente con diagnósticos. A eso estamos abocados; si no logramos hacer todo lo que queremos es porque a veces no podemos o no sabemos.
Por supuesto que vamos a seguir con todos los planes que tienen que ver con la creación de las carreras que sean necesarias. Estamos buscando la creación de lo que va a venir después con el ingeniero Somoza que es quien se va a hacer cargo de áreas bastante importantes que tienen que ver con el desarrollo y con la Mendoza que estratégicamente debemos pensar. Y sin pecar de soberbios creemos que la sociedad le ha dado a la Universidad el lugar del pensamiento estratégico, el lugar del pensar, prever y presentar soluciones, recursos humanos y soluciones y alternativas que a veces en el fragor de la gobernabilidad, el Estado que tiene que ir resolviendo los problemas cotidianos, no lo puede hacer. Para eso estamos y en eso estamos trabajando. Queremos aportar a la provincia alternativas, soluciones, planes concretos que ayuden a solucionar los numerosos problemas que nuestra sociedad tiene y colaboraremos siempre con el Estado Provincial, con el Poder Judicial, con el Poder Legislativo, con los gobiernos municipales y con el Estado Nacional en todo lo que se nos solicite porque creemos que esa es nuestra función.
Finalmente quiero dedicar una palabra a las familias de quienes estamos trabajando en este momento, sobre todo a mis dos hijos sin los cuales… a tres hijos porque ya tengo otra hija casi, que con su paciencia y su trabajo han suplido mi presencia en el hogar y a todos los amigos que cuando me equivoco me llaman por teléfono y me dicen: se están equivocando, arreglá esto que está mal. A todos los que están trabajando y trabajan y aman como nosotros a nuestra Universidad. Muchísimas gracias.