De esa pareja que se quedan patrullando la peatonal es a la que me quiero referir en esta nota y acotarla solo a un hecho en particular que presencie hace unos días: uno de los integrantes de la feliz pareja de policías le estaba indicando a un civil que venia transitando sobre la peatonal arriba de su bicicleta, a una muy prudente velocidad, que estaba prohibido transitar en ese tipo de vehículos por esa calle, señalando un cartel que estaba en la esquina donde se ilustraban las prohibiciones de transitar en patines, bicicletas y otros. Hasta aquí el hecho no presenta mayores problemas si no fuera por el detalle de que el mencionado policía le hablaba al civil desde arriba de su bicicleta mientras su fiel compañero lo esperaba unos metros atrás también arriba de su bicicleta. El civil, aparentemente un pintor de obra por los elementos que llevaba en la parrilla, no tuvo mas que bajarse de la bicicleta y caminar hasta la esquina donde finalmente se subió y siguió si camino ya por la calle.

Un principio que rige la ley es el de la igualdad ante la misma. Una ordenanza municipal prohíbe el transito en bicicleta por la Peatonal Sarmiento Pero creo que este caso no solo es una pequeña muestra de desigualdad sino también de lo que Durkheim llama Anomia, concepto que también amplia Isuani en su libro “Anomia Social y Anemia Estatal”.

El concepto de anomia se refiere fundamentalmente a la ausencia de reglas que medien la relación de las diversas partes de la sociedad o bien puede implicar el cese de vigencia de las normas tradicionales y la no puesta en vigencia aun del nuevo mundo normativo.

Durkheim sostiene que la función del “poder director” (gobierno) es hacer respetar las creencias, las tradiciones comunes, la conciencia común contra los enemigos internos.

Ahora bien la valoración sobre lo legal ha llegado tan bajo que ni los agentes del “poder director” creen en ello, sumado al pesimismo sobre la eficacia de la justicia terminan constituyendo un fenómeno cultural de anomia nacional. Si bien un policía en bicicleta puede ser solo una manifestación banal de este fenómeno, bastaría trasladarlo a los ámbitos de la cúpula dirigente para notar la gravedad el fenómeno.

Un pintor debe bajarse de su bicicleta por que un oficial se lo ordena, sin poder hacer mas que obedecer ya que discutir sobre lo ridículo del cuadro planteado solo le traería mas complicaciones y después de todo solo restan unos cuantos metros para llegar a la esquina. Esteban Echeverría sostenía: “se ha proclamado la ley y ha reinado la desigualdad más espantosa, se ha gritado la libertad y ella ha existido para un cierto numero, se han dictado leyes y estas solo han protegido al poderoso. Para los pobres no se han hecho leyes, ni justicia, ni libertades individuales, sino violencia, sable, persecuciones injustas. Ellos han estado siempre fuera de la ley”.

No quiero con esto ponerme legalista, luchar por que las leyes sean respetadas o por que se modifiquen. Mucho menos me interesa darle mas importancia a una ordenanza municipal. “Todos somos iguales ante la ley”... yo solo quiero que ese policía y su fiel compañero, cuando transiten por la peatonal, se bajen de sus bicicletas.

Ignacio Castro Vazquez
ignaciocv@yahoo.com