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Barrios: la curiosa historia de continuidad de un penitenciario denunciado por graves delitos

Claudio Barrios es un experto en seguridad penitenciaria que lleva 22 años trabajando en la cárcel mendocina. Pesan sobre sus espaldas varias denuncias por su proceder violento. Y también por venta de favores, beneficios y traslados de los internos del penal. Por lo mismo es acusado, luego de prestar funciones en el Centro de Orientación Socio Educativo (COSE), donde se encuentran los menores en conflicto con la ley. A pesar de las denuncias, sigue desempeñándose en el sector de Control y Vigilancia electrónica de la cárcel. La respuesta oficial.

14 de mayo de 2005, 12:34.

Marcelino Altamirano ex interno de la cárcel de Boulogne Sur Mer y reconocido dirigente social de la Casita Puente Afectivo, dijo a Agencia Taller que Barrios sigue estando en la cárcel por “la fidelidad del sector penitenciario que le pertenece. Sector que él maneja y le responde fielmente. También por el poder que ejerce sobre ellos y la falta de respuesta de los jueces”.

En tanto, uno de los 120 internos que han hecho denuncias por maltratos físicos aseguró a Agencia Taller que las acusaciones contra Barrios “fueron comprobadas. Se constataron las lesiones, hubieron testimonios y desde la Inspección General de Seguridad (IGS) salió un informe muy negativo”. El preso afirma que “las denuncias quedaron frenadas en la Fiscalía por que hubo alguna intervención de (Roberto) Grillo - ex Ministro de Justicia y Seguridad -, que era la persona que lo apoyaba”.

“El motivo por el cual no lo retiran, es que los penitenciarios se mueven con códigos entre ellos y el Director es una persona ajena a todo esto; entonces tiene temor de que si acciona agresivamente contra Barrios o Bianchi y los retira de la fuerza, el resto de los penitenciarios les hagan quilombo”, sostiene la fuente que por seguridad no da su nombre. El interno aseguró que “cuando el penitenciario no quiere que esté un director, no está. Empiezan a aparecer las muertes, las fugas, las armas, las drogas, túneles y se tiene que ir”. Por su parte, el titular de la Casita Puente Afectivo, contó que “cuando asumió el actual Director Sergio Miranda, le expliqué cómo lo habían boicoteado al Doctor Manuel Cruz Videla”, uno de sus antecesores en el cargo. “Le fabricaron un motín porque había separado antes de asumir a Bianchi, Balmez, Cerna y Acevedo”, otros de los penitenciarios cuestionados.

Según Altamarino, Cruz Videla “los mandó a cuidar un pabellón psiquiátrico en el Sauce porque se creían los dueños de la cárcel. Entonces, le fabricaron un motín: les dieron gases a los mismos presos para que los tiraran en un pabellón donde hubo dos muertes muy salvajes”. Claudio Barrios sigue con la escuela que inauguró parte de este grupo de penitenciarios que adquirieron sus hábitos represivos con los presos políticos durante la última dictadura militar.

En ese momento los jóvenes agentes Bianchi, Balmez y Bonafede, identificados como “las tres B”, eran los encargados de torturarlos física y psicológicamente según denunciaron a la justicia los ex presos Pablo Seydel y Francisco Amaya. La tradición llegó a oídos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quien en su último informe de abril de 2005 sobre la cárcel de Mendoza dice: “En todos los pabellones de la Penitenciaría visitados se presentaron quejas contra un grupo de oficiales de seguridad conocido como “las tres B” que prestan sus servicios en el establecimiento desde la época de la dictadura militar, cuando el centro carcelario fue utilizado para detención de presos políticos y torturas, y que presuntamente tendrían un comportamiento extremadamente violento con los reclusos”.

Altamirano insiste que para Barrios “los derechos humanos no existen. Lo que busca es la opresión. Los Barrios son expertos en quebrar clavículas pero saben a quien se las quiebran primero. Es una forma de marcarle a los otros, de poner límites, una devastación tremenda”. “En el año 1995 te pegaban a mansalva, te denigraban, te humillaban y Barrios para distinguirse del resto de los penitenciarios tenía guardias que usaban una gorra negra, entonces esos eran la guardia de Barrios e iban directamente a pegar. Ellos ponen los límites a través de la brutalidad”. “La mayoría de las muertes que ha habido, han sido planificadas”, denuncia el ex interno.

El recluso contactado por Agencia Taller coincide con Altamirano y dice que este “personaje tiene un grupo de penitenciarios que son sus seguidores. Estos fueron ascendiendo en jerarquía hasta llegar a cargos importantes, como la que tenía él en su momento. También tiene a su hermano, a su padre, a las hijas, hasta unos sobrinos metidos acá adentro”, dice en referencia a la cárcel. Las excusas oficiales Claudio Barrios fue sumariado por la Inspección General de Seguridad (IGS), el organismo adminstrativo que investiga y sanciona los delitos cometidos por los agentes penitenciarios y la Policía, por ser uno de los responsables de las irregularidades que generan violencia en la penitenciaría de Mendoza. En 2002 fue denunciado por las fugas de internos producidas en ese tiempo. Y desde el año 2000 es acusado de ser uno de los autores intelectuales, junto con los agentes Bianchi y Balmez, del llamado “Motín Vendimial”, ocurrido en marzo de ese año; y luego, de negociar y silenciar a quienes saben sobre ese hecho.

Por las acusaciones que había en su contra fue relevado como Jefe de Seguridad Externa del Penal. Hasta julio de 2004, fue Jefe de Seguridad Interna del Penal. Luego de ese mes, estuvo a cargo de la División Prevención y Seguridad Operativa, sitio en el que se ubicaría actualmente según la información oficial de la página de internet del gobierno de Mendoza. Desde diciembre de 2004, después del cambio de autoridades en el penal, Claudio Barrios fue trasladado al puesto que ocupa hoy, en el sector de Control y vigilancia electrónica. Entrevistado por Agencia Taller sobre los motivos por los cuales Barrios sigue desempeñándose en cargos de responsabilidad, Sergio Miranda, actual Director del Penal explicó que actualmente “en la Justicia no hay ninguna denuncia en su contra y no sé dónde están porque todo termina en la Inspección de Seguridad. Y si ahí toman las denuncias, las investigan y las desestiman, yo no puedo hacer absolutamente nada”.

Miranda justificó la situación al indicar que “la potestad de aplicar sanciones disciplinarias no le corresponde, sino que por ley del Sistema General de Seguridad, le corresponde a la IGS”. “Es ajeno a mi posición disciplinaria como director del penal el ponerlo, removerlo o sacarlo, yo lo que he tratado es de minimizar o de eliminar el contacto con los internos. Ahora está en un área de tipo administrativo de control logístico”, se excusó el Director. “A riesgo de que quede mal por tener la boca muy grande, te aseguro que la Penitenciaría la controla el director, no la controla ni Barrios ni ningún otro penitenciario. Eso que ocurría antes, ahora no ocurre”, sostiene con convicción.

Para finalizar, Agencia Taller también consultó a Daniel Cassia, Vicepresidente de la Comisión Bicameral de Seguridad de Mendoza quien dijo sobre el cuestionado Barrios: “Sabemos que ahora no tiene contacto con los detenidos, pero siempre es un hombre conflictivo dando vueltas por ahí”. “También nos ha llamado la atención de que la IGS no avance en el tema. El motivo por el cual no lo ha hecho debe ser la insuficiencia de pruebas, o por que no han tomado seriamente el tema”, concluyó Cassia.

Agencia Taller se contactó telefónicamente con Claudio Barrios. Luego de negarse a dar una entrevista en la que pudiera responder a todas las denuncias que hay en su contra, el penitenciario dijo textualmente: “después de fijarse que en la Inspección General de Seguridad no tengo ninguna denuncia en mi contra, venga a hacerme preguntas”. Luego de la lacónica respuesta, el responsable del control y la vigilancia electrónica de los presos, cortó la conexión telefónica.

Departamento de Política.

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