Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

“Belgrano, la película”, el jueves en el Comedor Universitario

Mañana, jueves 31 de marzo, a las 19, continúa el ciclo “Difundamos la producción nacional”, con la proyección del filme “Belgrano, la película”, en el Comedor Universitario de la UNCuyo. Como primera parte, se presentará el corto "Cuyum Puulli", del realizador Juan Sirk-Hauser. La participación es libre y gratuita.

30 de marzo de 2011, 14:00.

imagen "Belgrano, la película", el jueves en el Comedor Universitario

El ciclo es organizado por el Polo de Desarrollo y Promoción de Contenidos Audiovisuales Digitales - Región Cuyo, la Secretaría de Bienestar Universitario de la UNCuyo y la Secretaría de Cultura del Gobierno de Mendoza.

Se trata de una iniciativa que busca promover y fomentar la difusión de la producción audiovisual de nuestra región y de nuestro país, a través de espacios de exhibición abiertos y gratuitos para todo  público.

Auspician la presentación el Consejo Asesor Permanente y el Cine Universidad, el Observatorio de Derechos Humanos de Mendoza, el Polo de Desarrollo y Promoción de Contenidos Audiovisuales Digitales-Región Cuyo, la Asociación de Universidades Sur Andinas, Mendoc 2011, Canal  Encuentro y TV Pública.

La película

El telefilme "Belgrano", del director Sebastián Pivotto, se centra en los últimos diez años de vida del creador de la bandera argentina. En 1810, Manuel Belgrano cree que es posible reemplazar la autoridad real -la de Fernando VII prisionero de las tropas napoleónicas- por la de una comunidad de hombres virtuosos que, identificados con la Patria, interpreten con fluidez al Pueblo. Esta convicción guía la práctica política y militar de Belgrano, que lo muestra animado y confiado. Luego, llegarán las batallas ganadas, las derrotas, el desencanto, la indisciplina y el replanteo permanente de sus fuerzas y de sus aptitudes para continuar la gesta.

Este telefilme cuenta cómo la vida personal de Belgrano quedó rezagada respecto de su vida pública y cómo su virtud patriótica lo obligó a postergar lo privado, sinónimo de pasión individual. Por eso, sus amores ocuparon un segundo lugar, recatado, un tanto invisible a los ojos de los demás. El final, ineludible, termina por resolverse en su cuerpo, espacio privado por excelencia, pero que también parece ser la metáfora de cierta decepción política en aquellos años de la revolución.

 

 

Contenido relacionado